UNICEF está en contra del manganime, como ha manifestado abiertamente en su última conferencia. Según acusan, Japón y sus historias lolicon están provocando que en el resto del mundo cada vez hayan más corruptores de menores y abusadores sexuales.
La organización demanda que el país debería aplicar medidas de censura más duras, alegando que en países como Reino Unido cualquier manifestación sexual que involucre a menores es ilegal mientras que Japón únicamente tiene restricciones en lo que respecta a las fotografías de menores, pero no así en el manga y el anime en el que no hay censura.
Una de las mayores instigadoras de esta cruzada es la Dra. Ethel Quayle, psicóloga que ha publicado varios libros protestando contra los peligros de Internet para los niños que tienen acceso.
En la conferencía también se discutió la necesidad de reformar las leyes japonesas contra la prostitución de menores y la pornografía que incluye a menores y aplicar sanciones más duras.