En este estudio han colaborado asimismo la Universidad de Nueva York, la Universidad de Dundee (Escocia) y el Instituto López-Neyra del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Granada.
Los resultados de esta investigación se han publicado en la revista Scientific Reports, del grupo editorial Nature.
Julio Martín, director de la Unidad de Cribado Farmacológico Antiparasitario en el Centro de Investigación Básica de GSK, ha explicado a Efe que cada compuesto se ha examinado uno por uno.
Los investigadores han ido comprobando la actividad antiparasitaria en cada molécula, en una placa del tamaño de una mano con capacidad para 1.500 de estos compuestos químicos.
Una vez examinados y constatado su actividad antiparasitaria -con más de un experimento- finalmente se identificaron 600, que se han agrupado en tres subgrupos de 200 moléculas cada uno de ellos.
Martín, quien ha detallado que en ese cribado se ha buscado novedad, diversidad molecular y diversidad biológica, ha señalado que la mayoría de los compuestos elegidos no han sido clínicamente investigados previamente frente a los parásitos de las tres enfermedades (alrededor del 95 por ciento de ellos).
Esto, abre importantes vías de investigación contra la enfermedad del sueño, la enfermedad de Chagas y la leishmaniasis.
Los resultados de este cribado, con la colección de 600 moléculas, se han puesto a disposición de la comunidad científica.
“Esperamos que este esfuerzo estimule la investigación y que compartir los compuestos identificados y los resultados asociados a su mecanismo de acción contribuya a avanzar en el descubrimiento de medicamentos para estas enfermedades tan prevalentes y que causan tanto sufrimiento en la población más desfavorecida y con menos recursos del planeta”, ha indicado Martín en una nota de prensa.
Martín ha añadido a Efe: “queremos romper esta inercia que ha habido de que si no hay mercado en una enfermedad la industria farmacéutica no invierte si no va a conseguir retorno.