En los sucesivos trabajos presentados en esta revista Lurralde he recogido en la historiografía geográfica de Gipuzkoa los siguientes temas: La Geografía descrita en la Recopilación de 1583 y de 1696 (I), en los autores del siglo XVI Zaldivia y Garibay (II), en el Anónimo de 1569 y en Arnauld de Oihénart (III) y en los autores del siglo XVII Baltasar de Echave y Lope Martinez de Isasti (IV). En este próximo artículo acompaño por su notoriedad la personalidad y la geografía de Guipúzcoa que nos dejó el falsificador Antonio Lupián Zapata. Igualmente acometo el estudio de otro escritor muy vinculado a la historia de Gipuzkoa como es Gabriel de Henao al que se le debe la primera refutación de la obra de Antonio Lupián Zapata.
Miguel de Abendaño y Eztenaga (1617-1686) fue un jesuita nacido en Idiazábal el cual en su prólogo a la obra teológica "De divina scientia et praedestinatione" en frase de Antonio Pérez Goyena proclamó "un canto épico a Guipúzcoa" y en parecer de Elias de Tejada "esta obra es un concentrado resumen de la teoría política guipuzcoana del momento de la que son rasgos el orgullo del solar patrio, la nobleza, la perenne vigencia de la lengua, el tubalismo, el cantabrismo, la independencia milenaria ante godos y árabes, la voluntaria entrega a Castilla, el pactismo como origen de los fueros, la fidelidad a la Corona, el antiluteranismo ignaciano y la fe cristiana incontaminada".
De 1646 es la carta de Fray Benito José de Cortia ofreciéndose para escribir una historia de la provincia según consta en la documentación del archivo de Guipúzcoa. (AGG. Sección 4, Negociado 7, Legajo 1, nº 13).
Igualmente de 1648 es la carta de Juan Beltrán Portu, caballero de la Orden de Santiago, respondiendo sobre el negocio que se le encomendó de que se escribiera una historia de Guipúzcoa. (AGG. Sección 4, Negociado 7, Legajo 1, nº 14). Parece, sin embargo, que el elegido había sido el navarro Nicolás Velázquez según la comunicación de 1648 del comisionado Juan Beltrán de Portu (AGG. JD IM 4-7-14).
En Junta general de Cestona de abril de 1655, la Provincia volvió a ocuparse del tema de su historia y encomendó su confección al marqués de Valparaíso ya Arriola. Sin embargo el encargo dado al P. Velázquez seguía aún en pié como consta de las actas de la junta general de Azpeitia de 1655 en la que se leyó una carta de Juan de Idiáquez en la que se afirmaba que aún seguía con el tema de la historia el P. Velázquez. La Junta respondió que siguiese las diligencias y se relacionase con el diputado general Ignacio de Aguirre y con don Martín de Eleyzalde, caballero de Calatrava. Por su parte el procurador Isasi aconsejaba revisar los archivos de Navarra, Leire, San Juan de la Peña y Pau para poder escribir una historia de Guipúzcoa.
Como dato del interés de la Provincia porque se escribiera una digna historia de Guipúzcoa es el informe firmado en San Francisco de Tolosa el 3 de octubre de 1656 por el que la Provincia afirmaba conocer el proyecto de una historia guipuzcoana escrita por el licenciado Domingo de Azubia o Azubea, beneficiado de Isasondo. Pero los comisionados ni quisieron aprobarla ni pagarle "14 años de estudio y 3.000 reales invertidos". La Provincia le dio sólo 300 reales. No sabemos nada de su historia de Guipúzcoa y se puede sospechar que lo escrito era quizás una vida de San Martín de Loinaz. Pero las juntas de Zarauz de 1663 se opusieron a su publicación.
En 1661 en la junta general de Hernani se ofreció a la Provincia para escribir una historia de Guipúzcoa don Juan Santos de Zavaleta. La provincia nombró como censores en el asunto a don José de Zubiaurre Jausoro, diputado general, a Juan Hurtado de Mendoza Elola ya Juan Beltrán del Portu. La carta de nombramiento de censores estaba fechada en Azpeitia el 14 de julio de 1661. Igualmente en 1665 Juan de Justiz enviaba a la Provincia su "Tratado de la luz y de la justicia" que recibió la aprobación provincial (AGG. JD IM 4-7-18).
En la junta de Cestona de 1655 se publicaba el ofrecimiento de las Juntas de dar 400 (otros hablan de 4000) ducados de plata al que descubriese la escritura de unión voluntaria de Guipúzcoa a la corona de Castilla. En este sentido se escribieron cartas al archivo de Simancas, a través de don Matías de Zuazola Floreaga y Loyola, caballero del hábito de Calatrava, residente en Valladolid, para que se buscase entre los papeles de Simancas el acta de la incorporación de Guipúzcoa a Castilla en 1200. La raíz de este ofrecimiento estaba en que Don Juan Idiáquez Isasi había comunicado la noticia de que Fray José Velázquez, capuchino, había visto dicho papel de unión en el archivo de Simancas. Insistieron en el mismo tema las Juntas de Segura de noviembre de 1655 y las de Mondragón de 1660 siempre a la búsqueda del citado documento. Desde Mondragón el 27 de septiembre de 1663 remitió don Lucas Antonio Pérez de Humendia el texto de la entrega voluntaria de Guipúzcoa a Castilla descubierto por Lupián Zapata.
En noviembre de 1663 estando la diputación en Azpeitia, se presentó don Lucas Antonio Pérez de Humendia con una carta de su padre, Antonio Pérez de Humendia, en la que se contenía la transcripción de la encomienda de entrega voluntaria de Guipúzcoa al rey de Castilla. La Diputación remitió los papeles citados a don Juan de Idiáquez como perito en historia de la Provincia.
Se presentó de nuevo el documento en las juntas de Cestona, en abril de 1664, las cuales agradecieron la documentación enviada por Lucas Antonio Pérez de Humendia, pero afirmaron en nombre de la Provincia que éste no era el documento buscado, más aún, rechazaron el documento como no auténtico, tras el informe recibido de don Juan de Idiáquez Isassi. En el archivo de Guipúzcoa sito en Tolosa se encuentra el oficio recibido de don Juan Idiáquez Isasi, en el que comunicaba las noticias que le había proporcionado fray José Velázquez, capuchino, acerca del papel de unión de la Provincia a la Corona de Castilla. (AGG. Sección 4, Negociado 7, Legajo 1, nº 16) .
Pérez de Humendía escribió una réplica y accedió de nuevo con el mismo tema a las juntas de Segura de noviembre de este mismo año 1664. Pero las Juntas no lo aceptaron.
Admitió la autenticidad respaldando la validez del documento, el cronista Alonso Núñez de Castro en su "Corónica de los señores reyes de Castilla", aseverando que el documento había sido encontrado en el archivo catedralicio de Santo Domingo de la Calzada por el jerónimo fray Luis de Vega. Pero en consultas posteriores no fue encontrado dicho documento original en los archivos ni de Santo Domingo de la Calzada ni de Simancas.
Después de las Juntas de Cestona de 1664 el caballero de Alcántara, don Pedro Ignacio Vélez de Idiáquez y Guevara, en carta remitida a las juntas de Vergara de abril de 1668, tildaba de fantástico a dicho documento. Como la provincia seguía buscando el testimonio de la voluntaria entrega se comisionó años después tanto a don Pedro de Oyarbide, como en 1675 a don Juan de Idiáquez Isasi. Pero la búsqueda del solicitado documento no halló resultado positivo.
Fue el jesuita Padre Gabriel de Henao, en Salamanca, en 1689, el primero en rechazar científicamente la autenticidad de la supuesta escritura de entrega voluntaria y el de atribuir la paternidad de la falsificación a Antonio Lupián y Zapata. La refutación definitiva de Henao fue de 1702 en la historia de Guipúzcoa que luego transcribimos. Tras Henao han sido muchos los historiadores que han criticado dicha falsificación, entre los que convendría citar a Manuel Abella en el artículo "Guipúzcoa" del Diccionario geográfico-histórico de España, escrito por la Real Academia de la Historia en 1802 y al canónigo Juan Antonio Llorente en sus "Noticias históricas de las tres Provincias Vascongadas". Bien es verdad que algunos historiadores admitieron el apócrifo, como, entre otros, puede citarse al doctor Camino y Orella en su "Historia de la Ciudad de San Sebastián", al marqués de Mondejar ya los doctores Asso y Manuel.
¿Quién era el falsificador? Según dice Godoy Alcántara en su "Historia crítica", "abrió el nuevo ciclo de falsos cronicones un clérigo de Ibiza, llamado D. Antonio de Nobis, nombre que cambió por el de Antonio de Lupián Zapata; hombre de exterior tosco, dado a investigar curiosidades, afición que pudo ampliamente satisfacer durante el largo tiempo que tuvo a su cuidado el archivo de la metropolitana de Burgos, del que salió con prohibición de volver a entrar, y en sus largas residencias en monasterios benedictinos; falsificador por inclinación, higuera de decadencia, como lo podía producir aquella edad de senilidad literaria. Escribió historias de Castilla y Cataluña, de la iglesia de Burgos y de monasterios y santuarios; pero lo que presta relieve y carácter a su personalidad, es haber sido autor de los supuestos cronicones de "Hauberto y Walabonso Merio" y del "Martirologio de San Gregorio Bético", sin otros muchos apócrifos que se le atribuyen".
Resumiendo se puede decir que el descubridor del documento de la entrega voluntaria era Lupián Zapata o Antonio de Nobis o por mejor, Antonio de Luplán Zapata, un clérigo de Ibiza, dado a investigar curiosidades, archivero de la catedral de Burgos de la que fue expulsado, investigador de archivos benedictinos, falsificador, escritor de historias de Castilla y Cataluña, autor de los cronicones de Hauberto y Walabonso Merio lo mismo que del Martirologio de San Gregorio Bético.
En 1670 Antonio Lupián y Zapata escribió una obra titulada "Unión de la muy noble, teal y ilustre provincia de Guipuzoa a las coronas de España", mientras se discutía sobre la veracidad del documento de voluntaria entrega de 1200 que él mismo había proporcionado a la provincia. La obra no gustó a la provincia. Pero Lupián Zapata no estaba solo, sino que uno de sus amigos era el Padre Argaiz, historiador del mismo calibre científico que el de Lupián. En efecto, en estos mismos años y en la junta de Rentería de 1672 apareció como contradictor del Padre Argaiz, un tal Juan de Orcolaga, que había escrito un opúsculo que fue puesto en manos de don Juan de Idiáquez Isasi para que lo consultase con algunos historiadores de Madrid. Uno de los consultados fue Hermenegildo de San Pablo, prior de San Jerónimo de Madrid, que atacó a fondo la obra del P. Argaiz titulada "Población eclesiástica de España". El P. Argaiz era benedictino, amigo de Lupián y había publicado su obra en 1667, año en el que moría Lupián Zapata en Ibiza.
Se trata de un folleto que se nos conserva sin fecha ni lugar de impresión titulado "Unión de la Muy noble, leal y ilustre Provincia de Guipuzcoa a las Coronas de Castilla. A la Mesma Provincia dedica y consagra Don Antonio de Lupián Zapata, deán de Y biza, cronista general de su Magestad".
Describamos en primer lugar el opúsculo o libro que viene organizado en párrafos. En el primero se habla de la función del corazón en el cuerpo humano. Dice textualmente: "Parte conexa es de las Coronas y Monarquía de España la Provincia de Guipúzcoa ilustre a todas luces, pero en todos los siglos fue el cora<;:on de la dilatada Provincia de Cantabria, que comen<;:ando desde el Oriente, por la parte de los Obispados de Vayona y Burdeos, se extendia por la parte de Poniente por mar y tierra hasta frisar con Galicia". "Todas estas gloriosas memorias de todas estas provincias, se deben a la Provincia de Guipúzcoa, por aver conservado en todos siglos el valor y proezas de sus mayores, la antigua nobleza y fidelidad".
En el párrafo segundo describe la Geografía de Guipúzcoa. Da los grados de latitud y altitud. Describe los ríos guipuzcoanos en concreto el Vidasso, Araxes, Urola, Orio y Deva. En los restantes lugares geográficos se acoge a la descripción de "ZamaIloa" (es decir Garibay) al que cita en sus capítulos 10' 11, 12, 13 y 14.
El párrafo tercero no existe en la edición original que yo he consultado.
En el párrafo cuarto se estudia la etimología de Guipúzcoa. Se citan los votos de San Millán del año 934, el Tumbo de San Millán del 22 de septiembre de 1081 , con la donación de San Andrés de "Stigarrivia". Igualmente se cita la donación de Alfonso VI al conde D. Lope y la donación de San Vicente de Huarte del año 1082. Se alude a la llegada del Patriarca Tubal que dió a esta tierra el nombre de Lipon del que se derivará Ipuzcua, Lipuzcua, Guipuzcua, Guipuzcoa. Cita igualmente a Luitprando cuando afirma que la lengua cántabra era la más antigua de las diez que se hablaban en España.
En el párrafo quinto se habla de los cántabros citanto a Horacio, Argensola, Celio Augustino, Diodoro, Eusebio, Suetonio, Poza, Juan Gutierrez, Méndez Silva y Juan Briz Martinez. Se narran las guerras de los romanos contra los cántabros.
El párrafo sexto lo dedica al estudio de la economía guipuzcoana principalmente a la producción de armas. Se añade que los guipuzcoanos se gobiernan en su libertad y fueros, teniendo su propia lengua, su "trage" y costumbres desde el tiempo de los romanos y de los godos. Y añade textualmente: "Era esta provincia tan Señora de sus acciones que nunca permitió que la señoreasen por armas ni que los Príncipes comarcanos ni estrangeros la dominasen con propio titulo, sino que ella mesma nombrava Señor a quien expontaneamente elegía".
En el párrafo siguiente que es el séptimo habla de los escudos, árboles genealógicos y "geroglíficos" de las familias de Guipúzcoa, lo mismo que de los "timbres" y armas. Pasa luego a estudiar el escudo de la Provincia con los tres tejos, con el Rey representado que denota la unión a Castilla con Alfonso VIII y con los doce cañones dados por D. Fernando.
El capítulo octavo lo centra en el estudio de los duques de Cantabria, el noveno en la evangelización de la misma Cantabria, el décimo en los obispados antiguos, el undécimo en los obispados de Valpuesta, Armentia, Alava y Calahorra, el duodécimo en los monasterios de Guipúzcoa siguiendo a Zamalloa ya Yepes.
En el párrafo décimo tercero estudia los títulos de Guipúzcoa tales como el de ilustre, el de muy noble y muy leal. Y continúa textualmente: "por cuyo beneficio, grata la Provincia de Guipúzcoa, presto al Rey D. Alonso la obediencia con sacramento y omenage. Diga la ocasión y sucesso D. Alonso Núñez de Castro, meritísimo Cronista de su Magestad Católica Felipe quarto...consiguió también en propios términos la unión de esta Provincia a las Coronas de Castilla, de que hace capítulo particular, el qual traslado formalmente: Capítulo Llii: Unión de la Provincia de Guipúzcoa a las Coronas de Castilla".
En el párrafo décimo cuarto habla de la unión de Guipúzcoa a Castilla e incluye el documento de la incorporación. Dice: "hallose este acto nobilissimo en el Archivo catedral de Santo Domingo de la Cal<;:ada...pusole en manos del Padre Fray Luis de la Vega de la Orden de San Gerónimo". Y en este momento da paso a la transcripciÓn del documento de incorporación de Guipúzcoa a Castilla que copiamos en el Apéndice. El documento está datado a 28 de octubre año de la era 1238. Los confirmantes se articulan en dos grupos: los eclesiásticos y los miembros de la Curia.
La Junta de Cestona de 1660, como hemos visto, no admitió el documento por la sospecha que tenía la Provincia de que se trataba de una falsificación. Igualmente uno de los primeros en rechazar este documento por su falta de autenticidad y veracidad fue Gabriel de Henao. El Canónigo Llorente abunda en la idea de que se trata de una burda falsificación.
Algunos datos llaman la atención en este texto: 1) la asignación de Tolosa como capital de la provincia; 2) que las juntas de Guipúzcoa se celebrasen en Durango; 3) la cita de los "varones palatinos" entre los confirmantes guipuzcoanos; 4) El inusual derecho privado descrito en cuanto que los hijos de villano y guipuzcoana fueran nobles. 5) los límites geográficos que asigna a la Provincia. 6) El que ponga como límites geográficos de la Provincia a Orduña y Ochandiano así como el que dé como villas fundadas en esa época a Tolosa, Azpeitia y Azcoitia y 7) los confirmantes aportados por el documento comparados con otros privilegios reales de ese mismo año 1200 aportados por Julio González en su monografía sobre Alfonso VIII, lo cual nos llevan a las conclusiones siguientes:
Entre los confirmantes se encuentran siempre en primer lugar y antes de los obispos, la rúbrica del mayordomo y del alferez, menos en nuestro documento.
En nuestro documento se pospone a Gundisalvus Roderici, "maiordomus curie regis" a todos los obispos y aun al merino, mientras que en todos los documentos de ese año está puesto en primer lugar.
El nombre del alferez Alvarus Nunii se antepone al mayordomo, contra todos los restantes ejemplos de ese año.
El que el obispo Julian de Cuenca se anteponga a los demás obispos tras el primado, sólo ocurre en un sólo documento del 22 de diciembre de 1199.
A continuación debía poner al obispo de Burgos Marinus, mientras que nuestro documento pone en otro orden y le denomina Mathaeus, sin decir electus como lo afirma el documento posterior de 31 de diciembre de 1200.
El obispo Oxomensis es Martinus, mientras que en nuestro documento lo cita como Matheus.
Todos los documentos anteriores y posteriores citan al obispo lohannes Calagurritanus ya Brictius Placentinus mientras que nuestro documento los olvida.
A continución incluye a los nobles guipuzcoanos que juraron el vasallaje y cuyos topónimos guipuzcoanos son dificil es de individualizar.
Concluyendo el estudio del documento de Lupián Zapata podemos afirmar que dos corrientes historiográficas existían en la Provincia y en Navarra durante el siglo XVII: la no pactista según la cual Guipúzcoa había sido conquistada en 1200, como Navarra lo fue en 1512, por lo que los fueros eran privilegios reales. Moret era de esta opinión. Pero el mismo Moret hablando de Navarra concluía que a pesar de haber sido conquistado el reino, la provincia conservaba sus fueros y sus institutciones. De la mismo opinión eran los guipuzcoanos, los cuales afirmaban que el hecho de la conquista no significaba la supresión de los fueros e instituciones. Otra opinión y contradictoria con la anterior era la pactista es decir de unión voluntaria. Esta teoría afirmaba que los vaivenes políticos de la provincia, entre distintas soberanías limítrofes, durante la Edad Media, eran fruto de su voluntad pactista. En esta escuela se escoraban dos tendencias: a) los tratadistas como Antonio Lupián y Zapata o Alonso Núñez de Castro que admitían la existencia de un documento que reflejaba la incorporación voluntaria. En esta linea estaba también la promesa de Joseph Velazquez de encontrar en Simancas el pergamino de 1200 y el ofrecimiento de la Provincia de recompensar con 400 (otros hablan de 4.000) ducados al que encontrara el documento de la entrega. Siguiendo esta dinámica como hemos visto en 1664 acudió a las juntas de Cestona Antonio Perez de Umendia, con el documento encontrado por Antonio Lupian de Zapata, el cual años después para demostrar la autenticidad del documento publicó un folleto titulado "Unión de la muy noble, leal y ilustre provincia de Guipúzcoa a las coronas de Castilla", Madrid,1670. b) La segunda tendencia era la que por fin aceptaron las autoridades de la provincia y con ellas Henao, por la se afirmaba que la unión de Castilla y Guipúzcoa fue una confederación sin que fuera necesario documento alguno de incorporación ya que eran acuerdos verbales.
Esta segunda opinión había sido motivo de discusiones históricas en la primera mitad del siglo XVII. Así tras la publicación en 1628 de la historia de Navarra por García de Góngora que afirmaba la conquista, en 1630 Bias Ibañez de Garagarza le respondía afirmando que la confederación de Guipúzcoa con los reyes de Navarra fue voluntaria. Con la finalidad de refutar a García de Góngora estuvieron los encargos dados a fray Juan de la Puente ya Pedro Castro.
La obra de Henao es un manifiesto pactista. La unión a Castilla fue voluntaria y sin vasallaje. La concepción pactista de Henao afirma que el pacto tácito con el Monarca, tenía dos aspectos, por una parte se le reconocía como soberano, y por otra, a cambio, el rey tenía que respetar sus leyes e instituciones. Implícitamente se acordaba que si alguna de las partes no respetara el pacto, sería posible la desanexión de Guipúzcoa de la Corona de Castilla. En concreto a principios del siglo XVIII, en 1702 cuando escribe su obra el mismo Henao y al darse la circunstancia de que la Corona de España había cambiado de dinastía, según Henao, era Guipúzcoa la que debía decidir quién había de ser su soberano. Soberano que en contrapartida debería confirmar sus fueros.
6 LA GEOGRAFíA GUIPUZCOANA DE LUPIÁN ZAPATA
Dentro de la geografía física se pueden estudiar varios elementos principales tales como las coordenadas geográficas, los ríos que atraviesan la Provincia y los límites de la Provincia. Los dos primeros apartados los toma Zapata de la obra de Garibay por lo que no merece la pena su repetición. Sin embargo, dentro de esta geografía física son novedosos los límites que asigna a la Provincia de Guipúzcoa.
En el documento atribuído a Alfonso VIII, el rey aceptaba que la Provincia no estaba geográficamente delimitada y que existían controversias de límites con los Vizcainos, Navarros, Alaveses y los habitantes de la Galia. Por eso el rey pretendía describir los límites de Guipúzcoa y por otra parte amojonar materialmente la Provincia. En este doble objetivo el rey marcaba una serie de topónimos que es necesario estudiar:
Alava: Al filo del siglo XIII Alava no dependía de Castilla aunque durante el reinado de Alfonso VI dependía de Castilla, y en tiempos de Alfonso I el Batallador lo hizo de Aragón. Según Julio González el rey de Castilla no se tituló rey de Alava (pag.80). García Ramirez englobó en el reino de Navarra a Alava, Vizcaya y Tudela. En los años siguientes Alava fue lugar de desencuentros entre el rey de Navarra Sancho VI y los alaveses. Durante la minoría de edad de Alfonso VIII, el rey navarro entró en la Rioja, en la Bureba y Vizcaya, posesionándose de Logroño, Durango, Alava, Briviesca y otras posiciones hacia Burgos. En el laudo arbitral de 1179 y ante la reclamación castellana de Alava, Sancho VI el sabio dejó a los alaveses sus heredades excepto las de Castella y Treviño, hizo de Gasteiz una plaza fuerte y le dió el fuero de Logroño. Pero Alfonso VIII ya en 1198 mejoró a Salinas de Añana y al año siguiente puso sitio a Vitoria. Su objetivo era controlar toda Alava. La tenencia de Alava se la adjudicó Alfonso VIII a don Diego López de Haro. Este magnate se mantuvo en la corte del rey castellano hasta septiembre de 1201, en que por el hecho de que el rey se posesionó de Treviño y otras tierras alavesas, se desnaturó y se pasó al reino de Navarra. En 1207 un documento castellano admite que su rey dominaba hasta Dax. En la falsificación de Zapata se admite la posibilidad de que los hombres de Alava entren a formar parte de las juntas o concilios guipuzcoanos, ya que Alava es el final de una delimitación territorial que viene desde Ochandiano y en Alava se cierra la Provincia.
Albo: es un monte en el que se encuentra la iglesia de Santa Cristina junto a la demarcación de la Galia hasta el mar. No existe este topónimo en la documentación de Alfonso VIII.
Apodaca: loannes de Apodaca aparece como confirmante. No aparece ni como personaje ni como topónimo de Alfonso VIII.
Aurata: Debe ser un monte en el que hay una cruz. No aparece como topónimo en tiempos de Alfonso VIII.
Azabarrivia o Azagarrivia: es un monte en el que hay una cruz de piedra y es límite de Guipúzcoa desde la iglesia de San Adrián. No aparece como topónimo en tiempos de Alfonso VIII.
Barrio de San Saturnino: Se admite que los hombres del barrio de San Saturnino entren a formar parte de las Juntas guipuzcoanas. No aparece como topónimo en tiempos de Alfonso VIII.
Barrositanus: es un monte término de la linea de demarcación que viene de la iglesia de Santa María la Mayor. En este monte se encuentra el hábitat de Mendaz. No aparece como topónimo en tiempos de Alfonso VIII.
Durango: Sancho III el mayor de Pamplona puso a comienzos del siglo XI un conde en Durango, lo mismo que puso otros en Vizcaya y en Alava. En este momento Durango se extendía a parte de Guipúzcoa. En la entrada militar de Sancho VI el sabio sabemos que se posesionó de Durango. y que el mismo rey le dió fuero de poblamiento que según Julio González sucedió en 1149. Alfonso VIII reclamó la devolución de Durango en 1179. Pero en las treguas posteriores quedó Alava para Navarra, desde Iciar y Durango inclusive, excepto el castillo de Malvecín. En la falsificación de Zapata se cita a Durango como un lugar de reunión de las Juntas de Guipúzcoa.
Diaquiz: es un lugar que tiene un palacio de Julian Diaquiz, junto con una iglesia de Santa María y otra de San Salvador. Didacus Diaquiz aparece como procurador confirmante. No aparece este topónimo en la época de Alfonso VIII.
Easso: Según Lupián Zapata es el lugar en el que se encuentra el puerto de San Sebastián sin embargo no aparece este topónimo en la época de Alfonso VIII.
Ezpetea: es una villa que se encuentra cerca del monte Gazeta. No aparece este topónimo en la época de Alfonso VIII.
Fontemrapiam: De Fuenterrabía sabemos que Alfonso VIII la ganó en 1200 y le confirmó sus fueros el18 de abril de 1203. En el testamento de Alfonso VIII realizado en 1204 promete devolver al rey navarro desde el puente de Aranillo hasta Fuenterrabia "pues sabía que todo esto pertenecía y debía ser del rey de Navarra". En Zapata es el término del camino que viene de Oyarzun.
Galaharreta: En el documento de Zapata viene designado como un río, en el que se dio una batalla realizada conjuntamente por guipuzcoanos y castellanos contra el rey navarro y en donde los guipuzcoanos dieron su juramento y vasallaje al rey castellano. No aparece, sin embargo este topónimo en la época de Alfonso VIII.
Gamarrum: Según Lupián es un monte en cuya cima se encontraba una cruz y desde donde nace un camino que va a la cuenca de Pamplona, sin embargo no aparece este topónimo en la época de Alfonso VIII.
Gazeta: No aparece este topónimo en la época de Alfonso VIII pero para Zapata es un pico montañoso al que se llega desde el monasterio de San Trudón y junto al monte se encuentran la villas de Ezpetea y de Ocoizta, villas que no aparecen como topónimos en la época de Alfonso VIII.
Guia: Pedro de Guia aparece como juez confirmante en la documentación de Zapta, pero este antropónimo no se da en la documentación de Alfonso VIII.
Irazavala: loannes de Irazavala aparece en Zapata como diputado confirmante.
Irazuri: Este topónimo sólo aparece en la falsificación. Según ella es un palacio situado en Zuruzaum. Desde este palacio sigue la frontera guipuzcoana un camino que va a Pierola o Piedrola y otro que va al palacio de Issin. Igualmente aparede Dominicus de Yrazuri como diputado confirmante.
Irrenani: Michael de Irrenani aparece como confirmante pero es desconocido en la documentación castellana del momento.
Issin o Isar: Es un lugar que tiene un palacio y es término de un camino que lo une al palacio de Irazuri.
Isiliqueta: es un pico montañoso y en él hay un palacio y una Iglesia de Sancta Maria la Mayor donde hay puesto un mojón.
Izuriquiz: Martinus de Izuriquiz aparece como confirmante pero es desconocido en la documentación de Alfonso VIII.
Luzuriaga: Dominicus de Luzuriaga aparece como diputado confirmante, pero ees desconocido en la documentación de Alfonso VIII.
Mendaz o Mendaza: Según Zapata es un poblado situado en el monte Barrositano.
Mudaca: Petrus de Mudaca aparece como confirmante pero ni como Mundaca aparece en la docuentación de Alfonso VIII.
Ochandiano: Según Zapata es un término geográfico de referencia viniendo desde Diaquiz. Según el mismo autor Ochandiano tiene una iglesia de Santa Columba.
Oiarzun: En la toma de Guipúzcoa el rey castellano se posesionó del castillo de Beloaga situado en el valle de Oyarzun. En la concesión del privilegio de Fuenterrabía en 1203 se señala el rio de Oyarzun. Según Zapata está en el camino que va desde la iglesia de Santa Cristina en el Monte Albo, por la frontera con la Galia hacia el mar. Este camino conduce a Fuenterrabía.
Oriano: es un monte en el que se encuentra la iglesia de San Esteban, según Zapata.
Occoizta: Según Zapata es una villa que se encuentra junto al pico de Gazeta.
Paterniana: En el documento de Zapata se admite la posibilidad de que los hombres de Paterniana entren a formar parte de las juntas guipuzcoanas. Igualmente aparece Pedro de Paternina aparece como procurador confirmante.
Petra Rubea: Según Zapata es el punto de referencia viniendo desde Verneo. En este lugar existe una cruz y el monasterio de San Trudon.
Pierola: Según Zapata es un lugar o término del camino que viene de Zuruzaum.
Rubrecale: Según Zapata es la loma que discurre desde la cruz de piedra de Azagarrivia hasta el monte sobre Zuruzaum.
San Adrián: Según Zapata es una iglesia que se encuentra en lo alto del monte y es punto de referencia de una frontera que viene desde la colina roja (posible traducción de Aitzgorri).
San Esteban: Según Zapata es una iglesia en el monte Oriano.
San loan Baptista: debe ser un monasterio colocado en un monte y en dicho monte hay una cruz de Aurata.
Santa Maria la mayor es una iglesia en la que está colocado un mojón limítrofe de Guipúzcoa.
San Sebastián: Según Zapata está en el litoral del mar cantábrico en la linea que corre desde Fuenterrabía. En este lugar se encuentran tanto el puerto de San Sebastián de Easso como el monasterio de San Sebastián.
San Torcuato obispo: Según Zapata es una iglesia que conserva y venera parte del cuerpo de este obispo. No aparece relación alguna en la documentación de Alfonso VIII.
San Trudón: Según Zapata es un monasterio que se halla junto a una cruz junto a Petra Rubea. No aparece este topónimo en la época de Alfonso VIII.
Tolosa: Según Zapata se señala a esta población como un lugar de reunión de las Juntas anuales de Guipúzcoa cosa erronea en el siglo XIII tanto por la reunión de juntas como por ser lugar de reunión de juntas.
Urdunia: Quizás hace referencia a Orduña y dice que es un monte muy alto en cuyo pie termina el límite de Guipúzcoa. Orduña no será villa burguesa hasta 1229. En el año 1200 quedaban fuera de Vizcaya tanto el Duranguesado como las tierras de Orduña, Valmaseda, Sopuerta, las Encartaciones y los valles de Elorrio y Eigoibar. El rey Alfonso VIII le concedió a don Diego López de Haro en 1212 el Duranguesado y Fernando III le añadio al señor de Vizcaya la donación de Orduña y Valmaseda.
Uzquiazo: loannes de Uzquiaco o Uzquiazo aparece en Zapata como diputado confirmante.
Vaday: es un límite de la Provincia y se encuentra al sur por donde pasan las aguas de Alava.
Verneo: Quizás alude Zapata a Bermeo que fue cabeza de la tierra llana de la Vizcaya nuclear o primitiva y que no recibió el villazgo hasta 1236 y de él afirma que es el límite litoral de la costa marítima guipuzcoana.
Victoriaco: Según Zapata es una frontera de la provincia de Guipúzcoa hasta el Collado rojo en el que el mismo rey puso un mojón.
Zuruzaum: Es una aldea sobre la que está el pico montañoso punto de referencia desde Azagarrivia. En esta aldea se asienta el palacio de Irazuri.
Tras los topónimos viene el tema geográfico más original como es el contorno y la extensión atribuída a la más antigua Guipúzcoa. Zapata afirma textualmente: "Et quia ipsa Provincia non est bene terminata et interest controversia inter vos et gentes Vizcasinorum, Navarrorum, Alaventium et Gallorum termino ipsam Provintiam per moliones idest, per meridiem de costa Vaday aque descendit de Alava, et de Vitoriaco usque ad Rubeum collatum ubi manibus meis posui molionem. De collato Rubeo usque ad Ecclesiam Sancti Adriani superiam, et per montem de Azagarrivia, ubi posita est Cruz Lapidea et de ipsa Cruce per summum lumbum dictum Rubrecale, usque ad collem supra Zuruzaum ubi est Palatium Irazuri, deinde ad Ecclesiam Sancti, per viam que vadit ad Pierolam et aliam viam que ad Palatio Issin; deinde ad collem de Iziliqueta ubi est ipsum Palatium et Ecclesia Sanctae Mariae dictae Maioris ubi est molionem positum; deinde ad montem Barrositanum, ubi est Mendaz, et de Mendaza ad Orianum montem ubi est Ecclesia Sancti Stephani; deinde ad Crucem supra montem Gamarrum, ubi est via que vadit ad Concam de Pampilona; deinde ad Ecclesiam Sanctae Cristinae in Monte Albo et per littore Galliae usque ad mare ubi est Oiarzum et pergit ad Fontemrapiam; deinde per littore maris Cantabrici, ubi est portus San Sebastiani de Easso et San Sebastiani Monasterium deinde per litore ipsius maris usque ad Bermeum, et de Berneo vsque ad Petram Rubeam, vbi est Crux, et Monasterium Sancti Trudonis, et de ipso Monasterio ad collem de Gazeta, vbi sunt ad sinistram villa de Ezpetea, et Ocoizta, deinde ad pedem montis de Vrdunia, et de ipsa rupe altissima ad Sanctum loanem Baptistam, vbi est Cruz deaurata, ad Ecclesiam Sancti Torquati Episcopi, vbi pars illius corporis est honorifice humatum; deinde ad Palatium luliani Diaquiz, ubi est Ecclesia Sanctae Mariae et alia Ecclesia Sancti Saluatoris; deinde ad Sanctam columbam de Ochandiano, deinde ad Alauam vbi clausa est Prouincia de Lipuzcua".
La traducción de este texto es la siguiente: "Y porque la Provincia no está bien delimitada y se da controversia entre los guipuzcoanos, vizcainos, navarros, alaveses y galos conviene poner mojones. En el meridión en Vaday por donde pasan las aguas de Alava y desde Vitoriaco hasta el Monte Rojo, donde con mis manos puse un mojón. Desde el Monte Rojo hasta la Iglesia superior de San Adrián, y por el monte de Azagorriria en el que hay puesta una cruz de piedra y desde la cruz por la cresta denominada RubrecaJe hasta el collado encima de Zuruzaum en el que está el palacio de Irazuri, de allí a la iglesia del Santo, por el camino que va a Pierola y por otro camino hacia el Palacio Issin; más allá al collado Iziliqueta en el que está el mismo palacio y la iglesia de Santa María dicha Mayor en la que hay puesto un mojón. De allí al monte Barrositano, en el que está Mendaz y de Mendaza al monte Oriano en el que está la iglesia de San Esteban, de allí a la cruz sobre el monte Gamarrum, en el que está el camino que va a la cuenca de Pamplona; de allí a la iglesia de Santa Cristina en el Monte Albo y por el litoral galo hasta el mar donde está Oiarzun y se llega a Fuenterrabia, de allí por el litoral del mar Cantábrico en el que está el puerto de San Sebastián de Easso y el monasterio de San Sebastián, de allí por el litoral del mismo mar hasta Bermeo y desde Bermeo a la Peña Rubrea, donde hay una cruz y el monasterio de San Trudón y desde el mismo monasterio a la cumbre de Gazeta donde están a la izquierda la villa de Ezpetea y Ocoitza, de allí al pie del monte de Orduña y desde la misma cumbre altísima a San Juan Bautista donde hay una cruz dorada hasta la iglesia de San Torcuato obispo, en donde se halla inhumada parte de su cuerpo, de allí al Palacio de Julian Diaquiz, en donde se halla la iglesia de Santa María y otra iglesia de San Salvador, de allí a Santa Columba de Ochandiano y de allí a Alava en donde se cierra la Provincia de Guipúzcoa".
Como comentario de esta geografía atribuída a Guipúzcoa en la falsificación de Lupián Zapata se puede decir que el autor atribuye al rey de Navarra la asignación como tierra guipuzcoana todo el territorio oriental que como frontera con Castilla le había asignado el laudo arbitral del rey inglés de 1179, es decir partiendo desde Motrico hacia el sur y ocupando toda las riberas del río Deva incluyendo por lo tanto desde Iciar y Durango con excepción del castillo de Malvecín y desde Zuvarrutia y Badaja hacia Navarra excepto Morella incluía igualmente por el sur la tierra de Alava en la que el rey navarro dejó a los alaveses sus heredades excepto Castellar y Treviño y del mismo modo incluía la tierra de Oca y desde Oca hacia el Sur por el Zadorra hasta el Ebro. Más aún el documento del que tratamos pone como mojones fronterizos de Guipúzcoa Orduña y Ochandiano incluyendo por lo tanto parte de la Castilla la Vieja que en un momento concreto de la historia había sido tierra de los várdulos.
En el ámbito de la geografía económica el aspecto destacado por el autor es la fabricación de armas. Igualmente se afirma que Guipúzcoa tenía su propia moneda en la que treinta sueldos de plata equivalían a veinte óbolos cántabros. Se les confirma que la pesca marina y fluvial es libre. Se admite como moneda del reino de Castilla las libras.
Dentro de la geografía humana Lupián Zapata describe en primer lugar la organización social, el carácter, los comportamientos y la mentalidad de los guipuzcoanos. Respecto de la organización social de los guipuzcoanos afirma Lupián que los guipuzcoanos son "nobilissimi viri", que están articulados socialmente en clérigos y laicos y en "máximos y mínimos". Es significativo el recuerdo que tiene a las mujeres como grupo equiparable al de los hombres guipuzcoanos.
En geografía jurídica nuestro autor desarrolla a) el fundamento jurídico de los fueros b) en segundo lugar el derecho privado que el rey Alfonso VIII les ratifica y c) en tercer lugar el derecho público de los guipuzcoanos.
a) afirma que los guipuzcoanos desde el tiempo antiguo tenían un fuero y se regían por sí mismos y que cuando lo juzgaban necesario en las asambleas o juntas elegían anualmente un juez como Señor. Se afirma también que el rey de los Navarros, Sancho, pretendió subyugar a los guipuzcoanos y forzarles a que le eligieran como juez y señor, razón por la que los guipuzcoanos llamaron en su auxilio al rey castellano Alfonso VIII.
b) En el derecho privado: Se regulan diferentes instituciones. 1) el matrimonio de una mujer guipuzcoana con varón villano, ya que los hijos e hijas seguirán la parte noble de la mujer y no serán villanos ni ellos ni sus descendientes. 2) el homicidio de un guipuzcoano será pagado no en el lugar del hecho, sino en el lugar de donde procede el inculpado. 3) el ladrón que asalta una casa será encarcelado y juzgado según los fueros antiguos que quedan especificados, afirmándose que el actor debe permanecer encarcelado durante cien días y después permanecerá en los grillos durante cincuenta días, debiendo pagar al concejo treinta sueldos de plata equivalente a veinte óbolos cántabros. 4) La fornicación realizada sobre una mujer viuda será castigada con cien días de prisión y con una pena de veinte sueldos; si la mujer es casada el violador será encarcelado durante un año y luego será exiliado; si la mujer fuera virgen o con votos hechos a Dios el fornicador será muerto. 5) La muerte de un señor de casa torre o de caballero de la tierra, ya fuera realizada en tierra habitada O en tierra no habitada, será castigada con la muerte del agresor. 6) El juramento exculpatorio se realizará en la iglesia juradera de Santiago de la villa de Tolosa según el uso antiguo.
c) Respecto al derecho público se constata la existencia del instituto del Pactismo. Los Guipuzcoanos en el año 1200 le prometieron al mismo rey Alfonso VIII obediencia y sacramento o vasallaje. Este vasallaje consistió en besarle la mano al rey en presencia de los Ricoshombres y Obispos del reino y en compensación el rey les juró los fueros, les permitió la celebración de las Juntas y la elección en las mismas del Juez y los Merinos. Se afirma que las Juntas se celebraban todos los años en el día de Santiago, patrono de Guipúzcoa desde siempre. La obligación que tienen los guipuzcoanos de dar el yantar al rey que venga a Guipúzcoa con su ejército consistirá en proporcionarle al rey ya los caballeros de la su curia: pan y vino y trigo para los caballos del rey. Para con los peones del ejército real no tienen obligación alguna y lo que se les dé, será de propia voluntad. En contrapartida al yantar se afirma que el que de Guipúzcoa fuere a la curia del rey ya sea procurador, enviado o diputado que tenga la voz y representación, recibirá comida semejante a la del rey y lecho para dormir tanto para el enviado como para su siervo o acompañante durante todo el tiempo que estuvieran en la curia. La llamada real a la hueste contra los Sarracenos o Agarenos o contra el rey de los Navarros deberá ser obedecida en razón del auxilio feudal, proporcionando el rey si él mismo la convocara: caballos, armas y sueldos según el fuero de los infanzones.
Nació el P. Henao en Valladolid el 20 de julio de 1611. Otros afirman que fue en 1612. Ingresó en la Compañía de Jesús el 4 de junio de 1626. Enseñó Humanidades, Filosofía, Teología y Sagrada Escritura en Bilbao, Oviedo, Valladolid y Salamanca, donde murió el13 de febrero de 1704.
La base bibliográfica principal para este estudio del P. Heno sigue siendo la monografía que José Ignacio Arana publicó como prólogo a la edición de sus obras hecha en Tolosa en 1894. De él toman los autores posteriores los datos de su vida y de su obra, así por ejemplo Andrés de Mañaricúa en su Historiografía Vizcaína.
Durante su estancia en Bilbao fundó y dirigió una academia en la que se estudiaron temas vizcaínos que luego se publicaron con el título "Vizcaya illustranda ab Academicis Humaniorum litterarum Bilbaensis Scholae Societatis lesu. Ab eisdemque dicata, in cultus, amoris et gratitudinis signum, Nobilissimae Reipublicae Bilbaensi, Patriae sibi clarissimae, ac observatissimae", Caesaraugustae, Ex Typographia loannis a la Naxa, Anno, 1637.
Las cuatro disertaciones estudiadas en Bilbao fueron: 1) "An Cantabrica lingua, Hispaniae totius patria et vernaculo fuerit?". Es decir, si la lengua cantábrica fue la lengua patria y vernácula de toda España. Donde expone la doctrina del Tubalismo y el vascoiberismo. 2) "An Vizcaya ab aliis gentibus fuerit suparata". Es decir, si Vizcaya fue jamás vencida por otros pueblos. Mantiene para Vizcaya la tesis de que Cantabria no fue nunca dominada. 3) "An Cantabrorum mos pugnandi, nudo pede sinistro, communis fuerit aliis nationibus?". Es decir, si la costumbre de los cántabros de luchar con el pie izquierdo desnudo fue común a otros pueblos. Tema éste, el del pie desnudo, que había preocupado a otros escritores antes que al P. Henao. 4) "De Antiquitatibus Bilbaensibus". Es decir, de las antigüedades de Bilbao entre las que incluye noticias tomadas de los falsos cronicones.
El interés de esta obrita escriba en ser el primer antecedente de su otra obra fundamental: las Averigüaciones, cuya primera parte se imprimiría cincuenta y dos años más tarde. Pero, sin embargo, dice en la obra Averiguaciones: "Comencé el bosquejo y primeras líneas desta obra en la edad juvenil, aun casi entonces trabajé mucha parte; ahora en la ancianidad he procurado perfeccionarla". y en otro lugar: "desde el año treinta y seis deste siglo, leyendo Gramática en el Colegio de Bilbao, tuve a las manos el Ms. esquisito de las Bienandanzas e Fortunas de Lope García de Salazar".
Su interés por los temas cantábricos, vizcainos y guipuzcoanos se mantuvo a través del trato que tuvo en La Coruña en 1639 con el general de marina D. Antonio de Oquendo, ya que el P. Henao ayudó a bien morir al héroe guipuzcoano.
Escribió numerosas obras teológicas, que le merecieron ser contado entre "los más eruditos teólogos de su tiempo". El año 1689, escribía el Padre Henao sus "Averiguaciones de las Antigüedades de Cantabria" publicadas en Salamanca. Más tarde en 1702 publicará su "Defensa histórica de Guipúzcoa".
La causa que le movió a investigar el pasado de las provincias vascas, nos la aclara él mismo en su Advertencia al lector: "Siendo mi antiguo designio escribir de las tres Provincias Cantábricas, Guipúzcoa, Vizcaya y Alava, por derivarse dellas Nuestro muy Glorioso Patriarca y Fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola...vine en el pensamiento desta obra, porque me pareció resultaría al Santo alguna mayor gloria extrínseca, si se diesen noticias de los sucesos gloriosos de las tierras de su nacimiento y origen, siendo cierto que cede en recomendación de los naturales y originarios la excelencia de sus patrias y orígenes. Al paso que las tres Provincias se honran con tal hijo y originario por la sangre, se representaba como conveniente que algun hijo espiritual del Santo, por el religioso estado, aplicase sus estudios a inquirir las Antiguallas ilustres de las dichosas Provincias de su nacimiento y ascendencia".
Por otra parte el jesuita Gabriel de Henao tuvo estrechas y directas relaciones con la provincia de Guipúzcoa y con sus juntas, desde 1689 hasta después de 1702. Ya en la junta general de Zarauz de noviembre de 1689 se recibió una carta del mismo Padre Henao, fechada en Salamanca el 30 de marzo, con la que remitía su obra ya publicada "Averiguaciones de las Antigüedades de Cantabria".(AGG. JD AJF 7-7(1689). La Junta de Zarauz agradeció al jesuita el envío, remitiéndole en compensación 100 escudos de plata. Dicen las Juntas: "Recibiose en esta Junta una carta del P. Gabriel de Henao de la Compañía de Jesús, fecha en Salamanca el 30 de marzo, con un libro impreso que ha sacado a luz intitulado "Averiguaciones etc." en que se descubren las de la Provincia a honor y gloria de S. Ignacio, Patrono della, y dice que tiene otros tres acabados y aprobados con privilegio real, y siendo este Libro del agrado de la Provincia se animaría a la edición de los otros y para corregir, quitar o añadir en los otros estimaría aviso de la Provincia, con lo que se le ofreciese. La Junta acordó se le responda con todo aprecio y estimación de la fineza y cuidado, con que se ha dedicado a esta obra y que con vista del libro dará noticia de lo que le ocurriere, pues ha remitido su inspección a diferentes caballeros y que para manifestar la estimación que merece la obra y en el interim por muestra de agradecimiento ha librado para su Paternidad Reverenda 100 escudos de plata que solo sirvan de memoria del afecto y voluntad de la Provincia".
Aunque la Provincia reaccionó al principio suspicazmente, pronto vió Guipúzcoa que sus aspiraciones de poseer una historia de Guipúzcoa, aspiraciones y proyectos mantenidos por lustros se habían cubierto con dignidad, en la obra del Padre Henao.
El censor guipuzcoano de la obra del Padre Henao fue don Miguel de Aramburu, que sostuvo con la Provincia y con el jesuita una fructífera correspondencia a partir de 1689. Miguel de Aramburu escribió una carta en Tolosa el19 de noviembre de 1689 a la Diputación, que ésta le contestó desde Azcoitia el 30 de diciembre de 1689. Era el comienzo. Desde este momento Miguel de Aramburu será el puntal de la vida política y del desarrollo de la cultura provincial. Este Miguel de Aramburu era el que escribió unas noticias sobre Tolosa, llevó el peso de la edición de la Nueva Recopilación de los Fueros de Guipúzcoa de 1696 y fue el consultor imprescindible para todos los temas históricos y legales de la provincia en esos años. (AGG. JD AJF 7-9 (1691 ). Juntas de Azcoitia). En el apéndice primero del Complemento primero se hallan varias rectificaciones históricas asumidas por el autor e indicadas al P . Henao por Miguel de Aramburu, principalmente sobre la madre de San Ignacio, sobre las armas, blasones y nobleza de Guipúzcoa y sobre la parte que cupo a la provincia en las guerras cántabras.
Conservamos más cartas del P. Henao a la provincia de Guipúzcoa. En la del 8 de abril de 1691 enviada desde Salamanca a la junta de Azcoitia, se congratula el P. Henao de la buena recepción que dió la provincia a su primer tomo y le remite el segundo. Pide noticias de las villas guipuzcoanas, lo mismo que copias de los documentos de sus archivos y el donativo que se le envió con el primer tomo.
En la carta del 3 de agosto de 1701 alude a las respuestas enviadas a sus consultas ya la liberalidad de la Provincia por la edición de los tres tomos de su obra. Pide ayuda para proseguir a sus 88 años con el tomo tercero y agradece la amistad de Cristobal de Corral y Idiáquez y de Agustín de Aguirre Elizalde, hijos de la Provincia. En esta misma carta a la Provincia, el P. Henao manifiesta que el tercer tomo de las Averiguaciones lo tiene "acabado en borrón y los achaques, sobre 88 años cumplidos de edad, han retardado su impresión, no pudiendo yo personalmente acudir a la oficina como en la de los dos (anteriores volúmenes) y ser fuerza le copie otro fielmente antes; recurso de que no necesité para once tomos de a folio que é sacado a luz en Francia y España".
Años después también en carta a Guipúzcoa, aparece el incansable Henao empeñado en la preparación de su obra: "Yo por vacaciones estoy repasando el tercer tomo de Aueriguaciones, que ha años tengo manuscrito de mi letra. Es en verdad que la entera ejecución no será tan pronta como yo quisiera, porque me hallo con la enfermedad de 91 años de edad y las demás que ella suele traer". Pero en esta misma carta le promete a la Provincia, ocuparse pronto de la obra en defensa histórica de sus Fueros y Privilegios. Le pide documentación que se conserva en los archivos de San Sebastián y de Fuenterrabía y espera que pronto se publique el tercer tomo.
En la carta del 3 de enero de 1703 el Padre Henao le remite a la Provincia los quince primeros pliegos extractados de su tercer tomo inédito de las Averiguaciones y que constituyen la Defensa histórica de Guipúzcoa.
En efecto entre 1689 y 1691, se imprimieron en Salamanca los dos volúmenes de las "Averiguaciones de las antigüedades de Cantabria". El plan de la obra tal como se lo propuso el P. Henao se desarrollaría en cuatro libros. El primero trata de los "sucesos de los cántabros desde la primera población de España hasta la venida de los Godos a ella". El segundo, "del tiempo que dominaron a España los Godos". El tercero, "de las empresas contra moros y en defender del los a Cantabria". El cuarto, "de los tiempos de los Reyes de León, Condes y Reyes de Castilla, hasta aquel en que las tres Provincias de Vizcaya, Guipúzcoa y Alaba se incorporaron prósperamente en la Corona de Castilla".
El primer libro constituye el volumen publicado el año 1689. Su título completo es: "Averiguaciones de las antigüedades de Cantabria; enderezadas principalmente a descubrir las de Guipúzcoa, Vizcaya y Alaba, provincias contenidas en ella, ya honor y gloria de S. Ignacio de Loyola, nacido en la primera y originario de las otras dos, patriarca y fundador de la Compañía de Jesús". Salamanca, Antonio García, 1689.
Encabezan la primera parte de las "Antigüedades" una dedicatoria a San Ignacio de Loyola y unas advertencias al lector, en que se hallan noticias interesantes junto a una erudición innecesaria e inoportuna. A la dedicatoria y advertencia siguen dos apéndices que tratan de la ascendencia vizcaina y alavesa de San Ignacio.
y tras estos preliminares, entra a tratar de las más remotas antigüedades de Cantabria. Como era de esperar, se remonta a Tubal, primer poblador de la Cantabria. Toda noticia, fundada o no, que el P. Henao ha hallado en sus abundantes lecturas acerca de los cántabros y sus relaciones con cartagineses y romanos, la discute con detenimiento, aunque la guerra romano-cántabra le obligue a detenerse con morosidad. Henao no duda (y lo propugna contra Zurita) que Alava, Guipúzcoa y Vizcaya formaron parte de Cantabria, aunque no la constituyeran toda entera. Sin embargo, hablando de temas puntuales no admite la realidad del desafío en Roma, pues los que escribieron de él, "fué muchos siglos después de la guerra Cantábrica, fiándose los demás en el primero que lo afirmó, y dese se esparció el rumor, que ha corrido en Cantabria".
Los vascos se mantuvieron independientes de los romanos y de ello es testimonio la conservación de su idioma. Los vascos primitivos adoraron al Dios desconocido, que es el verdadero Dios. Ello no quiere decir, sin embargo, que no fueran idólatras. "Y aunque faltasen ya todos los rastros de idolatría en Cantabria antes de Christo, se debe atribuir al tiempo, que consume piedras y bronces. Porque empeñarse en que universalmente los Cántabros no fueron idólatras en los siglos precedentes a la luz de la ley Christiana, es arrestarse en gloria desta nación, que a pocos se les haga creible".
Recoge con cuidado los testimonios de autores que sostienen la predicación del Evangelio a los vascos por Santiago, San Pablo y San Saturnino, discípulo de San Pedro, y, aunque no se atreve a darla como indubitable, pone empeño en defender la autenticidad de la lápida funeraria de la sierva de Dios, Villela, datada en la era 115 (año 77) y que se decía fue hallada en Munguía. Discute la localización de la Flaviobriga de los geógrafos clásicos, examinando las posibilidades de Bermeo, Bilbao, Orduña, Fuenterrabía, Portugalete y Castro.
El capítulo LVllo dedica al nombre de Guipúzcoa. Rechaza el que derive de Lepus, hijo de Bruto y nieto de Eneas, e igualmente rechaza que derive de los Vibiscos, pueblo de la Galia Aquitánica. La mayor antigüedad documental la encuentra en el privilegio de los votos de San Millán dados por el Conde Fernán González que Henao coloca entre el 933 al 939. Años después en tiempo del rey Sancho el Mayor en el año 1007 se nombra por primera vez Ipuscoa.
Pasa luego a afirmar en el capítulo LXIV que Guipúzcoa, Vizcaya y Alava estuvieron comprendidas en la Cantabria cuando imperaban los Romanos en España. Afirma igualmente que Guipúzcoa no fue dominada de los Francos, ni que de éstos la recobraron los Romanos ni de éstos los godos en tiempo del Rey Sisebuto.
Los libros segundo y tercero salieron a luz conjuntamente en un volumen titulado: "Averiguaciones de las antigüedades de Cantabria, ocupadas en explorar sucesos de los cántabros, quando dominaron a España los Godos, y en los de empresas contra Moros y en defenderse dellos, enderezadas principalmente a descubrir los de las tres Provincias Cantábricas Vascongadas, en esos tiempos, ya honor y gloria de San Ignacio de Loyola, cántabro por padre y madre, y nacimiento en la una, y por orígenes maternos en las otras dos, patriarca y fundador de la Compañía de Jesús". Salamanca, Antonio García, 1691.
En el libro tercero hay diferentes capítulos que se refieren a la historia guipuzcoana. Por ejemplo el capítulo XXVIII: "Expediciones de Guipuzcoanos y Alaveses en común contra Moros" para cuya redacción sigue la crónica de Alfonso XI, lo mismo que a Garibay, a Oihenart ya Zurita.
Igualmente dentro de los apéndices a los libros segundo y tercero se recogen noticias referentes a la Provincia de Guipúzcoa. Así por ejemplo el capítulo XXXI titulado "Descripcion de la Muy Noble y Muy Leal Villa de Azpeitia, patria de San Ignacio de Loyola". Entre los autores que cita para esta descripción están Méndez Silva en su "Descripción de Guipúzcoa". El capítulo XLII lo dedica a la "Descripción imperfecta de la Muy noble y muy leal Ciudad de San Sebastián". El capítulo siguiente XLllllo dedica a la "Descripcion de la Muy Noble y Muy leal villa de Tolosa".
Los recursos económicos del impresor, sigue Andrés de Mañaricua, no bastaron a concluir toda la obra en dos volúmenes, como era el deseo del P. Henao. El libro cuarto, ya compuesto, quedó sin imprimir. El propio autor nos dice: "El quarto queda reservado con apéndices y con descripciones de varias Villas de las tres Regiones Vascongadas y con la general de la Provincia de Cantabria, siendo el asunto principal del quarto libro, contar los sucesos de las tres Regiones, desde que al ínclito Rey don Pelayo se agregaron en su ayuda, para que hiciese rostro a la armada furia de Arabes y Moros, hasta que ellas dichosamente se unieron a la Corona de Castilla: y en quanto a Guipúzcoa se pondrá su epítome desde entonces hasta nuestros días, por aver conseguido apuntamiento de su archivo general, no así del de Vizcaya, y menos del de Alaba".
El último volumen de su obra, trabajada a lo largo de casi setenta años de su vida, es decir, el traído y llevado libro cuarto que, a su juicio, había de ser el más consultado por tratar de acontecimientos más recientes, no llegó a ver la luz pública. Desconocemos su paradero.
El único resto cierto que tenemos del tomo tercero es la "Defensa histórica de Guipúzcoa", extractada del mismo por el propio P. Henao, en 1702. Este texto lleva como título "Defensa histórica de Guipúzcoa o Razón de su independencia, Fueros, buenos usos y costumbres y modos de su voluntaria Unión de amistad y federación, principalmente con los Reinos de Navarra y Castilla y de sus franquicias, libertades y privilegios desde su unión a Castilla en 1200 hasta el fin de siglo 17". Escrita en 1702.
También nos consta como obra del P. Henao la titulada "Una carta y papel que a instancia de la Provincia escribió el P. Gabriel de Henao de la Compañía de Jesús, que trata de la Unión voluntaria a la Corona de Castilla,etc". Esta carta debe corresponder a la ya citada defensa histórica de Guipúzcoa y se halla extractada del tercer Tomo inédito de sus Averigüaciones, según lo indica el mismo Henao en carta a la Provincia de Guipúzcoa de 16 de julio de 1702. Este texto lo remitió a la Provincia en 13 pliegos el 3 de enero de 1703.
El P. Henao al escribir sus "Averiguaciones" no pretendió hacerlo a modo de "historia". Dice textualmente "No procedo en forma de Historia, porque la narración en ésta debe ser corriente y tersa y suponiendo, más que probando con testimonios de otros: lo qual no ha sido posible en los sucesos de las tres Provincias, por ser necesario para asegurarlos, el colegirlos ya de este escritor, ya del otro, no aviendo hasta ahora alguno, que de proposito aya escrito dellas; y así bacilaría el crédito si faltasen las pruebas, y acaso la emulación se arrestaría a negar lo que viese sin ellas". Trata de "averiguar" y de investigar, no de dar una narración seguida y fácil de leer del pasado. Por ello acumula las que él estima pruebas, que frecuentemente no son tales, sino acumulación de citas y testimonios, que prueban la gran erudición del autor y el número pasmoso de apuntes con que preparó su obra. El resultado no fue proporcionado al trabajo y el libro resulta en ocasiones farragoso y árduo de leer.
Al material acumulado a lo largo de sus lecturas han de sumarse las notas recogidas en archivos, unas veces personalmente, otras por medio de otras personas. Henao recurrió también a la consulta de aquellos que le merecían cierta autoridad.
El empeño fue largo y trabajoso. Al finalizar, Henao no ocultaba su satisfacción: "No dudo, ayan tocado muchos con primor uno u otro punto de Cantabria; pero sin arrogancia puedo dezir, que ninguno, hasta mí, todos por punto, ni con más diligencia, ni más de asiento; aunque la rudeza de mi pluma, no avrá alcanzado a darles el hermoso colorido, que ellos pedían". En la medida de sus fuerzas realizó su plan. Si es verdad que a lo largo de sus páginas no faltan ni son raras las digresiones extemporáneas, ellas no ocultan su esquema fundamental. Su defecto principal no está ahí. En las Averiguaciones, sobra erudición y falta crítica. Henao no es el escritor credulón que todo lo admite. En él encontramos aciertos crític9s que le honran, como la repulsa de la escritura de unión de Guipúzc08 a Castilla falsificada por Lupián Zapata. Pero no logró liberarse de la literatura falsaria y le concedió a ésta demasiada beligerancia. Otro defecto grave que soporta su obra es el de no saber apreciar las pruebas, ya que confunde el valor intrínseco de ellas con el número de los testimonios y autores opinantes".
No puede negarse mérito al libro del Padre Henao, termina Mañaricua, ya que él marcó honda huella en los historiadores vascos que le sucedieron hasta tiempos recientes. Dio a conocer multitud de datos perdidos en archivos o en libros raros. Es de justicia que lo reconozcamos y repasemos las páginas de Henao con el respeto que se debe a una obra que, cual pocas, refleja la ilusión y excepcional laboriosidad de una vida; aunque para nosotros su interés histórico haya quedado grandemente disminuído.
El Padre Henao satisfizo a la Provincia de Guipúzcoa en dos de sus objetivos más preciados cuales eran el de escribir la historia de Guipúzcoa y el de poner al día la vida de San Ignacio de Loyola que había pergeñado con mano maestra el Padre Pedro de Rivadeneira. Con las obras del P. Henao se cierra el ciclo en el que las Juntas de Guipuzcoa se interesan por promocionar una historia de la Provincia.
#3 ¿a ti que te parece? ¿piensas igual que yo, no? pues nada ya me cuentas y tal.