ingeniero aeroespacial Ji Wu
Si para cualquier ciudadano chino el 14 de diciembre fue una jornada emocionante, el ingeniero aeroespacial Ji Wu (Pekín, 1958) vivió el aterrizaje en la Luna de la nave no tripulada Chang'e-3 de forma particularmente intensa desde el Centro Nacional de Ciencia Espacial (NSSC, por sus siglas en inglés) que él dirige.
Para el gigante asiático fue un paso importante en su ambicioso programa espacial: «Ahora que estamos creciendo y somos la segunda economía del mundo, tenemos que hacer contribuciones a la ciencia. Nuestro programa espacial cada vez es mayor. Tenemos nuevas misiones y necesitamos nuevas personas que trabajen en él, así que estamos reclutando a muchos jóvenes para que se interesen por la tecnología y la ciencia», explica Ji Wu a EL MUNDO.
La entrevista tiene lugar en pleno vuelo con destino a la Guayana Francesa, adonde Wu viajó cuatro días después del alunizaje para asistir al lanzamiento del satélite Gaia, un telescopio espacial que cartografiará la Vía Láctea. Se trata de la nueva misión de la Agencia Espacial Europea (ESA), con la que China colabora en algunos programas científicos. De hecho, fue en la ESA donde Wu comenzó en 1985 su carrera aeroespacial. Pasó un año en ESTEC, el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial de la agencia europea, en Holanda. Tres años después regresó a Europa para continuar sus estudios en Dinamarca.
De vuelta en su país, entró a formar parte del centro que ahora dirige y que pertenece a la Academia de las Ciencias de China: «Participamos en muchos programas espaciales, desde estudios de meteorología al desarrollo de la carga útil para misiones tripuladas», detalla.
Aunque nos advierten que Wu sólo responderá a cuestiones estrictamente relacionadas con el programa científico, durante la conversación no elude ninguna pregunta.
¿Cómo vivieron en China el alunizaje de la nave Chang'e-3?
Fue un día muy feliz, pues supuso un hito para las actividades de China en el espacio. Nunca habíamos hecho algo así y fue un gran desafío conseguirlo. Por supuesto, con las nuevas tecnologías, ahora es mucho más fácil que hace 30 o 40 años, cuando lo hicieron Rusia y EEUU. Tenemos ordenadores mucho más potentes y pequeños, y componentes miniaturizados. Pero es la primera vez que lo logramos y lo hemos hecho solos, sin la ayuda de nadie.
¿Cuándo van a enviar una misión tripulada a la Luna? Se ha hablado de 2020 como fecha posible...
Aún no sé cuándo podremos hacerlo porque hay un debate sobre si deberíamos mandar una misión tripulada a la Luna o centrarnos en la construcción de la estación espacial china [Tiangong, o palacio celestial]. Una misión tripulada costaría mucho dinero y habría que destinar a muchas personas a esa tarea. No creo que podamos llevar a cabo las dos cosas de forma paralela. Es demasiado.
¿Cree que tendrán terminada su estación espacial en 2020?
Sí, aproximadamente. Lanzaremos un módulo en 2018 y los otros dos, en los dos o tres años siguientes. Nuestro objetivo es completarla hacia 2022, quizás antes. Trabajamos para tenerla lista en un plazo de unos diez años.
¿Qué programas planean desarrollar en su estación espacial?
Desde mi punto de vista, la estación espacial china es una cuestión política porque mi país necesita ese tipo de instalación. La Estación Espacial Internacional (ISS) no aceptó nuestra participación, así que hemos tenido que construir nuestra propia plataforma orbital porque no podíamos quedarnos fuera. Allí podemos entrenar a los astronautas y hacer ver al pueblo que podemos hacerlo. Los objetivos políticos son muy importantes pero, además, vamos a tener oportunidad de hacer grandes contribuciones en astronomía, física, ciencias de la vida... Hay muchas cosas que podemos hacer.
China, por tanto, prefería formar parte de la ISS
Nos hubiera gustado, pero no nos aceptaron. Sobre todo EEUU, que no quería que entráramos, Pero nuestra estación espacial sí estará abierta a ellos. Estará abierta a la participación de otros países y aceptaremos astronautas extranjeros.
En EEUU ven con cierta inquietud los progresos chinos en la carrera espacial.
Yo estoy dentro de China, dentro del sistema y sé lo que ocurre. Desde mi punto de vista no estamos intentando ponernos por delante de los estadounidenses. Estamos aprendiendo, somos principiantes en el espacio. Competir con la NASA no es nuestro objetivo. Sé que algunos políticos estadounidenses temen a China, pero es porque no nos entienden. No vienen a China para conocernos, no hablan con nosotros. Deberían invertir más tiempo para intentar entendernos.
¿Por qué cree que es importante regresar a la Luna?
Creo que es muy importante volver para hacer ciencia. Pero yo respaldo las misiones robóticas, pues creo que son suficientes. Enviar astronautas allí sólo tiene sentido por razones políticas o porque el pueblo lo pida.
Si de usted dependiera entonces, ¿no enviaría una misión tripulada a nuestro satélite?
No, a no ser que fuera por razones políticas o porque los ciudadanos quisieran. Para hacer ciencia los robots son mucho más baratos y más seguros.
En EEUU se ha presentado una iniciativa legislativa para considerar parques nacionales los lugares en los que alunizaron las misiones Apolo. ¿Qué le parece?
[Mueve la cabeza hacia los lados mientras se le formula la pregunta]. Yo creo que para la Luna hay que tener un tratado como el de la Antártida. No hay razón para que cada país tenga su propio territorio. Por razones científicas no hay necesidad de distribuir el terreno. Todo el mundo puede alunizar allí, pero ni China ni ningún país va a hacerlo en lugares en los que otras naciones ya han estado.
¿Mantienen alguna relación con la NASA?
Mantenemos contacto con algunos científicos estadounidenses, pero no a todo el mundo le agrada. En EEUU hay algunas personas que intentan bloquear esta colaboración.
¿Y cómo es su relación actual con Rusia y la Agencia Espacial Europea (ESA)?
Tenemos una buena relación con la Agencia Espacial Europea (ESA) porque hemos colaborado mucho en programas como Double Star o Cluster. Y en el futuro vamos a seleccionar y a lanzar nuevas misiones conjuntas. Con los rusos también tenemos una buena relación. Hicimos juntos la misión Phobos-Grunt [para enviar una sonda robótica a la luna marciana Phobos y traer a la Tierra muestras], que desafortunadamente fracasó.
Ha sido invitado al lanzamiento del telescopio de la ESA Gaia, ¿ha participado China de algún modo en esta misión?
No hemos colaborado en el desarrollo de ningún instrumento de Gaia, pero en el futuro usaremos los datos que ofrezca sobre planetas extrasolares y estrellas para nuestras investigaciones, que nos resultarán muy útiles para diseñar mejor nuestras próximas misiones.
¿Están interesados en explorar Marte?
Estamos estudiándolo, pero realmente no tenemos ahora ningún plan. Dependerá de lo que decida el Gobierno.
¿Ve posible que EEUU pueda enviar una misión tripulada a Marte hacia 2030?
Creo que pueden hacerlo, pero pienso que probablemente irán a un asteroide. Viajar a Marte es demasiado caro y peligroso para que pueda hacerlo un país en solitario. Y personalmente creo que no es necesario. Las misiones robóticas son suficientemente buenas.
Algunas empresas privadas de EEUU ya están estudiando la posibilidad de extraer minerales de asteroides. ¿Está China interesada en obtener recursos de cuerpos celestes?
Me parece algo muy lejano. Creo que lo mejor que podemos hacer es proteger lo que tenemos en la Tierra.
OTRA BANDERA EN LA LUNA
El sábado 14 de diciembre China se convirtió en el tercer país que consigue hacer un aterrizaje controlado en la Luna (hasta ahora sólo EEUU y la antigua URSS lo habían logrado). «Todo va muy bien», asegura Ji Wu, director del NSSC, el centro en el que han desarrollado instrumentos para las naves Chang'e-1, Chang'e-2 y Chang'e-3. Ésta última fue la que alunizó la pasada semana. «Hay ocho instrumentos, cuatro en el orbitador y cuatro en el rover Yutu (en la imagen). Seis de ellos ya han sido encendidos y estamos obteniendo datos muy emocionantes. Todos funcionan correctamente. Los otros dos serán encendidos posteriormente», asegura.
Fuente:
Vídeo youtube.