La capacidad reproductiva de las bacterias es uno de los fenómenos más impresionantes de la naturaleza. Algunas especies son capaces de producir miles de millones de individuos en una sola hora. Los científicos creían hasta ahora que este proceso de duplicación les proporcionaba una especie de "juventud eterna" y que, como explican en Science Daily, las bacterias no envejecían.
Pero un estudio dirigido por biólogos de la Universidad de California San Diego ha puesto en duda este paradigma. En un trabajo publicado en el número de noviembre de Current Biology, concluyen que las bacterias no solo envejecen sino que su manera de hacerlo les proporciona una ventaja evolutiva.
"El envejecimiento de los organismos está causado a menudo por la acumulación de daños no genéticos, como proteínas que se oxidan con el tiempo", asegura Lin Chao, que ha encabezado este estudio sobre las bacterias. "Así pues para un organismo unicelular que ha adquirido un daño que no puede ser reparado, ¿cuál de las dos alternativas es mejor? ¿Repartir el daño celular a partes iguales entre las dos hijas o dar a una hija todo el material dañado y a la otra ninguno?"Los análisis realizados por Chao y su equipo desde el año 2005 indican que las bacterias utilizan esta última solución, de modo que solo envejece una de sus hijas y la otra, de algún modo, "rejuvenece". Lo que sucede en una colonia de bacterias, por tanto, es un doble proceso de envejecimiento y rejuvenecimiento, lo que explica los primeros resultados contradictorios que había obtenido el equipo.
"Hemos realizado simulaciones de computador", explica Chao, y hemos descubierto que darle más material dañado a una hija que a la otra siempre es un éxito desde el punto de vista evolutivo". En términos económicos, la estrategia equivale a diversificar los riesgos e invertir tu dinero en varias carteras con menos rentabilidad. A largo plazo, las ganancias son mayores.
Los experimentos con la bacteria E. coli han mostrado a los investigadores que las dos hijas crecen a diferentes tamaños, lo que sugiere que las bacterias no se dividen tan simétricamente como los biólogos habían supuesto hasta ahora.
"Creemos que la evolución ha dirigido esta asimetría", asegura Chao. "Si las bacterias fuesen simétricas, no habría envejecimiento, pero a causa de esta asimetría una hija adquiere más daño y la otra tiene un inicio rejuvenecido con menos daño"