"Creemos que hubo 83 muertos, no sabemos hasta qué punto estas muertes estuvieron directa o indirectamente relacionadas con estos experimentos", dijo el científico Stephen Hauser, durante la sexta reunión de la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética estadounidense en Washington.
"Hubo un esfuerzo claro y deliberado de engañar tanto a los sujetos de los experimentos como a la comunidad científica y a la comunidad en general, que se hubiesen opuesto" a los experimentos, dijo Hauser, un científico de la Univeridad de California en San Francisco.
Según Hauser, aproximadamente 5.500 individuos participaron en los experimentos. Fueron divididos en dos grupos: los que fueron sometidos a estudios de diagnóstico y los que recibieron inoculación intencionada con los patógenos.
Así, poco más de 1.300 individuos fueron expuestos a las enfermedades venéreas, ya sea mediante contacto directo o inoculación. De éstos, menos de 700 recibieron "algún tipo de tratamiento", según los más de 125.000 documentos analizados por la comisión.
Hauser explicó que el objetivo principal del experimento de inoculación con la gonorrea era "probar la eficacia de una variedad de medidas profilácticas, incluyendo varias lociones químicas, así como la penicilina por vía oral".
También se pretendía entender los cambios en la sangre y en el cuerpo tras la inoculación de la sífilis y determinar si éstos cambios variaban dependiendo de si el contagio provenía de conejos enfermos o de personas infectadas con el patógeno.
Hauser indicó que hubo dos tipos de pruebas: uno de carácter serológico -se estudiaban la sangre y demás fluidos de los sujetos- y el otro de "exposición intencional" a través de las inoculaciones.
Con prostitutas infectadas.
La exposición intencionada, que incluyó un total de 50 experimentos distintos con gonorrea y sífilis, se produjo tanto mediante prostitutas infectadas como a través de inyecciones directas con estos organismos, explicó.
Los experimentos, financiados entonces por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), representan un "capítulo oscuro" de la historia de EEUU y "lo mejor que podemos hacer como estadounidenses es sacarlos a la luz", dijo la presidenta de la Comisión, Amy Gutmann.
La comisión, creada por el presidente Barack Obama, tiene la misión de investigar a fondo el por qué de los experimentos en Guatemala y determinar si las autoridades tienen ahora suficientes salvaguardas para proteger a sujetos humanos en estudios científicos financiados por el Gobierno federal.