Mientras algunas voces aseguraban que estos estudios eran clave para conocer los entresijos del virus de la gripe y estar preparados para una posible e hipotética nueva pandemia; otros se mostraban temerosos de que esa información pudiese ser empleada con malos fines, por ejemplo, para bioterrorismo; o, incluso, que esas cepas mutadas pudiesen escapar accidentalmente de los laboratorios y causar graves daños a la población.
El debate surgió a raíz de la censura previa de sendos estudios en las revistas 'Science' y 'Nature' en los que dos equipos diferentes (de las universidades de Wisconsin, EEUU; y Rotterdam, en Holanda) demostraban que era posible alterar genéticamente el virus para dotarlo de una gran capacidad de transmitirse entre mamíferos, y no sólo entre aves, como es lo habitual en este patógeno aviar.
Sólo en algunos países
Aunque los dos trabajos vieron finalmente la luz el pasado verano, han pasado otros seis meses hasta que ambas revistas han publicado una nueva carta firmada por los mismos 40 científicos en la que anuncian el fin de la moratoria. Eso sí, con un importante matiz: únicamente se reanudarán las investigaciones en aquellos países en los que este paréntesis "ha cumplido su objetivo" y los científicos tengan "el permiso de sus autoridades" para seguir trabajando con estos patógenos en las máximas condiciones de bioseguridad.
"Creemos que es importante continuar las investigaciones con H5N1 mutado para estar preparados ante una posible pandemia", ha señalado en rueda de prensa Yoshihiro Kawaoka, científico de la Universidad de Wisconsin-Madison cuyo equipo fue uno de los que demostró el año pasado la posibilidad de 'crear' virus capaces de transmitirse entre mamíferos.
"Se puede experimentar con seguridad en el laboratorio. El mayor riesgo en realidad es no continuar con los estudios que nos ayuden a conocer mejor el virus", ha añadido Kawaoka.
El problema es que, de momento, Estados Unidos, que es uno de los líderes en investigación mundial en este campo, no autoriza este tipo de ensayos, lo que tendrá repercusiones en laboratorios de todo el mundo.
Durante la moratoria, el gobierno norteamericano estableció una normativa sobre investigaciones que pueden ser usadas tanto con fines perniciosos como beneficiosos (dual-use research of concern, DURC, según su denominación en inglés), que obliga a que este tipo de trabajos sean revisados previamente por las autoridades.
Hasta la fecha, los trabajos con H5N1 mutado no han obtenido luz verde para continuar, lo que, de hecho, supone un importante freno para este ámbito de investigación.
El propio Kawaoka ha reconocido que, hasta que el país norteamericano no modifique sus guías de actuación, su equipo no podrá retomar las investigaciones. "Estamos esperando que tomen una decisión al respecto", ha señalado.
No obstante, Ron Fouchier, otro de los científicos que modificó genéticamente el H5N1 para aumentar su transmisibilidad, ya ha anunciado que en las próximas semanas retomará sus ensayos en el Erasmus Medical Center de Rotterdam (Holanda) con fondos de la Unión Europea.
Amelia Nieto, investigadora del Centro de Investigación en Red de Enfermedades Respiratorias (Ciberes), entiende el debate que se ha puesto encima de la mesa sobre la seguridad a la hora de manipular este tipo de patógenos; "pero lo que se comprende más difícilmente es que EEUU financiase los estudios que posteriormente no permitió publicar".
Según han adelantado Fouchier y Kawaoka, además de Holanda, otros países como China podrían iniciar investigaciones con H5N1 respetando todas las condiciones de seguridad biológica.
Tal y como explica Nieto, nuestro país dispone de centros con el máximo nivel de bioseguridad como los que se requieren para manipular estas cepas peligrosas, aunque en la actualidad no hay ningún grupo en España trabajando con este material.
Un debate no cerrado
Debido a estas cuestiones pendientes, el levantamiento de la moratoria no será ni mucho menos el fin de la cuestión, tal y como destaca un editorial que publica la revista 'Nature' con motivo de esta carta conjunta. La revista señala que tal vez ha faltado liderazgo por parte de alguna institución independiente internacional, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) para definir qué criterios de bioseguridad deben cumplir los laboratorios que vayan a manipular las cepas de gripe.
Las guías emitidas el pasado mes de julio por este organismo sobre la seguridad que debe rodear estos procedimientos indican que "las instituciones que no sean capaces de identificar y controlar cualquier riesgo potencial asociado a estos agentes deberían abstenerse de trabajar con ellas". Aunque como dice 'Nature', éstas son "palabras sensatas, pero desafortunadamente carecen de cualquier capacidad de imposición".
Los propios firmantes de la misiva admiten que llevará tiempo resolver todas las cuestiones que rodean a la investigación con H5N1 genéticamente modificado, pero mientras tanto, "el virus sigue evolucionando en la naturaleza y estos estudios son fundamentales para predecir la evolución del virus y estar preparados para una posible pandemia". Mientras tanto, las instituciones científicas, las revistas, los gobiernos, la OMS o los propios investigadores, deberán resolver la falta de liderazgo mundial y de mecanismos para gestionar este tipo de cuestiones.