Según esta agencia, es posible que, en el tratamiento de la gonorrea, los médicos estén avanzando hacia un punto en el que la enfermedad se vuelva incurable, a menos que se encuentren nuevas formas de tratarla.
Por ahora, han aconsejado a los facultativos que dejen de usar el tratamiento convencional, a base de cefixima, y que empleen en su lugar dos antibióticos más poderosos, uno es una pastilla y el otro es una inyección. La HPA dice que el cambio es necesario debido al aumento de las resistencias.
Los test realizados en muestras tomadas de pacientes y cultivadas en el laboratorio han demostrado que se ha reducido su susceptibilidad frente al antibiótico de uso frecuente cefixima en cerca del 20 por ciento de los casos en 2010, en comparación con sólo el 10 por ciento de los casos que se dio en 2009.
En 2005, no se podía encontrar una bacteria de gonorrea con susceptibilidad reducida frente a la cefixima en Reino Unido. La bacteria que causa esta infección, la 'Neisseria gonorrhoeae', tiene un capacidad inusual de adaptarse y adquirir resistencias o una susceptibilidad reducida frente a una creciente lista de antibióticos, primero fue a la penicilina, después a las tetraciclinas, a antimicrobianos como ciprofloxacina y ahora a cefixima.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el antibiótico de primera línea se cambie cuando el fallo del tratamiento en pacientes alcance el 5 por ciento. Sin embargo, con la cefixima, el cambio se ha adelantado, debido al alarmante aumento de las resistencias que se está produciendo.
Según ha señalado a la BBC en declaraciones recogidas por Europa Press la profesora Cathy Ison, experta en gonorrea de la HPA, "sus test de laboratorio han demostrado una dramática reducción de la sensibilidad al fármaco que se emplea como principal tratamiento para la gonorrea". "Es la primera advertencia real de que podría aparecer una gonorrea imposible de tratar en el futuro", advierte.
"Estábamos tan preocupados por los resultados que estábamos viendo que recomendamos que las guías para el tratamiento de la gonorrea se revisaran en mayo de este año, para recomendar en ellas un fármaco más efectivo", asevera.
No obstante, advierte la experta, "esto no solucionará el problema, ya que la experiencia nos dice que aparecerán resistencias a esta nueva terapia también". "En ausencia de ningún nuevo tratamiento alternativo para cuando esto suceda, enfrentaremos una situación en la que la gonorrea no se pueda curar", concluye.