O mejor, sí identificadas. Al menos tres especies nuevas de bacterias, recolectadas a nada menos que 40.000 metros sobre el nivel del mar: Janibacter hoylei (que hace referencia al difunto astrofísico Fred Hoyle), Bacillus isronensis (en homenaje a la ISRO, Organización India de Investigación Espacial, la entidad promotora de este experimento) y Bacillus aryabhata (recordando al matemático y astrónomo indio Aryabhata, que vivió en el siglo V).
Han sido encontradas a gran altitud, en la estratosfera, muy por encima de la protectora capa de ozono, es decir, que además de nuevas son resistentes a la radiación ultravioleta del Sol que llega a esas zonas altas de la atmósfera. El responsable de este experimento, un globo estatosférico como los que muchas agencias de investigación lanzan al cielo (en España el INTA lleva haciéndolo decenios, por ejemplo, y a menudo estos globos han generado avistamientos de ovnis que muchos quisieron convertir en naves extraterrestres), es Jayant Narlikar, del Centro Interuniversitario de Astronomía y Astrofísica. Narlikar el el continuador de la tradición del también indio Chandra Wickramsinghe, quien junto con Fred Hoyle fue el creador de las modernas versiones de la teoría panspérmica, afirmando que habían encontrado numerosas pruebas de que la vida llegó a la Tierra desde el espacio.
En la nota de prensa del ISRO, recogida por los medios de comunicación con titulares que en todos los casos hacen mención a la vida extraterrestre, se informa de que se han encontrado realmente más especies: 12 de bacterias y 6 de hongos, y que las tres mencionadas son las que más difieren de especies conocidas de bacteria. La principal diferencia es, por lo que se comenta, la resistencia UV (nada extraño, teniendo en cuenta dónde viven).
El experimento usa globos estratosféricos que suben cilindros que se exponen al aire a diferentes alturas y se cierrran posteriormente de manera hermética, y que luego se lanzan con paracaídas de vuelta al suelo para recolectar las muestras. Por supuesto, se intenta evitar cualquier tipo de contaminaciones. El mismo equipo ya realizó vuelos con anterioridad y, precisamente, en 2003 se dieron a conocer unos resultados muy similares a los actuales, que fueron también recogidos por la prensa como una gran novedad (por ejemplo, en Space.com).
Los resultados actuales parecen confirmar que se trata de nuevas especies bacterianas, que realmente pueden ser abundantes en la alta atmósfera. Y la especulación sobre su posible origen extraterrestre es, realmente, lo más dudoso de todo.
Algunos puntos interesantes:
No es en principio raro o imposible encontrar seres vivos en la alta atmósfera. Aunque la biosfera se acaba antes, en ciertas condiciones, como se ha comprobado, la presencia de aerosoles (partículas sólidas flotando en el aire) en la estratosfera permite que en sus superficies prosperen colonias de seres vivos. Estos experimentos, y los anteriores, comprueban que esto es así. Y además existen por lo tanto mecanismos para explicar su origen en la biosfera. ¿Por qué tienen que venir de fuera?
La resistencia a los rayos UV puede parecer sorprendente, pero en el mundo bacteriano la resistencia a condiciones adversas es frecuente. Se han encontrado bacterias que aguantaron las condiciones del espacio, al subir con lanzamientos espaciales. Los astronautas del Apolo 12 recuperaron en noviembre de 1969 una cámara de televisión que había llegado a la Luna abordo de la Surveyor 3, dos años y medio antes. Y encontraron bacterias de la especie Streptococcus mitis aún vivas. Y las Deinococcus radiodurans son capaces de sobrevivir a intensos niveles de radiación.
Tampoco es extraño que se descubran nuevas especies del dominio Bacteria. Se estima que menos de un 1% del dominio está catalogado. Pero quizá en la misma información encontramos el principal argumento para sospechar del "origen extraterrestre" a que nos inducen Narlikar y sus colaboradores. Las tres especies de bacterias estratosféricas se han asociado a géneros bien conocidos de bacterias. Y en el estudio se ha encontrado una afinidad de un 90% en el material genético de comparación. Esto apunta evidentemente a un origen común. Pensemos: tenemos unas bacterias que sobreviven flotando en la alta atmósfera, en condiciones extremas. Y tenemos abajo, en la biosfera, la gran diversidad de la vida. Y reconocemos que la bioquímica nos permite entroncar ambas poblaciones con un origen o linaje común. La conclusión más obvia es que las bacterias volantes vienen de bacterias terrestres, pero la conclusión a la que apuntan los panspérmicos es justo lo contrario: que de esas bacterias volantes -que a su vez llegaron montadas en cometas y otros cuerpos cósmicos que viajan por el Sistema Solar- vienen todos los seres vivos de la Tierra.
¿No les parece una conclusión un poco gratuita? ¿Una extrapolación ciertamente exagerada?
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/03/24/cosmos/1237887147.html