De los 11.584 casos de dengue registrados hasta ahora en Pakistán, 10.244 han tenido lugar en la región de Lahore, capital cultural y principal ciudad del este, según han indicado las autoridades provinciales.
Al menos 130 personas habrían contraído el dengue en la provincia de Khyber Paktunkhwa (noroeste) y otras 400 en la región de Sind (sur), según las mismas fuentes.
En Lahore, los hospitales están desbordados por la afluencia de enfermos, lo que ha llevado a las autoridades sanitarias a instalar carpas para acoger a los pacientes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y países como Sri Lanka ya han enviado equipos para reforzar la atención.
De momento, no existe vacuna para evitar la propagación de la enfermedad –que se transmite por la picadura de mosquitos-, por lo que la prevención es la mejor manera de frenar los nuevos casos.
"Esta epidemia se ha convertido en una calamidad", señala Saad Azeem, un policía de 45 años, que recientemente ha visto a su padre sucumbir a la enfermedad con 79 años.
Sobre el terreno, los pakistaníes critican la ineficacia del Gobierno, incapaz, según su opinión, de poner fin a los apagones de luz y de tomar medidas para limitar la proliferación de los mosquitos portadores de la enfermedad.
El dengue provoca fiebre, dolores musculares y articulares y puede llevar a la muerte a través de fuertes hemorragias y bruscas subidas de tensión. En las zonas tropicales y subtropicales, la enfermedad afecta cada año a más de 50 millones de personas.