Un equipo internacional de investigadores han publicado en PLoS ONE que el tipo y la cantidad de bacterias que una persona tiene en la piel desempeñan un importante papel en la atracción de los mosquitos.
Los investigadores han estudiado la estrecha relación entre este mosquito y los seres humanos, y cómo la composición de la microbiota de la piel afecta a la atracción del mosquito. Para ello, el estudio contó con 48 voluntarios varones entre 20 y 64 años a los que se les pidió que no bebieran alcohol ni comieran ajo, cebolla o comidas picantes, y tampoco podían ducharse. Las “emanaciones” de su cuerpo se recogían en contenedores especiales que se mantenían adheridos a su piel durante 10 minutos. La composición de microbios de su piel se determinó mediante recuento en cultivos selectivos y no selectivos y por secuenciación del gen 16S ARN ribosomal.
Los individuos se clasificaron como muy atractivos (HA, highly attractive) o poco atractivos (PA, poorly attractive) para las mosquitos. Los resultados de la secuenciación demostraron que las personas que eran muy atractivas para el mosquito de la malaria tenían una mayor abundancia pero menor diversidad de bacterias en su piel, a diferencia de las personas que eran menos atractivas para el mosquito. En general, las personas con más bacterias por centímetro cuadrado resultan más atrayentes a los mosquitos. Pero quienes más llamaban la atención de los insectos eran aquellos individuos que presentaban más cantidad y menos biodiversidad en su microbiota de la piel. Además, identificaron los géneros bacterianos que eran más atractivos para el mosquito. En concreto, la abundancia de Staphylococcus provocaba una mayor atracción de los insectos. Por otro lado, los individuos con una mayor diversidad de bacterias y una mayor abundancia de las bacterias Pseudomonas o Variovorax fueron menos atractivos para el mosquito y por tanto pueden recibir menos picaduras.
http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0028991
Este descubrimiento podría permitir el desarrollo de nuevos sustancias atrayentes o repelentes para los mosquitos, y métodos personalizados para protegerse contra el vector de la malaria o de otras enfermedades infecciosas.
Me lo han dicho hoy en clase y me ha parecido muy interesante, sobre todo porque en verano me acribillan.