e acuerdo con la definición de la NASA, se dedica a estudiar el origen, la evolución y el futuro de la vida en el universo. Así, indica, los astrobiólogos se dedican a visitar algunos de los lugares más bonitos de la Tierra en busca de bacterias viejas, fósiles y otras pistas que ofrezcan claves sobre la vida en otros planetas.
En la última entrada en su blog recoge algunas de las 90 fotografías divulgadas por la NASA dentro de su espacio From Earth to the Solar System» (De la Tierra al Sistema Solar). Son una muestra de la exploración del planeta, incluso aquellos lugares que sirve como «crisol de descubrimientos» para la astrobiología. Imágenes que ayudan a entender cómo podría ser la vida a lo largo del Sistema Solar.
Shark Bay, Australia. Solo han existido microbios durante cerca del 85% de la historia de la vida. La única evidencia de su actividad se preserva en estas viejas estructuras rocosas en forma de cúpula. La mayoría se encuentra en lagos con unas condiciones que evitan el pastoreo, por ejemplo. Es el caso de Australia, donde aún se conservan los especímenes vivos.
Parque Nacional de Yellowstone. Multitud de microorganismos que viven en aguas a más de 38 grados de temperatura causan los bonitos colores del Parque Nacional de Yellowstone. Según la temperatura del agua surgen bacterias distintas, y es eso lo que determina el color del agua, distinto según las variaciones.
Lago Mono, California. Destaca por sus condiciones de híper salinidad. Está rodeado por montañas que impiden que el agua pueda salir, de manera que solo puede hacerlo mediante la evaporación. Así, emergen del agua columnas de toba calcárea que le dan una apariencia inédita. Reciente se ha descubierto que las bacterías incorporan arsénico en lugar de fósforo en la base biológica de sus moléculas.
High Lakes, Sudamérica. Los mayores lagos volcánicos del mundo están en la Cordillera de los Andes, en Sudamérica. El «Simba Lake» está a una altura de casi 6.000 metros y es de color rojo por los pigmentos que han desarrollado las algas para protegerse de la radiación. Los astrobiólogos ven en este comportamiento la capacidad de adaptación y les ayuda a entender el entorno en Marte.
Pilbara, Australia. Son bacterias con más de tres millones de años, el registro de vida más antiguo de la Tierra. Pueden adoptar formas distintas y los astrobiólogos buscan comprender de forma más profunda cómo se originó y evolucionó la Tierra.
Río Tinto, España. En Huelva, sus aguas tienen alto contenido en metales pesados y escasez de oxígeno, condiciones que dificultan el desarrollo de la vida. Sin embargo, sooprota una increíble diversidad de microorganismos como algas y hongos. Debido a las similitudes geológicas con Marte, un equipo de investigadores perforó la zona en busca de vida bajo la superficie y llegó a la conclusión de que se podría llevar a cabo un procedimiento similar en Marte.
Svalbard, Noruega. Es un archipiélago en el norte de Noruega. Los científicos han acudido allí para probar los equipos y procedimientos para detectar rastros de vida en Marte. Con una combinación única de volcanes y aguas termales, es una oportunidad única para observar la interacción entre el agua, las rocas y las formas primitivas de vida en un ambiente como el de Marte.