La salida de Edgar Wright de Ant-Man: libertad creativa frente a taquilla
En el año 2012, “Los Vengadores” de Joss Whedon se convirtió en la película de superhéroes más taquillera de la historia y cambió la manera en la que el género funcionaba hasta el momento, colocando a Marvel Studios como modelo a imitar por otras compañías, ya que Sony, Fox y Warner han tratado de sumarse al movimiento de universo compartido en cierta medida con las propiedades que tienen en su cartera.
En el año 2014, Edgar Wright decide dejar “Ant-Man”, poniendo a Marvel en el punto de mira acerca de su manera de llevar las adaptaciones y, sobre todo, de tratar a la fuerza creativa tras sus películas.
Marvel Studios ha pasado de ser la empresa modelo en lo que a adaptaciones de cómics se refiere a ser tan solo una tiránica sociedad movida por el dinero. Lo que queremos preguntarnos en este artículo es lo siguiente: ¿Se puede pasar de un extremo a otro en tan solo dos años?
Creatividad frente a taquilla
Hablemos claro: ninguna de las compañías anteriormente mencionadas es especialmente conocida por producir películas de corte indie. Todas, y digo todas, las películas de superhéroes estrenadas por los grandes estudios tienen como objetivo obtener la mejor recaudación posible.
Lo que sí que es cierto es que conseguir ese buen resultado en taquilla no tiene por qué ir reñido con tener una visión particular del personaje. El ejemplo perfecto de esto es la trilogía de “El Caballero Oscuro”, de Christopher Nolan, donde tenemos la muy particular versión del director acerca de Batman. La trilogía no solo muestra a un Batman muy personal, sino que además viene respaldada por unos resultados muy positivos en taquilla.
La cuestión no es acerca de si tenemos que sacrificar visión del director para que la película triunfe, ya que como hemos visto, eso no es necesario. El asunto es más bien si la visión del director es la necesaria para que la película consiga unos buenos resultados en taquilla y guste tanto a aficionados como a público general. Recordemos, por ejemplo, el “Hulk” de Ang Lee, una de las películas de superhéroes más personales que se han estrenado, y un fracaso en taquilla que tampoco convenció al público.
Parece que, visto lo visto, el secreto del éxito viene dado porque se pueda reconocer en la película el tono del director, siempre y cuando el mismo sea adecuado para la película y el personaje en cuestión. Cuando no lo es, el estudio suele dar direcciones y ya entramos en el debate de cuánto puede interferir el estudio en la película sin que se considere un ultraje al creador. Son muchos los que prefieren “Batman” a “Batman Vuelve”, a pesar de que en esta última se nota mucho más la mano de su director frente a una primera mucho más condicionada por Warner. Igualmente, casi todas las decisiones tomadas en “Spider-Man 3” fueron tomadas por el estudio, y todos sabemos cómo acabó esa película. En resumidas cuentas, en el punto medio está la virtud.
Si cae uno, caemos todos
El universo compartido no es nada nuevo. Lo hemos visto en las series animadas de DC creadas por Bruce Timm, en la serie de Spider-Man de los 90 y, cómo no, en los cómics. El principio es bastante simple: si tengo una colección que vende poco, puedo hacer que sus personajes aparezcan en una que tenga mucho más tirón para el público general y así conseguir más atención. Además, mediante la introducción paulatina de los crossovers (grandes eventos que aglutinan a la mayoría de personajes de una editorial con motivo de un gran acontecimiento), el lector tenía que comprar más colecciones, incluidas algunas que no compraría habitualmente, si quería obtener una visión completa del evento en cuestión.
Desde un punto de vista empresarial, utilizar un universo compartido parece una jugada redonda, siempre que se tenga una planificación muy estricta de las colecciones. ¿Esto implica una pérdida de control por parte de los creadores? Indudablemente, sí. Ponerse de acuerdo entre todas las colecciones y con editores generales limita mucho más que si simplemente quiero hacer algo con mi propio título independiente.
La cuestión con el cine es que mueve muchísimo más dinero del que mueven los cómics, y las decisiones importan más. “El Increíble Hulk” fracasó por el mal recuerdo que había dejado la ya mencionada “Hulk”, y todavía hace que Marvel se plantee la posibilidad de otra película del gigante esmeralda en solitario. Marvel no se puede permitir una película que sea un fracaso absoluto, porque con ese fracaso, pueden venir muchos más, llegando a inutilizar a algunos personajes.
Está claro que el universo compartido le ha venido muy bien a Marvel. Todas las secuelas post-Vengadores han recaudado muchísimo más que sus predecesoras, llevándonos a un mundo donde una película del Capitán América recauda más que una de Superman. ¿Quién en su sano juicio podría haber imaginado eso? Warner también ha reconocido los beneficios del universo compartido, tratando de mejorar los datos de “El Hombre de Acero” mediante la inclusión de Batman en “Batman v. Superman: Dawn of Justice”. Pero con dicha estrategia también viene un problema: hay que mantener un control mucho más estricto sobre las películas que se producen. Y no es que Marvel no haya decidido tomar riesgos, el ejemplo más claro de ellos, “Iron Man 3”. Y como resultado, tenemos un corto que trata de corregir algunos de los puntos polémicos de la película, un público muy dividido y un problema muy gordo para Joss Whedon.
Como hemos visto, con un universo compartido no vienen intrínsecamente peores películas (“Capitán América: El Soldado de Invierno”, película individual muy condicionada por otras cosas en el mismo universo, es considerada una de las mejores películas de superhéroes de todos los tiempos), pero sí que para arriesgar hacia una visión más creativa tienen que tener muchas garantías de su viabilidad dentro de dicho universo porque, lamentablemente, es mejor sacar películas normalitas que arriesgar en una y que no funcione nada.
El asunto Wright
Y todo lo dicho anteriormente nos lleva al asunto por el que ha estallado la polémica: la salida de Edgar Wright de la adaptación de “Ant-Man”.
La historia, de manera breve, es que Edgar Wright llevaba estando involucrado en Ant-Man (la adaptación de El Hombre Hormiga que Marvel Studios pretendía realizar, con fecha de estreno prevista para el año que viene) desde el año 2006, pero no había podido dedicarse a la película hasta recientemente, la cual abandonó tras una reescritura del guión por parte del estudio, que propició su ruptura por motivos de diferencias creativas.
Tras ello, llovieron multitud de críticas. Algunas al propio Wright, aunque la mayoría a Marvel Studios. Además, las mismas se vieron aumentadas cuando gente de la propia industria que había leído el guión original afirmaban que era muy bueno.
Lo que yo me pregunto es lo siguiente: ¿es todo tan simple como pobre creador contra empresa despiadada? No quiero que se me malinterprete: estoy seguro de que el “Ant-Man” de Edgar Wright sería una obra muy personal y ya he afirmado que es más rentable para Marvel sacar una película normal que sacar una arriesgada con posibilidades de fracasar, pero incluso así, no creo que sea algo tan sencillo.
Como hemos mencionado antes, Wright llevaba en el proyecto desde 2006. Desde entonces, Wright ha estrenado tres películas, mientras “Ant-Man,” o todo personaje relacionado con ella, ha quedado esperando por él. Si Marvel no confiaba en la visión de Wright, ¿no hubiera cogido a otro director que les entregara una película sencilla de aventuras mucho más rápido?
No solo eso, sino que Marvel ha tenido que hacer bastantes cambios en sus propiedades para que estuvieran de acuerdo a la visión creativa de Wright. Un Hank Pym de 60 años, un Ultrón no creado por Pym sino por Stark… muchísimos cambios que, nuevamente, no creo que hubieran autorizado si no confiaran en la visión de Wright.
Me gustaría citar también el caso de otro director que trabaja en una película de Marvel Studios aún por estrenar: James Gunn. Gunn tiene un perfil similar al de Wright a ojos de Marvel y, no obstante, su opinión acerca de Marvel Studios no podría ser más diferente. Gunn afirmó en la Comic-Con del año pasado que cuando entregó su primer guión de “Guardianes de la Galaxia”, desde Marvel le dijeron que “pusiera más James Gunn en él”, incluso cuando el propio director consideraba que ya tenía bastante de su visión personal.
Y lo que es más importante es lo que Gunn contestó en una entrevista cuando le preguntaron si discutía mucho con Kevin Feige, presidente de Marvel Studios. Esta fue su respuesta:
Chocamos todos los días. Pero lo que es genial de que Kevin y yo trabajemos juntos es que ninguno de nosotros tiene un gran ego sobre lo que hace. Lo importante es que siempre estamos tratando de hacer la mejor película posible, no haciendo lo que queremos porque pensemos que estamos en lo correcto. La verdad es que estamos de acuerdo el 99% de las veces. Las veces en las que no, lo hablamos, lo discutimos. Usualmente uno de nosotros gana la discusión. Las veces que nadie gana, vemos ambas versiones y dejamos decidir a un público. Pero, repito, eso es al respecto de cosas pequeñas. Yo confío en Kevin para las cuestiones grandes, y él confía muchísimo en mí en lo tocante a comedia y desarrollo de personajes. Es un compañerismo divertido y vivificante.
Gunn dice, literalmente, que se trabaja para “hacer la mejor película posible” y con eso volvemos a algo que mencioné en el primer punto de este artículo, y es que se trata de encontrar el punto correcto entre la visión del creador y lo que necesita el personaje en ese momento concreto. Lo curioso del asunto es que Marvel iba a dejar que Wright utilizara cosas muy radicales (repito: un Hank Pym sexagenario) así que, ¿qué fue tan crudo como para tener que cambiarlo?
La cuestión es que probablemente la visión de Wright hubiera sido ideal para el año 2008, pero para el año 2014, con un Universo Cinematográfico con dos fases detrás, probablemente la misma visión no hubiera sido válida. Es indudable que “Ant-Man” hubiera sido toda una película de Edgar Wright, pero lo que tenemos que preguntarnos es, ¿hubiéramos querido una película del Hombre Hormiga de Edgar Wright y que luego no se le pudiera aprovechar nunca más en el MCU?