Los dos planos secuencia del principio de la peli (asalto a la comisaría y la guerrilla en los edificios) me parecen brutales. Detesto cuando el director te lanza a la cara este tipo de recursos para sacarse la chorra, pero aquí me parece un acierto, porque te meten de lleno en la vorágine que supone este tipo de altercados y te sitúa muy bien en la zona de conflicto. Además, suenan un par de temas con coros que lucen genial.
Ahora bien, hay dos momentos en lo que mi suspensión de incredulidad dice "hasta aquí". No me puedo creer que tras la muerte de un menor a manos de la "policía", en la rueda de prensa por parte de esta, apenas haya seguridad y una serie de niñatos patrocinados por el PSG sea capaz de reventar una comisaría y robar vehículos y material policiales. Coño, que está declarando el hermano militar y entre los asistentes se ve a un grupo de chavales con pasamontañas XDD. El otro momento es cuando la policía empieza a ganar terreno en los edificios y los chavales, que no pesarán ninguno 80 kilos, son capaces de hacer retroceder a un grupo de antidisturbios con patadas voladoras y empujones con sus brazos de alambre.
Tras este secuencia, tengo que destacar un plano que me parece brutal. Cuando la policía hace una especie de formación tortuga para protegerse de los fuegos artificiales mientras les rodea un grupo de motoristas.
Una cosa que me descoloca es el jardinero autista, que de repente descubrimos que sabe hablar y es todo un experto artificiero.
La peli tiene muchísima fuerza y un ritmo frenético encantador en su primera mitad, hasta la muerte de Karim. Luego, para mí, pega un gran bajón y pierdo interés en todo. Aunque es disfrutable, no está a la altura de otras pelis similares como "Los miserables", "Shorta" o "BAC Nord".
Mi enhorabuena a la empresa pirotécnica que pilló el contrato. Y mención especial para el pide cigarros y su caballo.