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Lo que no consiguieron el Doctor No, ni Tiburón, ni Auric Goldfinger, acabar con James Bond, podría lograrlo la crisis.
Metro Goldwyn Mayer, la major dueña de la saga 007, está sumida en un profundo agujero económico que podría significar el fin del agente con licencia para matar. Al menos, en las películas.
Ya en abril, los dos productores tradicionales de la saga, Michael G. Wilson y Barbara Broccoli, anunciaron que el rodaje del nuevo Bond, conocido de momento como Bond 23, se posponía "indefinidamente".
Y, desde entonces, sólo crecen las dudas. Según publica The Hollywood Reporter, la película de momento no encuentra financiación y Hollywood cree que un paréntesis demasiado largo acabaría con la revitalización que la saga experimentó con la incorporación de Daniel Craig como protagonista.
Los acreedores de la Metro extendieron el plazo para solucionar la monumental deuda de más de 3.000 millones de euros hasta el 15 de septiembre de este año. Broccoli y Wilson confían en que Time Warner se haga con el histórico estudio para poder continuar con la nueva película de 007 pero las últimas negociaciones en mayo pasado no fructificaron.
Id diciendole adios al Sr.Bond
Esto es lo que pasa cuando se quita la frase "soy Bond, James Bond" de las películas.
