Viviane Amsalem, separada desde hace años de Elisha, su marido, quiere conseguir el divorcio para no convertirse en una marginada social. En Israel no existe aún el matrimonio civil; según las leyes religiosas, sólo el marido puede conceder el divorcio. Sin embargo, Elisha, se niega a hacerlo. Viviane tendrá que luchar ante el Tribunal Rabínico para lograr lo que ella considera un derecho. Así se verá inmersa en un proceso de varios años en el que la tragedia competirá con lo absurdo y absolutamente todo se pondrá en tela de juicio. (FILMAFFINITY)
Al parecer es de lo mejorcito que hay en cartelera estos días. Ya tengo mi entrada para esta tarde, así que ya os contaré.
La describiría como desgarradora. La ley respecto al divorcio en Israel de cara a la mujer es tan ridícula, pero TAN ridícula, que hay unos pocos momentos en los que la cinta tiene unos pequeños tintes cómicos que se agradecen ante lo crudo e injusto de toda la situación de la protagonista.
A mí es que este tipo de dramas me encantan, sobre todo porque me hacen aprender mucho sobre una cultura de la que admito saber poco. Me gusta mucho también Nader y Simin, una separación (2011), que trata algo ligeramente parecido.
Tiene unas actuaciones absolutamente magníficas, de verdad, no es porque sea lo típico que se suele decir. Recomiendo verla.