Gordos
Pendiente por calificar, 2hr 0min
Comedia
Estreno: 11-09-2009
Intérpretes: Antonio de la Torre, Roberto Enríquez, Verónica Sánchez Calderón
Sinopsis
Un grupo de terapia saca a relucir cinco historias relacionadas con la obesidad y sus problemas. Los participantes no acuden allí para adelgazar, sino para averiguar cuáles son los motivos reales de su sobrepeso y cómo se puede solucionar la falta de autoestima con su cuerpo. A medida que se van conociendo, van expresando sus miedos e ilusiones, pero si realmente quieren ser felices tendrán que enfrentarse a todos sus fantasmas, aquéllos que tienen que ver con la familia, el amor y el sexo.
Proyectada en la última edición del Festival de Venecia, "Gordos" es uno de los estrenos nacionales más esperados de la temporada. Se trata del segundo largometraje escrito y dirigido por Daniel Sánchez Arévalo después de la aclamada "AzulOscuroCasiNegro". El realizador quería hacer una película sobre los pesos emocionales, aunque la gordura física sirve como metáfora a los problemas que cada día "se tragan" sus protagonistas. El resultado es una comedia dramática de estilo coral que mezcla cinco historias en el entorno de un grupo de terapia sobre obesidad.
Uno de los grandes atractivos del filme reside en su reparto, ya que la mayoría de los intérpretes tuvieron que ganar peso para afrontar sus papeles. El caso más significativo es el de Antonio de la Torre, que engordó 33 kilos. El actor no ha parado de trabajar desde que ganara el Goya, precisamente por "AzulOscuroCasiNegro", con títulos como "Retorno a Hansala" o "Una palabra tuya". También intervienen Roberto Enríquez, que triunfa en la televisión con "La señora"; Verónica Sánchez, a la que no veíamos desde "Las 13 rosas"; Raúl Arévalo (Los girasoles ciegos); Pilar Castro (7 minutos); y los polifacéticos Pepón Nieto y Teté Delgado, muy centrados últimamente en la pequeña pantalla.
Críticas
Crítica por
Hay un conflicto a la vista entre la película de múltiples capas, madura y sólo aparentemente cómica que Daniel Sánchez Arévalo despliega en irregulares golpes de genio y aquella otra, mucho más próxima al vodevil histriónico nacional, a la comedia patria de brocha gorda y gesticulación cargante, que algunos de sus actores parecen estar interpretando. El veredicto sólo puede ser uno: el director de "AzulOscuroCasiNegro" está jugando a dos bandas con una película reversible, que vale lo mismo para un roto que para un descosido. El resultado es confuso, frecuentemente incoherente. El problema principal de "Gordos" no es estructural, sino de tono. Se percibe una convivencia difícil entre la comedia y el drama, y a ratos ambos polos enfilan caminos demasiado trillados.
Hay que alabar en el director madrileño el empeño por hacer la película que nadie espera de él, por no quedarse en el estereotipo de sí mismo viviendo de las rentas de su estimable ópera prima. "Gordos" es una película difícil, que oculta múltiples lecturas bajo su resultón disfraz de intrascendencia. El problema es que se aplauden con mejor humor las nobles intenciones que la cuenta de resultados. Sánchez Arévalo se excede en casi todos los sentidos; como casi toda película coral que se precie de serlo (salvo las realmente buenas) el desequilibrio entre subtramas es patente, y la ficción es reiterativa y discursiva.
Hay dentro de esta película muchas historias que merecen ser contadas, pero hay al menos otras tantas que no lo merecen en absoluto. El director de "AzulOscuroCasiNegro" se enreda en digresiones decorativas, perdiendo frecuentemente el hilo de lo que importa, basculando entre la seriedad de la historia de desamor de Roberto Enríquez y Verónica Sánchez y la grotesca soledad crónica de Antonio de la Torre (muy lejos de sus mejores interpretaciones) y Pilar Castro, cuyo romance a contrapelo empantana la película cada vez que asume protagonismo. No sabemos si quedarnos con la comedia y con el drama, y cuando tenemos la tentación de decidir por una u otra es que el cóctel funciona sólo a medias.
"Gordos", a pesar de encerrar secuencias estimables de drama abismal entre compulsiones medioburguesas de obesos emocionales, es una película mucho más convencional y etiquetable de lo que era "AzulOscuroCasiNegro". Por lo pronto acusa lagunas serias de equilibrio, pecado mortal en una película de dramaturgia polifónica. La consecuencia es letal: la metáfora de la grasa cerebral, de la compulsión sentimental alimentada por el exceso de colesterol, y los contraluces muy sombríos que matizan la complejidad creciente de la historia funcionan sólo a intermitencias. A rtos vemos una gran película y a otros una muy del montón. Algo que no pasaba con "AzulOscuroCasiNegro".