Drácula es el monstruo más veces representado a lo largo de toda la historia del cine. Teniendo en cuenta la cantidad de adaptaciones que su leyenda ha generado, y sin olvidar que tanto el personaje como la novela son de dominio público, uno se pregunta cómo encontrar un enfoque original y rentable a la hora de volver a plasmarlo sobre gran pantalla.
The Last Voyage of Demeter ha sido uno de los intentos más sorprendentes de traerlo de vuelta. En vez de buscar adaptar la fecunda novela de Bram Stoker de nuevo, esta película abordaría un único capítulo en el que Drácula es transportado desde Transilvania hasta Londres por un barco Ruso.
De haber un capítulo en toda la novela con el potencial de ser expandido en un futuro este es, sin duda, el apropiado.
Pero en el transcurso de una década de trabajo, el boceto ha sido garabateado en demasiadas ocasiones.
El primero en ponerse a los mando del timón fue Robert Schwentke , 2003, atado por varios años a un proyecto que no arrancaba. No fue hasta 2009 que Marcus Nispel tomó las riendas. Con algún "reboot" del género a sus espaldas y estando a cargo también de la adaptación televisiva de Frankenstein, todo hacía indicar que The Last Voyage of Demeter no tardaría en ver la luz al final del túnel.
Y entonces, la nada. Con la producción paralizada, en menos de dos años se había vuelto a cambiar de director no en una, sino en dos ocasiones. A Stefan Ruzowitsky le siguiría un caso más sangrante, David Slade.
Slade había cosechado buenos resultados con cintas de terror (Hard Candy) y para más inri, de vampiros (30 Days of Night, The Twilight Saga: Eclipse). Pero el final no podía ser otro. La historia volvía a repetirse y otro director más se borraba del proyecto. El resultado en este caso fue cuanto menos cómico ya que saltó de un barco que ni había zarpado a otro que acabaría por hundirse. Daredevil se reformuló para acabar siendo serie de televisión dejando a su director para la gran pantalla, David Slade, en la estacada.
Por fin llegamos al último capitán de este navío moribundo, Neil Marshall. El director de una de las mejores películas de terror del siglo XXI, The Descent, lleva relacionado con este proyecto desde 2012. Sin embargo, lo último que se conoce son unas declaraciones hechas por el propio director allá por el 2014: “Yeah, I’ve got a good twist on it. It could be a really awesome project, very great. It’s very scary!”.
Puede que el descalabro de Dracula Untold en ese mismo año (de la mano de Universal) haya frenado el desarrollo de la película. El Conde ha dejado de contar para el gigante cinematográfico. Si Drácula no funciona ($) con un gran estudio a sus espaldas, ¿cómo podría hacerlo de cualquier otra manera?.
Parece pues que no es el momento para esta película (si es que lo llega a ser en algún momento). Lo que sí está claro es que el futuro del personaje sobre la gran pantalla pinta más oscuro que nunca.