Película sumamente correcta que tiene claro lo que quiere ofrecer y va al grano, desarrollándose de manera concisa y directa. Intercala secuencias del presente con otras pasadas para contextualizar progresivamente la trama y construir a su vez a los personajes, manteniendo el interés a lo largo de todo el metraje. Todo ello se ve aderezado con una Natalie Portman que demuestra una vez más poseer un talento innato a nivel interpretativo.
Cinta entretenida que es honesta en su planteamiento y no pretende ser nada más que lo que ofrece, con un ritmo y duración perfecta. Obviamente no pasará a los anales de la historia cinematográfica ni se trata de un peliculón, pero me ha divertido de principio a fin, siendo más de lo que pueden decir el 90% de las últimas producciones que he visualizado.
Nota: 6.