Este año se ha estrenado el debut de Netflix del prolífico director japonés.
Joe Murata es un hombre despiadado que usa su carisma para manipular a la gente. Cuando Murata conoce a Shin, este decide que Murata y su turbulenta relación con Mitsuko serían el tema perfecto para su película. A medida que avanza el rodaje, las mentiras comienzan a no distinguirse de la verdad y los límites de la humanidad se ponen a prueba, dando como resultado actos tan estremecedores como repugnantes. (FILMAFFINITY)
Aun habiendo visto un grueso de la obra de Sono, vi esta película ayer sin saber muy bien qué esperar. Lo que me llevé fue una vorágine de degradación moral y verdades (y mentiras) interconectadas que la ha colocado como mi película de terror favorita del año. Aviso para navegantes: no es un visionado fácil, sobre todo si no conoces al director. Su atmósfera opresiva y despiadada y sus continuas referencias al resto de su obra (Sono declaró que buscaba hacer una película en la que varios personajes de sus otros proyectos se cruzaran, creando un trabajo de metanarrativa que hace del relato algo más grotesco aún si cabe) hace que me decline por recomendar otros títulos del japonés como Suicide Club, Coldfish o Why don't you play in hell para empezar. Sin embargo, si ya estás familiarizado con la obra del genio loco, o simplemente te apetece ver algo totalmente diferente en Netflx, esta es tu película.