Durante años el programa antidopaje de la NBA ha sido considerado como "una broma", por los expertos. Una manera de cubrir el expediente. El mejor ejemplo es la hormona del crecimiento. El anterior convenio colectivo no contemplaba la extracción de pruebas de sangre, por lo que la detección de este suplemento, incluido en la lista de sustancias prohibidas por la liga, era imposible. Después de que la liga de béisbol (ML haya dado el primer paso, el comisionado del baloncesto David Stern ha anunciado su intención de introducir cambios de cara a la temporada que viene.
Stern abandonará su cargo en 2014 y antes de coger la puerta quiere limar las aristas de su mandato. Su principal propósito era devolver una franquicia a Seattle, objetivo encaminado. El siguiente será reforzar la política antidopaje. Aunque la prueba de la hormona del crecimiento fue implementada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, durante años la NBA se ha excusado en la falta de una prueba fiable. «A estas alturas los únicos que cuestionan la validez de estos tests son abogados, no científicos», alegó Larry Bowers, científico jefe de la agencia estadounidense antidopaje (USADA).
No es un compromiso en firme, pero sí otro paso para un hombre al que ni siquiera el Congreso de los Estados Unidos hizo cambiar de opinión en 2005 y 2008. «Si dijera que no me preocupa, dirían que soy como la huérfana Pollyana [muy inocente]. No tengo ningún argumento para pensar de una manera o de otra. Creo y espero que no esté siendo ampliamente usada en la NBA», concedió esta semana a un programa radiofónico de Minnesota.
La estrategia antidopaje de la NBA ha sido consensuada entre la liga y sus jugadores desde su entrada en vigor. Y durante todos estos años, hasta el convenio colectivo firmado a finales de 2011, el sindicato de jugadores ha impedido la extracción de muestras de sangre por considerarlo un método «demasiado invasivo». Desde esa fecha el último obstáculo en pie era la búsqueda de un examen fiable, un alegato sin sostén –la prueba está implementada en los Juegos Olímpicos y se mejoró para Londres 2012– que será por fin derribado por David Stern.
La NBA ha recibido críticas desde todas las instancias por su política antidopaje. Incluso David Howman, director general de la Agencia Mundial (WADA), mandó un mensaje en declaraciones a la ESPN. «Existen agujeros en el programa antidrogas de la NBA entre lo que ellos hacen lo que nosotros sugerimos que deberían hacer». Agujeros que aún siguen abiertos.
Una política antidrogas deficiente
Desde ese convenio colectivo de 2011, los jugadores de la NBA están sujetos a seis controles antidopaje cada año. Cuatro durante la temporada (de octubre a junio) y dos en pretemporada (de julio a septiembre). Hasta entonces, los jugadores estaban exentos de seguimiento durante el periodo veraniego. Es una brecha tapada, pero no la única.
Los últimos casos conocidos en la NBA han sido los de Rashard Lewis (2009) y OJ Mayo (2011), ambos por uso de dehidroepiandrosterona (DHEA). El castigo fue tan sólo de diez partidos, menos de tres semanas bajo los estándares habituales del calendario de esta competición. La temporada pasada estas sanciones por uso de sustancias para la mejora del rendimiento fueron endurecidas, pero siguen siendo laxas: 20 partidos para la primera infracción y 45 por la segunda. La expulsión no llegaría hasta el tercer positivo por dopaje.
El tratamiento del resto de drogas también presenta agujeros. En el caso de la marihuana, la primera suspensión (cinco partidos) no se hace efectiva hasta el tercer positivo; si se trata de cocaína (un quebradero de cabeza en los años ochenta), heroína... el reglamento contempla la expulsión de por vida, aunque también se conocen excepciones. Chris Andersen fue castigado con esta pena en 2006, pero dos años después fue reinsertado y actualmente milita en los Miami Heat.
Hasta ahora las cuatro grandes ligas profesionales no testaban la hormona del crecimiento. La MLB rompió el hielo el mes pasado, justo un día después de que Barry Bonds, Roger Clemens y Sammy Sosa –todos marcados por el dopaje– vieran denegado su acceso en el Salón de la Fama. Después llegó el turno de la NFL, que confirmó durante el fin de semana de la Super Bowl que estudiará su inclusión de cara a la próxima temporada. La NBA será la siguiente en la lista.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2013/02/08/baloncesto/1360330631.html
¿Créeis que habrá sorpresas?
Realmente el rendimiento físico de algunos jugadores es sobrenatural.. ¿Apuestas?