Homenaje de Pep a Sergi, como siempre enorme Guardiola.
SERGI LÓPEZ
• El excapitán del Barça rinde homenaje a su compañero desaparecido, uno de los grandes talentos de la cantera al que admiraba desde La Masia
PEP GUARDIOLA
Exjugador del Barça
Se habían jugado 13 minutos. El juvenil del Barça perdía por un gol a cero. Jugaba en casa. En el añorado Fabra. Lo recordaré el resto de mi vida. Estaba, con 13 años, sentado, viendo que, en aquellos 13 minutos jugados, el partido no iba. Repentinamente el técnico de entonces, el señor Ursicinio López, se levantó del banquillo y ordenó con ciertos gestos y con algunos gritos que Sergi, su último defensor, su hombre libre, su hombre atado, por favor, que se desatara. Que se fuera adelante.
Lo recordaré el resto de mi vida. No importa si eres joven o mayor. Si eres juvenil o internacional. Talento es talento. Y el resto, naderías. Y lo que tuve la suerte de ver, en aquellos 75 minutos, créanme si les digo que era talento del más brillante. Del que te hace amar este oficio de futbolista.
EN EL MINUTO 92 la tripleta arbitral declaró con su silbido el final del partido, con un resultado de 8 a 3. A favor del Barça... con 5 goles de Sergi López.
Uno o dos años después, el juvenil más grande que ha tenido el Barça, el de Amor, Roura, Tito Vilanova, dirigidos por el gran Charly Rexach, había llegado a la final de la Copa del Rey. En Logroño. Era el acontecimiento del año para todos los que vivíamos en La Masia. Les despedíamos y les íbamos a recibir.
Ahora no sé cómo son las finales de los juveniles. No sé si estamos demasiado hartos de todo, pero en aquellos tiempos todo el Estado y nuestro país nos fijábamos en ellos. Era el partido. Nada menos que frente al Real Madrid de Caminero, Losada, Vílchez... El partido donde se hizo famoso el árbitro Ramos Marco. Faltaba poco para que acabara el encuentro.
Ya casi tenían la Copa cuando el árbitro silba un córner a favor del Barça. Después de sacarlo en corto, la derecha de Tito Vilanova la pone en el segundo palo, y en lugar de hacer lo que han hecho y hacen el resto de los humanos, rematar de cabeza, Sergi la baja con el pecho y repentinamente dos defensas del Madrid se le echan encima. Él los recorta con la pierna derecha, y con la izquierda sin esfuerzo, sin fuerza porqué ya se sabe que allá dentro todo se resuelve por pura técnica, redondea el 6 a 3 final. Fue en aquel momento cuando el ya regordete y con bigote tipo Carod-Rovira colegiado Ramos Marco se puso a aplaudir el gol. Un árbitro aplaudiendo un gol. Al día siguiente en todos los telediarios Ramos Marco salía firmando autógrafos. El culpable, Sergi.
Al año siguiente esos juveniles repitieron. Volvieron a ganar. Esta vez contra el Athletic de Bilbao de los Alkorta, Garitano- Pero Sergi ya no estaba. Jugaba ya un escalón por debajo del primer equipo. Participé en su debut. Otro vez sentado. Esta vez en el Miniestadi. El Fabra se le había quedado pequeño. Ganaron por un solitario 1-0-Y no es preciso que les diga quién marcó el gol. Fue aquel día cuando el exdirectivo Mussons lo definió con gran precisión como la Montserrat Caballé del fútbol.
Ahora tenemos a Márquez y tiempo atrás estaba Koeman. Antes de ellos tuvimos a Sergi. Y no exagero. Que de eso entiendo. Solo sus malditas rodillas en forma de X, y su talante de loco alegre en un mundo donde tienes que ser serio no dejaron que ustedes le conocieran. Mala suerte que han tenido.
EL SÁBADO volvía con Sergi Barjuan de La Pobla de Segur. Josep Puyol, el padre de Carles, moría en un accidente. Al llegar a casa, mi hermano me llama y me dice que Sergi López ha decidido acabar con todo. Hasta ahora, de vez en cuando llamaban a mi casa y decían: "Hola, ¿está Pep? Soy Sergi. Pero Sergi López. No Barjuan". Y se reía. Ahora cuando llamen en casa, Cris seguirá poniéndose al teléfono y preguntarán por Pep. Y dirán que es Sergi. Qué mierda. Ya sabré que es el bueno de Barjuan. ¡¡¡Qué mierda!!!