El joven jugador del Racing de Santander, Fernando Marqués, fue detenido durante la madrugada del pasado sábado, tras haber sufrido un percance con su coche en pleno centro de Santander, y haber arrojado un resultado positivo en la preceptiva prueba de alcoholemia.
No es la primera vez que el díscolo ex-jugador del Rayo Vallecano protagoniza un artículo en Notas de Fútbol a causa de su indómito carácter y de su conflictividad. Si hace unos meses nos hacíamos eco de la polémica generada por el jugador madrileño al negarse a pasar un control de peso rutinario impuesto por su club a todos los miembros de la plantilla, en este caso la cosa es bastante más seria. Conducir ebrio a altas horas de la madrugada, circular en dirección contraria y causar un accidente con desperfectos en el mobiliario urbano no es la conducta más adecuada para conseguir una “reinserción” de la que Fernando Marqués parece cada vez más alejado.
El Consejo de Administración del Racing no está dispuesto a tolerar ni una salida de tiesto más. Ahora mismo, el objetivo número uno de la directiva montañesa es traspasar a Marqués a cualquier club. Lo más probable es que el jugador termine en el Atlético de Madrid B, equipo en el que ya estuvo cedido durante la segunda vuelta de la campaña pasada, si las negociaciones de los cántabros con el club colchonero terminan llegando a buen puerto.
Manolo Preciado, que había puesto mucho de su parte para tratar de reconducir a Fernando Marqués, parece que, esta vez sí, lo ha dejado por imposible.
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