La liga estudia reducir el número de equipos a 16
Se mueve el fútbol europeo y las ligas tradicionales tiemblan ante el riesgo de perder entidad. «El calendario da para lo que da», dice un alto ejecutivo de uno de los grandes clubes de la Liga española. El expansionismo de la UEFA y la FIFA, con propuestas para ampliar sus competiciones, pone en peligro a los torneos domésticos, que pueden verse obligados a salir de los fines de semana, el horario estelar del deporte. Al cambio de ubicación se uniría la reducción del número de equipos participantes en las ligas de toda la vida. En el caso español, el número ideal de escudos que comienza a deslizarse es de 16. Cuatro menos que ahora para poder así encajar los compromisos en un calendario ya de por sí cargado hasta los topes en estos momentos.
Precisamente ayer, la UEFA confirmó la reunión que la semana pasada había adelantado el Wall Street Journal. En un comunicado oficial, se limitó a reconocer el encuentro en Nyon de su Comité Ejecutivo con la Asociación de Clubes Europeos (ECA) para hilar los formatos de las competiciones de la UEFA desde 2024. «Intercambio de opiniones», «canje de ideas», «cruce de puntos de vista»... La nota no entraba en detalles, más allá de anunciar nuevas citas futuras para seguir debatiendo, principalmente, cómo será la nueva Champions, la joya de la corona del fútbol continental. Sobre la mesa, sugerencias que se van filtrando. Se trataría básicamente de una Copa de Europa con más aspecto de liga, al ampliar su primera fase, con cuatro grupos de ocho equipos -en vez de los ocho de cuatro actuales-. Serían 14 partidos, por los seis que ahora mismo se disputan en otoño.
Y la gran novedad llegaría en las rondas finales, que se jugarían los fines de semana. Aún no se ha matizado si sería a partir de octavos o de cuartos, pero la intención de la UEFA es clavar las eliminatorias de la Champions, su plato más emocionante, en el prime time futbolístico: los sábados y domingos. Además, en otra variante a concretar, los grandes clubes tendrían garantizada su participación independientemente de sus resultados en la liga nacional correspondiente. En base a coeficientes históricos, mantendrían la plaza, como sucede en la Euroliga de baloncesto. Las estimaciones que baraja el sector señalan que, con este nuevo formato, la Champions podría triplicar sus ingresos televisivos, pasando de los actuales 3.000 millones de euros a casi 9.000, cantidades que repercutirían en los clubes en forma de premios.
Con estas iniciativas, la UEFA, siempre fina de olfato, trata de desactivar la creación de una Superliga que acabaría con el panorama vigente en el fútbol europeo. El revolucionario proyecto, muy bien visto desde el Real Madrid, consistiría en una competición semicerrada, con 18 o 20 equipos y un par de plazas abiertas a invitaciones anuales. También estaría ubicada en los fines de semana, y contaría con una fase regular y unas eliminatorias por el título. El objetivo claro es aumentar el número de partidos europeos de quilates. Es decir, que se garantizasen los Barça-Bayern, Atlético-Liverpool, PSG-United y, sobre todo, los Madrid-Barça. Este formato permitiría aspirar a contratos televisivos jugosísimos. De hecho, entre los implicados se desliza una cifra de 20.000 millones a repartir. Una montaña de dinero que, según creen los ideólogos del proyecto, no es una utopía conseguirlo de operadores norteamericanos, chinos o árabes. El actual contrato de televisión de la NBA, por ejemplo, alcanza los 22.000 millones de euros (de 2016 a 2025).
Triunfe la Superliga o la nueva Champions, las ligas nacionales quedarían seriamente dañadas, porque se verían obligadas a recolocar sus partidos entre semana, si quieren seguir contando con los grandes escudos o al menos con versiones o filiales de éstos. Javier Tebas, presidente de LaLiga, ha calificado de «catastrófico para el fútbol» la nueva Copa de Europa que asoma. Creen en LaLiga que los cambios acentuarán la diferencia entre los clubes grandes y pequeños y que la garantía de permanecer en estos torneos, independientemente de los resultados obtenidos, iría en contra de la libre competencia deportiva.
Enfrente, su enemigo Luis Rubiales, el presidente de la Federación Española, que podría facilitar las intenciones de la UEFA si arrebata -como pretende- el control de los horarios a LaLiga.
UN MUNDIAL CON 24 CLUBES
Gianni Infantino, el presidente de la FIFA, ha sacado adelante uno de sus grandes objetivos, organizar un torneo de clubes con formato de Mundial de selecciones. Será a partir de 2021 y sustituirá al actual torneo que enfrenta a final de año a los campeones de cada continente. En una sede a confirmar, se jugarán el título mundial ocho clubes europeos, seis sudamericanos, tres centroamericanos, tres africanos, tres asiáticos y uno oceánico. El Real Madrid ya estaría clasificado por ser vigente campeón de Europa.
LA NUEVA SUPERCOPA DE ESPAÑA
Como Infantino, Luis Rubiales, presidente de la Federación Española, pretende sacudir sus torneos. El proyecto estrella sería la nueva Supercopa, a estrenarse el próximo verano. Se trataría de un torneo en formato 'final four' que se jugaría en agosto, antes del comienzo de la competición liguera, y en una sede en el extranjero. Los participantes serían los dos primeros clasificados y los finalistas de Copa. En caso de coincidir, la plaza se asignaría al tercer o cuarto clasificado.
LA COPA, OTRA VEZ A UN PARTIDO
Luis Rubiales también quiere cambiar la Copa del Reya partir de la próxima temporada, con los equipos de Primera entrando desde 1/64 de final y jugando la eliminatoria a sólo un partido en el campo del equipo de menor categoría, como se hizo años atrás. Eso sí, los estadios deberían contar con césped natural y con una capacidad mínima de 8.000 espectadores. El club cuyo campo no presente estas condiciones deberá buscar uno cerca de su localidad que sí las reúna.