Tal día como hoy, pero de hace 25 años, el Sporting jugó en Barcelona. Como ocurrirá el sábado, el equipo gijonés iba de víctima propiciatoria. Los azulgrana eran líderes, los menos goleados de la máxima categoría y llegaban con sólo una derrota -ante el Murcia que entrenaba el mítico Ladislao Kubala-. Pero los de Novoa dieron la sorpresa. Ganaron. Y no sólo eso. Dieron un festival.
Aquel Sporting, con diez jugadores de los trece que jugaron aquella noche que habían pasado por el filial, era el prototipo de cantera. Sólo Mesa y Esteban llegaron a Gijón sin jugar en el segundo equipo, aunque la previsión era que tuvieran un proceso de formación en el entonces llamado Sporting Atlético. Lucho Flores, internacional mexicano, era el único jugador extranjero. Fue fichado sin ojeadores ni intermediarios. Sólo por informes de buenos contactos con México, entre otros, los del recientemente fallecido Rufino Fonseca.
El azteca fue el autor del primer gol de la noche ante un sorprendido Zubizarreta, quien no pudo sujetar un disparo cruzado de Joaquín. Eloy anotó el segundo, tras una internada de Flores en el área azulgrana. El festival rojiblanco continuó en el segundo tiempo. Una jugada de Mesa, con pase cruzado, superó a la defensa barcelonista, a la que Eloy le cogió al espalda. Luismi cerró la cuenta tras driblar a Zubizarreta, después de una pared con Eloy, en una jugada iniciada por el de Arriondas.