Muere Juan Carlos Arteche

ISAILOVIC

Con el equipo rojiblanco disputó once temporadas en la máxima categoría · Consiguió dos títulos: la Copa del Rey de 1985, y ese mismo año, la Supercopa de España

Juan Carlos Arteche falleció esta noche en Madrid, en la Fundación Jiménez Díaz, a los 53 años de edad tras una larga enfermedad. Su carrera futbolística estuvo ligada fundamentalmente al Atlético de Madrid, club al que llegó en 1978.

Con el equipo rojiblanco disputó once temporadas en la máxima categoría. Consiguió dos títulos: la Copa del Rey de 1985, y ese mismo año, la Supercopa de España. En 1986 disputó con su equipo la final de la Recopa de Europa, que perdió 3-0 ante el Dinamo de Kiev.

En 1988, él y otros tres jugadores (Landáburu, Quique Ramos y Setién) fueron despedidos por el polémico presidente Jesús Gil. Los jugadores denunciaron la irregularidad ante Magistratura, y los tribunales les dieron la razón por despido improcedente. Se quedó en el equipo una temporada más, pero el entrenador no le utilizó y se retiró en 1989, a los 32 años.

Arteche disputó con el Atlético en Liga 308 partidos, 292 completos, 304 de titular, consiguiendo 18 goles. Es el cuarto jugador con más partidos en la historia del Atlético de Madrid en Liga por detrás de Adelardo (401), Tomás (367) y Collar (338).

Jugador de gran presencia física, se distinguió por su fuerza y contundencia, lo que le llevó a ser considerado uno de los jugadores más duros de su época.

Fuente

DEP para un historico

1
NeOGeN

DEP

B

.

KuS

Tremendo el bajón que me ha pegado ahora mismo :(

Uno de esos jugadores que, por edad, me ha tocado ver en repeticiones de partidos y demás y solo disfrutar de él directamente con sus comentarios y anécdotas en las entrevistas de turno. Un grande de los de verdad, con los que terminó con la época de este Club y para su desgracia tuvieron que ver como se convirtió en la pantomima que es ahora.

Se le echará de menos. Descanse en paz capitán.

Tressilian

Descanse en paz.

quedices

Que jodido es el cáncer...

Descansa en paz.

KuS

Arteche fue uno de los jugadores más carismáticos y queridos de la historia del Atlético de Madrid. Los aficionados del Calderón le adoraban e incluso le llegaron a llamar "Artechebeckenbauer" en comparación con el genial líbero alemán Franz Beckenbauer. Desde 1978 hasta 1988, Arteche dejo su sello en la ribera del Manzanares.

Juan Carlos Arteche Gómez nació el 11 de abril de 1957 en Maliaño (Santander). Antes de fichar por los rojiblancos, Arteche militó en el Colegio La Salle de Santander, Rayo Cantabria, Gimnástica de Torrelavega y Racing de Santander. En el verano de 1978, el defensa central firmó por el At.Madrid donde permaneció hasta el inicio de la temporada 1988/1989. Arteche estuvo once campañas en el club madrileño donde jugó 421 partidos oficiales (sexto en la historia colchonera) logrando 28 goles: 308 de Liga (cuarto en la historia colchonera) y 18 tantos, 63 de Copa y 2 dianas, 20 en competiciones europeas y 1 gol, y 30 entre Copa de La Liga y Supercopa de España y 7 tantos.

Asimismo, Arteche vistió en cuatro ocasiones la camiseta de la selección española. Arteche debutó con la selección española el 12 de noviembre de 1986 en el partido clasificatorio para la Eurocopa'88 España 1 Rumania 0; además, Arteche disputó tres encuentros más logrando un gol en Albania.

El cántabro atesoraba este palmarés como jugador atlético: 1 Copa del Rey (1985), 1 Supercopa de España (1985), 1 subcampeonato de Liga (1984/1985), 1 subcampeonato de la Recopa de Europa (1986), 1 subcampeonato de la Copa del Rey (1987) y dos finales de la Copa de la Liga (1984 y 1985).

En sus inicios en el Atleti, Arteche aprendió mucho de Luiz Pereira con quien jugó en el centro de la zaga; luego formó una notable pareja de centrales con Miguel Angel Ruiz (también jugó con otros centrales como Balbino y Sergio). El defensa santanderino se caracterizó por su seguridad, inteligencia, fuerza, entrega y amor por los colores rojiblancos. En definitiva, un defensa de categoría, un zaguero central auténtico que cuando había que detener al contrario pues le paraba con falta, con buen remate de cabeza, un aceptable toque de balón, una adecuada salida del esférico desde la zaga, una excelente colocación y, por último, era duro y sobrio al mismo tiempo que constante y regular en su rendimiento. Es decir, un central con mayúsculas. Tras su retirada, Arteche se convirtió en el representante de la marca deportiva americana Spalding en España, agente comercial de un par de marcas de calzado y además colaboró como comentarista de fútbol en Onda Cero Radio.

Arteche fue uno de los primeros en sufrir el huracán Jesús Gil y Gil. En junio de 1988, el Club anunció la suspensión de empleo y sueldo de cuatro jugadores de la plantilla: Landáburu, Arteche, Quique Ramos y Quique Setién. Se les indicó que no acudiesen a la presentación del equipo en la siguiente campaña.

El 1 de agosto, Juan Carlos Arteche, uno de los jugadores suspendidos de empleo y sueldo, volvió a la disciplina del club. Gil y Arteche se dieron un abrazo y el jugador comenzó su pretemporada particular para coger el mismo ritmo físico que sus compañeros los cuales llevaban quince días de intensos entrenamientos.

El 8 de octubre, víspera del Málaga-At.Madrid, Arteche conversó con el periodista Gaspar Rosety en el programa "Supergarcía" en Antena-3 Radio. En aquellos instantes, Jesús Gil, presidente colchonero, y José María García, director de deportes de Antena-3, mantenían un duro enfrentamiento. Sin embargo, Arteche concedió una entrevista a la emisora enemiga del máximo dirigente de su club. Cuando a Gil le dijeron que Arteche había hablado sobre él en Antena-3 se sintió herido y traicionado.

Al día siguiente, Jesús Gil se enfrentó a Arteche en el césped del Estadio de La Rosaleda. El presidente mando a tomar por culo a Arteche, no le dio la mano, le llamo indigno y le comunico que no volvería a jugar con el Atlético.

En la noche del lunes 10 de octubre a las 23,11 horas un empleado de la entidad llevó a Arteche una carta oficial a su domicilio; el jugador firmó el recibido y leyó el documento en el que se le comunicaba su suspensión de empleo y sueldo a la vez que se le prohibía el acceso a las instalaciones del Estadio Vicente Calderón. Al día siguiente, Arteche acudió, acompañado de su esposa y dos amigos, al Estadio con el fin de entrenar con el primer equipo, pero no pudo entrar al campo por orden de la directiva ni incluso a presenciar el entrenamiento como un socio más. Sus compañeros tragaron y no le defendieron al igual que en los casos de Landáburu, Setién y Quique Ramos.

En definitiva, el club había despedido de forma lamentable a uno de los jugadores más carismáticos de la historia del Atlético de Madrid. Arteche ganó todos los juicios, pero ya no volvió a jugar más al fútbol. Los seguidores rojiblancos no debemos olvidar como trataron a Arteche en su salida.

Por último, el bravo defensa cántabro repasó su vida deportiva:

"Salí con la conciencia muy tranquila de haberlo dado todo por el Atlético. Defendí sus intereses hasta el último momento. Que apareciera un personajillo de la categoría humana de Gil y me limpiase del club, no me supone nada. El Atlético está por encima de las personas y en el fútbol si ganas ya puedes ser el más golfo que no pasará nada, pero si pierdes, empieza el rumor de que en el vestuario hay un cáncer y cosas así. Mi mejor recuerdo es la final de Copa que ganamos al Athletic de Bilbao y mi peor la final copera que perdimos frente a la Real Sociedad. Además, mi mejor jugada fue en el año 83 en un Atlético-Betis; perdíamos 2-3 a falta de cinco minutos y marqué dos goles, aunque salí del campo en camilla con el menisco roto" ( Vicente Calderón le impuso la medalla de oro y brillantes del Club At.Madrid en el hospital donde se recuperaba de su lesión).

Loker

Seguirá dando patadas desde el cielo.

DEP Arteche

1
KuS

Años ochenta, noche de perros en la ribera del Manzanares. Campo embarrado, verde convertido en fango y el Betis de Gordillo, Ortega y Cardeñosa está a sólo cinco minutos de llevarse la victoria del Vicente Calderón. Los del "manque pierda" dominan 2-3 y están jugando bastante mejor que el Atlético. Desmoralizado y en previsión de evitar el atasco de costumbre cerca del río, un padre coge del brazo a su hijo y le insta a levantarse de su localidad. "Pero papá, que todavía quedan cinco minutos", advierte el niño, contrariado por tener que salir siempre del estadio antes del pitido final. Pero Uría padre insiste y, viendo la desbandada general en tribuna lateral, Uría hijo accede. A la carrera, por aquellos escalones de cemento enfermos de aluminosis y recubiertos de restos de pipas, palomitas y vasos de plástico con el logotipo de Coca-Cola, los Uría alcanzan la salida y se deciden a cruzar el puente, bajo una manta de fina lluvia. Antes de abrir las puertas de un Chrysler rojo aparcado en doble fila, un estallido de júbilo consigue llamar la atención de padre e hijo. Gol del Atleti. Con ánimo renovado, Uría senior arranca, apaga el cigarro y busca el sonido incofundible de "Antena 3". Entre la lluvia y la jungla de la M-30, la tarea no es fácil, porque en aquellos tiempos no existía el formato digital para sintonizar las frecuencias. A los pocos segundos, las tripas del Manzanares descargan otro trueno, mucho mayor que el primero. Uría senior mira a Uría junior. Al fin, a los pocos segundos, aunque con interferencias, el radiocasette consigue que suene de fondo José María García, repasando la quiniela. Se confirma. El Atlético, el rey del suspense, en un partido "no aptro para cardiacos", le ha dado la vuelta al partido en sólo cinco minutos. García avanza: "Hay que verlo para creerlo. Juan Carlos Arteche ha marcado el empate de cabeza y en el último minuto, le ha dado la victoria a los colchoneros, con otro testarazo marca de la casa". En un semáforo cercano de Avenida de América, a punto de enfilar la Nacional-II, Uría padre detiene el viejo Chrysler y se dirige a su hijo: "Es que Arteche los tiene bien puestos. La que tiene que estar contenta es su mujer, que se sienta dos filas detrás de nosotros y el otro día sufrió mucho cuando le pitaron por un fallo". Uría Jr. asintió, trató de recordar dónde se sentaba esa señora y se puso a imaginar, camino a casa, cómo habrían sido los dos goles de "Artechembauer", que después vería en el mítico "Estudio Estadio".

Muchos años después de aquellos dos truenos de Arteche ante el Betis en una noche de perros, Uría senior había retirado su carnet de socio por la nefasta gestión "gilista" y Uría Jr. intentaba ser periodista. De esa guisa, durante una cena familiar y después de un programa televisivo, el hijo charló con su padre: "¿Sabes con quién he estado hoy en el programa de María José Navarro? Pues con Juan Carlos Arteche, el mítico "Artechembauer". Está como siempre, hecho un fenómeno y sin pelos en la lengua. Ha vuelto a pedir un Atlético sin Giles, limpio, honesto. Un club que sea de todos y no de dos". Mi padre me miró fijamente y no dudó en sentenciar: "Rubén, ya no quedan tíos como Arteche. Con este, el molde se rompió. Si hubiera más Arteches en la vida, habría menos Giles en la vida". Juan Carlos Arteche llegó al Atlético en 1978, procedente del Racing de Santander, ganó la Copa del Rey de 1985 ante el Athletic, la Supercopa de España ante el Barça y fue miembro de aquel pedazo de Atleti que sucumbió en la final de la Recopa ante el Dinamo de Kiev. "Artechembauer" era un defensa a la antigua usanza. Un seguro de vida por arriba, un central durísimo pero noble y un hombre que miraba a los ojos. Dejó su huella en el Atlético, siempre tuvo el cariño de la grada y fue un líder en el vestuario.

Después de diez años partiéndose la cara por el Atleti, en 1988, Arteche, Landáburu, Quique Ramos y Setién fueron despedidos por Gil. Arteche no se arredró, defendió un club más limpio y siempre dejó claro que el estilo de aquellos dirigentes poco o nada tenía que ver con las formas señoriales del Atlético al que él llegó. Denunció ante Magistratura y ganó por despido improcedente. Se retiró en 1989, a los 32 años, después de jugar 308 partidos (304 como titular), marcando 18 goles. Fue el cuarto jugador con más partidos en la historia del Atlético por detrás de Adelardo (401), Tomás (367) y Collar (338). Esta noche, Arteche falleció en Madrid, en la Fundación Jiménez Díaz, a los 53 años. Luchó como un jabato contra una larga enfermedad, pero acabó comprendiendo que en esta vida, la muerte es el único partido que no se puede ganar. Como central del Atlético fue un titán. Como opositor al Gilifato fue un referente. Y como persona, fue un 10. "Artechembauer", descanse en paz.

Rubén Uría / Eurosport

ISAILOVIC

Vergonzosa la manera de echar a un jugador asi.

Sabia de que era una leyenda y un mito para nosotros, pero no tenia ni idea la despedida que tuvo. Algo totalmente vergonzoso e indigno. Ojala los que se llevan sentando en el palco durante estos 20 años tuvieran un 10% del sentimiento que jugadores asi tenian

KuS

Pues los modos que ha tenido siempre la Bestia y sus allegados. Unos desgraciados de mierda, indignos de estar donde están y ser considerados por muchos como "salvadores" de nada. Mis cojones salvadores de la patria. Y que gente como Arteche tuviera que irse por la puerta de atrás, ninguneados, sin el homenaje merecido y ganado y el cariño de su gente por culpa de estos desgraciados... buf. La verdad es que me ha sentado mal, muy mal la noticia :/ Era uno de esos que siempre he esperado ver en el palco, en un puesto merecido junto a tantos otros, una vez recuperado el Club que siempre fue nuestro.










Aplaste Arteche.

G

He leido en #6 (obviamente mal) "qué jodido cáncer..." y me he quedado... :|.

DEP.

JMBaDBoY

Qué lástima, era joven.

DEP.

kun294

un día de luto para todos los atleticos
DEP

klawi

No le vi nunca jugar, pero decian k ademas de leñero era un grandisimo defensa.DEP

Hardy

Una lástima que la enfermedad haya ganado la batalla.

DEP

KuS

#15 No confundamos duro y contundente con leñero. Era un central de los de antes: grande, fuerte, contundente al cruce y al choce con cojones y con bigote. De ahí a sacar llamarle "leñero" por la mariconada en que se ha convertido el fútbol actual va un tramo gigantesco que nunca hay que aceptar.

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