Esto se pudo leer ayer en contraportada del Mundo Deportivo:
“El Espanyol jugará el derbi con dos puntas muy peligrosas: Raúl Tamudo y Megía Dávila. El árbitro debería haber sido inhabilitado para arbitrar nunca más al Barça aquella noche de Sarriá en que le castigó con dos penaltis (el primero inventado y ambos convertidos por Raducioiu) y dejó al equipo visitante durante más de setenta minutos con un hombre menos (por expulsión de Figo) (...)”
“Raúl Tamudo, un teatrero con muchas tablas, es el otro gran peligro para el Barça, porque sus picardías pueden ser la coartada perfecta para que Megía cometa un nuevo atropello. A Tamudo se le da bien el Barça (recordemos el ridigol que provocó entre Frank de Boer y Bonano). El año pasado no “mojó” pero con sus trapacerías se llevó por delante a tres jugadores del Barça (Márquez, Cuaresma y Cocú), tres pardillos que no le vieron el truco al internacional españolista, consistente en hacerse un autopase imposible de alcanzar para después fingir obstrucción del defensa con grandes aspavientos”.
Sin comentarios.