El fútbol se presta a mucha polémica, pero esto no es discutible, son datos y es verdaderamente escandaloso.
Lo peor es tratar de justificarlo con la narrativa de la posesión. ¿Y los dos años sin penalti en contra? Pues también posesión, aunque en esos 78 partidos haya un buen número de penaltis clarísimos que jamás fueron pitados, con posesión o sin ella.
Alegrémonos porque esa época oscura de corrupción en la Federación haya acabado, y demos gracias porque las artimañas de Laporta y sus adláteres se circunscribieran al país que desprecian.