Estamos hartos de tanto "diseño" ( de diseño entre comillas). De eso que sirve para vender más. Para añadirle valor a las cosas y cobrarlas como si de un impuesto revolucionario se tratara. De ese diseño de escaparate, inútil y sobrado; de mentira, de apariencia. Que llena las revistas. Que se esgrime como arma del marketing para argumentar cualquier sinsentido. Del que las instituciones usan para promover un desarrollo de pandereta. Del que acabamos, al final, pagando las consecuencias.
Design for the world, diseñamos para el mundo. ¡Pues, claro! ¿Para quién sino? El diseñador es parte de ese mundo, aunque demasiado a menudo se olvida. Quizás por eso es necesario montar organismos que ayuden a hacernos entender que existen dos tipos de diseño:
el que se realiza para el mundo y el que no. Si las cosas fueran de otra manera, organismos con semejante nombre no tendrían ningún sentido.
Nos llenamos la boca para hablar de "diseño sostenible" y despilfarramos de manera insostenible. No paramos de hablar de responsabilidad social (bueno, tampoco tanto), pero lo que en realidad nos importa es ganar premios para satisfacer nuestra vanidad y conseguir la adminaración de los demás. Bueno, para qué sino los premios... Para promover. ¿Promover qué?,¿El mantenimiento de las asociaciones -y demás chiringuitos- que se dedican básicamente a la organización de los mismo? ¿ A promover ese mismo concepto de "diseño"? Claro que pueden haber excepciones, pero éstas a menudo escapan del criterio de un jurado que apenas tiene el tiempo para ver y valorar toda la avalancha de "diseño" que tiene ante si.
El debate ( si alguna vez lo hubo en este, nuestro país) desaparece de los libros y las revistas ( cada vez más sedientas de imágenes grandes a todo color), de los foros (¿existe alguno?), de las asociaciones ( cada vez más parecidas a asociaciones de escalera de vecinos o clubes profesionales) y, lo que es más grave, de las escuelas ( más cerca de convertirse en estructuras empresariales donde lo único que importa son las cifras económicas).
Cada vez cuesta más entender qué es diseño y para qué sirve. Y si no, pregúntale a tu vecina qué piensa sobre ello. O al carnicero de la esquina. ¿No seían las asociaciones profesionales y los organismos institucionales los más adecuados para poner un poco de "seny" y ayudar a aclarar las cosas? ¿ De qué sirvió el Any del Disseny? ¿ A qué tipo de "diseño" hacía referencia?
Quizás empieza a ser hora de reflexionar un poco sobre aquello que hacemos y, sin darle más importancia que la debida, empezar de nuevo otra vez. No hay nada perdido todavía y queda mucho por hacer.
Andreu Balius ( GRRR #14 - www.grrr.ws )
<<Grrr Agradece la difusión de esta revista, total o parcialmente, citando su procedencia.>>