¿Como es posible que la gran mayoría de la población esté sometida a una minoría?
¿Como es posible que los que trabajan y son el verdadero motor diario vivan en peores condiciones que la minoría privilegiada?
Nos han educado desde siempre a obedecer a una autoridad que vive del trabajo ajeno, y se ha conseguido normalizarlo.
Como si de una directriz divina se tratara como para única forma de organización posible, acatamos lo establecido.
Pero… ¿realmente creemos en un sistema que como único objetivo tiene el beneficio constante de unos pocos a costa de muchos?
¿Es necesario de verdad, dejarnos la salud y la vida en demasiadas ocasiones, en los centros y/o lugares de trabajo, para aumentar unos beneficios a los que no tenemos acceso?
Quizá sería necesario plantearse éstas y otras cuestiones para darnos cuenta en que situación nos encontramos. A que clase social pertenecemos, y asumirla como base.
Somos trabajadores, la clase mayoritaria, pero también la clase sometida. Y como mayoría que somos, creo y de forma humilde, no deberíamos permitir esta explotación a la que nos sometemos diariamente.
Habría que reivindicar el trabajo como una fuente de recursos para el conjunto de la sociedad, y no como una forma de explotación para el beneficio de pocos.
El trabajo, debiera ser para los trabajadores. Trabajar menos para trabajar todos, y cubrir las necesidades de toda la población.
…y el que no quiera trabajar pudiéndolo hacer, que no coma.