21 días sin masturbarse 8.0: A la octava va la vencida

Finalmente acabaron en la cama.
Tras un poco de charla amena él se quedó mirándola, ella le siguió el juego.
Tras unos segundos, con una sonrisita, entrelazó las muñecas de ella:

• No separes las muñecas, mantenlas como si estuviesen atadas.

Entonces pasó el indice suavemente por los labios de ella, recorriendolos en círculo.
Ella notaba como sus labios hormigueaban.
Tras 3 pasadas completas, él apartaba el dedo lo justo para que ella avanzase hasta alcanzarlo, entonces lo retiró del todo.
Empezó el besuqueo leve, aumentando gradualmente la intensidad en el siguiente.
Tras un par de besos largos y profundos comenzó el viaje.
Primero poco a poco hasta la clavícula, y luego, despacio, en linea recta hacia abajo.
Tras juguetear un poco con sus pechos mientras la iba recostando, dejando las manos aun entrecruzadas por encima de su cabeza, le dijo:

• No puedes moverte, recuerdalo, si te mueves para tocarme pierdes.

Mientras besaba sus pezones ella arqueaba la espalda con mayor intensidad.
Entonces abandonó el pecho y fue bajando hasta la barriguita, haciendo circulo alrededor del ombligo.
Cuando empezaron los pequeños jadeos, tocó ir movimiendose de zona.
Aprovechando la espalda arqueada, la ayudó a ponerse bocabajo.
Ahora sin poder ver, sólo notaba lo que él iba haciendo.
Sintió el recorrido de sus labios desde el costado hacia la nuca, y desde ahi un jugueteo en zigzag fue bajando a lo largo de la espalda.
El zigzag terminaba donde empezaban sus braguitas, para seguir tendría que ir bajandolas con 2 dedos por donde fuese a pasar la boca.
En unos 30 segundos ella estaba con las bragas por los muslos, mientras él besaba cada cachete, con algun pequeño mordisco.
El que quedaba libre iba siendo amasando por una cálida mano, intensa y constantemente.
Plas!, un azote hizo que ella levantase más el culo.

El camino por el muslo comenzaba, a círculos, combinando besos y lengua.
Asi hasta la parte de detrás de la rodilla.
Las bragas cayeron hasta abajo del todo, ya no serían necesarias.
Un nuevo volteo, y la boca va subiendo lenta pero constante por el interior del muslo, llegando a zona cada vez más cáliente. Esa pierna ya quedaba apartada, y asi se quedaría.

Cuando ella ya no veia vuelta atras, él colocó la cabeza en el centro, muy cerca del premio, para que ella notase su aliento.
Una bocanada de aire cálido la hizo estremecer, y esa boca partió hacia la otra rodilla, por el interior del otro muslo.
Tras bajar, volvió atras recorriendo el tramo final. Puff, esta vez si que si.
En la última mitad de interior de muslo, cuando apenas quedaban unos centímetros, no pudo más y fue ella la que completó el recorrido, moviendo la cadera para ponerselo en la boca.

Había perdido, se había movido, y joder si pagaría gustosa el precio.