Entras en la habitación y pegas un golpe en el suelo con tu pie derecho al tiempo que cierras la puerta con fuerza.
Te miro sobresaltado, sentado en el borde de la cama.
Abres tus piernas ligeramente, sin siquiera mirarme te das la vuelta, acaricias tus piernas desde la rodilla hacia arriba y te agarras las nalgas. Las sueltas repentinamente y dices
“Nene, ni tocar ni mirar”
Yo sigo mirándote el culo
Tú te quitas la chaqueta y sin darte la vuelta la tiras sobre mi cara
“Que no se mira, te he dicho” dices
Yo intento deshacerme de la chaqueta ya que me impide mirarte pero tú rápidamente te abalanzas sobre mí apoyando tu mano derecha justo delante de mi polla, casi rozándola y echándote con todo el cuerpo sobre mí. Con la mano izquierda me tapas los ojos mientras me empujas de espaldas a la cama.
“Sssssssssssssssssssh te he dicho que no”
Mueves sutilmente tu mano derecha para tocarme la polla pero sólo la rozas.
Te levantas, humedeces tus labios y dices
“Vengo muy cachonda, necesito que alguien me haga de todo”
En ese momento comienzo a incorporarme.
“Tú no. Tú estás castigado” dices elevando el tono de voz.
Me quedo inmóvil.
“Lo primero, te vas a quedar callado y vas a hacer lo que yo digo.”
Asiento con la cabeza.
“Vas a quitarte la ropa, hasta quedarte en calzoncillos, yo me tumbaré sobre la cama y vas a darme un masaje, que no se te ocurra excitarte o intentar algo más que darme un masaje”
Vuelvo a asentir con la cabeza mientras me levanto de la cama y me desnudo rápidamente.
Tú también te das prisa hasta quedarte en bragas y sujetador.
Te tumbas sobre la cama y me indicas que comience el masaje justo después de desabrocharte el sujetador.
Miro a mi alrededor, encuentro aceite de coco, sin preguntar lo cojo, lo huelo y te echo unas gotas en la espalda.
Caliento mis manos frotándolas entre sí y me echo unas gotas de aceite en ellas, vuelvo a frotar las manos y me dispongo a comenzar
Comienzo agarrándote los hombros y masajeando suave los hombros y la parte superior de la espalda.
Cada vez gimes más y me cuesta concentrarme en el masaje.
“Seguro que la tienes durísima” dices
En ese momento paro el masaje, no sé cómo indicarte que sí.
“No te he dicho que pares” dices elevando el tono de voz, haciendo que continúe el masaje
“Lo que sí te he dicho es que no te excites”
Yo continúo el masaje bajando por tu espalda llegando la zona lumbar
“Azótame” dices con deseo
Me quedo inmóvil durante 2 segundos y vuelves a decir con rabia y deseo
“Que me azotes, te he dicho”
Te doy un suave azote en las nalgas, gimes. Mi polla palpita.
“Ya está bien de masaje, ahora quiero divertirme”
Te levantas, te pones frente a mí y me agarras la polla, bajas hasta la base y haces fuerza hacia atrás empujándome contra la pared, mi espalda choca con bastante fuerza en la pared y tú juegas con mi polla, moviendo la mano adelante y atrás mientras yo miro cómo se mueve tu mano.
Te pones de puntillas para darme un beso, yo me dispongo para recibirlo pero el beso nunca llega, es más, has parado de masturbarme.
Veo cómo te agachas.
“Cierra los ojos, no puedes ver eso”
Yo cierro los ojos y mi cabeza comienza a trabajar, me imagino todo tipo de cosas y perversiones.
Noto un aire fresco, estás soplando. Mi polla reacciona palpipando ante los soplidos
“Te gusta ¿eh?”
Yo asiento con la cabeza, aunque no sé si me ves.
Paras de soplar y mi cabeza sigue trabajando.
Yo no puedo verlo pero tú te acercas dispuesta a comerte la polla hasta que en el último momento te paras, la miras y sólo respiras encima.
Esperas unos segundos así mientras ves cómo palpita.
Pasa tu lengua por la punta, mientras mi cuerpo se estremece un poco.
Oigo como si te levantases y creo que te das la vuelta, momento en el que abro los ojos y te veo de espaldas agachándote para coger el aceite de coco.
Cierro los ojos antes de que te des la vuelta.
Noto una gota de algo en la punta de mi polla y una mano juguetona comienza a rozarse y masturbarme muy ligeramente y muy suave. Muy poco a poco aumentas la velocidad a la que me masturbas. Apenas queda aceite en mi polla con lo que comienzas a bajar velocidad hasta parar.
“Abre los ojos y mírame” dices, te hago caso y comienzas a meterte la polla en la boca, cada vez más hasta el fondo sin dejar de mirarme a los ojos.
Emites gemidos semimudos con mi polla dentro.
Poco a poco vas dejando de gemir pero cada vez chupas más rápido.
Dejas de chupar pero me masturbas, aunque cada vez más despacio, hasta que finalmente sólo rozas mi polla de la punta a la base.
“Suficiente” dices
“Siéntate en la silla y abre las piernas”
Coges las esposas y esposas mis muñecas entre sí tras el respaldo de la silla y los tobillos a las patas.
“Mira y disfruta” dices.
Te colocas delante de mí, y muy despacio te quitas las bragas y me las tiras encima de la polla. Las tienes húmedas.
Me muerdo el labio inferior bastante fuerte, intento moverme pero puedo, estoy atrapado.
“Oh cariño ¿quieres irte? No te dejo”
Te das la vuelta, juntas las piernas y te agachas acariciando tus tobillos.
Qué imagen, quién pudiese pasar su húmeda lengua, despacito por tu coño.
“¿Te gusta? Quiero que me lo comas”
Desesperadamente intento moverme pero no soy capaz
Mi polla palpita moviendo ligeramente tus bragas que casi hondean como si fuesen una bandera.
Abres las piernas un poco y comienzas a acariciarte los labios y el clítoris
“Estoy muy mojadita por tu culpa, sécame” dices
Saco la lengua y muevo mi cabeza como si recorriese tu coño con ella.
Te incorporas, te das la vuelta y agarrándote las tetas me dices “¿No te gustaría jugar con ellas?”
Asiento con la cabeza mientras jugueteas sobándolas y acariciándolas.
Te pellizcas los pezones y los estiras.
“Quiero que las muerdas”
Una vez más intento moverme.
Te agachas un poco y sentándote a horcajadas sobre mí te inclinas rozándome tus pezones sobre los labios mientras chistas
Sssssssssssssssssssssssh
Evitando en todo momento rozarte con mi polla comienzas a darme besos y pequeños lametones por el cuello y el cuerpo, incluso mordiendo suavemente
Te incorporas, te acercas a mi cara y comienzas a gemir en mis oídos, al principio es suave pero cada vez aumentas más el volumen
Estás masturbándote muy cerca de mi polla. Me muero de ganas por metértela.
Sin dejar de gemir de vez en cuando introduces tus dedos dentro y luego los pasas por mis labios, cada vez que intento lamerlos los retiras por lo que finalmente sólo espero que los metas en mi boca para poder disfrutarlos pero no lo haces, sólo juegas con mis labios.
Durante unos momentos dejas de gemir tan fuerte y de masturbarte, has cogido las bragas y las estás frotando un poco, metiendo un poco de tela dentro de tu coño para luego frotar mis labios con ellas.
Mi polla palpita fuertemente y yo de vez en cuando aún intento moverme pero no soy capaz.
“¿Qué pasa cariño?” dices
“Me tienes muy mojadita y deseosa por tu polla pero parece que no quieres follarme”
Una vez más mordiéndome los labios intento moverme
“No importa, me daré placer yo sola, no te preocupes” susurras a mi oído.
Lamiendo y mordiendo mi cuello y oreja continúas masturbándote al tiempo que vas soltando gemidos.
No puedo ver claramente cómo te masturbas y sólo soy capaz de imaginarme escenas en las que te soy yo el que lame tu clítoris, los labios e incluso introduce la lengua dentro de tu coño y también me imagino escenas en las que te follo salvajemente a cuatro patas mientras gimes y gritas.
Continúas masturbándote hasta correrte, lo que termina con gritos en mi oído e incluso un mordisco en mis labios.
Usando las bragas parece que te seques un poco y me las tiras a la cara, al momento intento saborear con la lengua.
“No cariño, están sucias, hay que lavarlas” dices mientras las retiras de mi cara.
Te fijas en mi polla. Palpita. Cada latido de mi corazón, que tiene un ritmo muy acelerado, provoca que se hinche y deshinche.
Con las bragas en la mano te pones de rodillas, mi polla cada vez palpita más pero a ti parece darte igual.
La miras y te acercas pero ni siquiera la tocas.
Mirándome fijamente juegas acercándote los labios y la lengua a mi polla pero ni la rozas a pesar de lo mucho que palpita.
Te pones nuevamente de pie, te inclinas sobre mí y juegas nuevamente con mi oreja, lamiéndola suavemente y mordisqueándola, de repente tu mano comienza a acariciarme los cojones.
Mmmmmmmmf, gimo.
Ssssssssssssssssh, oigo en mi oído seguido de “¿Estás excitado cariño?”
Asiento con la cabeza.
De repente agarras mi polla por la punta, bajas rápida y bruscamente hasta la base, te quedas parada dos segundos.
Notas que mi cuerpo tiembla mientras comienzo a correrme
Mmm…
Tapas mi boca con las bragas
MMMMMMMMMFFFFFFFFFFFF.