Las tentaciones son fuertes; me mantengo lúcida y actúo como vigía de mi misma para evitar caer. He de ser consciente y no dejarme llevar, sin embargo, a veces pierdo ese estado de alerta y me encuentro medio dominada por mi instinto animal, un instinto difícil de domar. Ayer mismo tuve que controlarlo:
"Me encontraba en la ducha, desnuda, en una cotidiana escena de tantas en la que no parecía correr peligro fracasar en el reto. Mientras el agua caliente resbalaba por la piel y disfrutaba de esa sensación de bienestar, pensaba en el reto y en cómo lo estaba llevando. Nada importante, en realidad. Pensaba que todo lo tenía controlado pese a las persistentes provocaciones, sin éxito, de algún que otro hombre para abatirme y evitar que pudiera salir victoriosa.
Todo iba bien y bajo control. Me puse bajo el chorro de agua y la presión en la espalda hizo que me relajara. Cerré los ojos para disfrutar del momento.. qué a gusto se estaba, joder. Cogí el jabón, lo vertí en mi mano y me dispuse a enjabonarme, como siempre. Acariciarme a mi misma con la espuma por la parte superior del cuerpo no fue problema, incluso el pecho, una zona bastante erógena. Todo seguía bajo control, o eso creía. Inocente de mi.
Estaba dándome un último repaso pre-enjuague cuando de pronto se fue la luz en casa. Todo quedó a oscuras, la bañera quedaba medio iluminada por la luz que entraba de la ventana. Vislumbraba en la oscuridad mi alrededor lo justo para poder seguir con mi tarea. Sentí un morbo instantáneo, como si la falta de luz me permitiera tocarme, quería probar lo prohibido, me estaba invitando a saltarme las normas y caer, y mientras yo sentía esto, seguía notando el agua caliente en mi espalda, y la espuma resbalaba hacia abajo, y la sentía, y el roce de mi mano en alguna que otra parte no ayudaba, y.. mi lado salvaje había despertado a lo grande.
Ahí estaba yo, cachonda perdida bajo el agua, a oscuras, aclarándome el jabón que tenía. Se me pasó por la cabeza que la idea de la presión y el chorro de agua podía servir como parte de un goloso juego placentero, pero siendo consciente de mi estado, decidí acabar con un chorro de agua fría que ayudó a encerrar a la bestia y volver a ese estado vigía."
[/true story]. Lo cuento sin tapujos.