Hemos preguntado a más de 30 mujeres de diferentes edades y profesiones qué le da un plus de virilidad a un hombre. Este es el resultado…
Elena Machado (39 años, profesora): “Cuando no tiene coche. El hombre andando por la calle con sus piernas en tensión. Cuando veo a mi marido hacerlo, es uno de sus momentos masculinos del día. Yo le miro siempre de reojo”.
María García (34 años, diseñadora gráfica): "Me parece muy sexi un tío que no tenga miedo a tener cuentas en ninguna red social, y que alardee de ello".
Yvonne Nogués (39 años, diseñadora): “Un hombre sin hijos, por pillar. Que no sea tu marido. Se juntan dos cosas: el morbo de un desconocido al que algo le ha ido mal porque está soltero, tal vez sea un canalla, pero mantiene el semen por usar. Es adoptable. La adoptabilidad masculina es lo que más me puede gustar”.
Marta Velázquez (38 años, consultora financiera): “Alguien que hable mal sin ser consciente de ello. Hablar mal de forma natural es algo muy viril. Una mujer que habla mal es retrasada, ojo. Ho sino himajinate ke pensarihas de my hasy”.
Lola Briones (30 años, diseñadora): “Un tío que no sepa cocinar. Hablo por mi experiencia: un tío que se come lo que le cocinas, en un 99% se come tu vagina”
Elisa Rodríguez (fotógrafa): “Cuando salgo con un chico a tomar algo y él no pide alcohol. Me gusta. Me parece súper masculino que sepa educar su cerebro para liberarse de los miedos que le han impuesto en su infancia"
Elena García (32 años, fisioterapeuta): “Que sea guapo. Pero una belleza en el sentido de una mejores genes para mis hijos, no vale cualquier guapo. No te pongo un ejemplo porque hay miles y estoy deseando dejarme llevar y pillar alguno”.
Ainara López (26 años, estudiante): “Que no cruce las piernas como una locaza de una forma que no sea viril porque él es tan viril que se lo puede permitir”.
Ana Sanchidrián (31 años, camarera): “Una voz fea. Que no sea chillona, eso nunca, mejor tirando a ronca. De yonki, como Joaquin Sabina”.
Pepa Sánchez (42 años, abogada): “Que esquíe mal, que juegue mal al fútbol. Es el caso de mi chico. Se le dan muy mal los deportes, y eso me encanta. Un hombre que pasa de deportes de pijos como el esqui o tan peligrosos para tus tobillos como el fútbol me pone a mil, porque significa que es inteligente”.
Noelia Vázquez (41 años, periodista): “Que no sea demasiado cachas como un jodido orangután. Vale, suena muy típico, pero que levante la mano la primera a la que no le guste la teoría de la evolución. Es de lo más viril que hay. Y si no va al gimnasio, que es de maricas, mejor”.
Cristina Acedo (34 años, camarera): “Que le gusten las niñas. Mi chico entrena a un equipo de voley femenino, y cuando les da palmadas en el culito me derrito. El rollo pedo es muy, pero que muy viril”.
Loreto Cancho: (45 años, secretaria): "Alguien que está escuchando una conversación, no tiene ni puta idea de qué va, y mete baza como si no hubiera un mañana. El troleo es muy viril".
Elena Blanco (39 años, socióloga): “Que no se pege todo el puto día riéndose como un retrasado mental. Cuando todo te hace gracia tienes un serio problema. No eres el centro del universo, aguántate la puta risa como el humorista Eugenio. Hay pocas cosas que me pongan tanto como eso”.
Sara Azcón (28 años, diseñadora): “Un hombre tirando al suelo una moto aparcada. Cuanto más grande, mejor. Y si el dueño lleva gafas de sol, mejor que mejor. Hay pocas cosas más masculinas que el rollo punki con una buena cresta, destrozando mobiliario urbano. Salí con un chico que iba apagando las farolas a patadas, me ponía a mil cuando venía a buscarme. Le detuvo la poli y al cabo de pocos meses rompimos. Saca tus conclusiones”.
Irene Rivelles (47 años, directora de tienda de ropa) (foto): “Cuando mi chico llega a casa sudado después de montar en bici y se limpia para mí. Con el albornoz, las pantunflas y oliendo a gel Magno. Muchas veces acabamos en la cama, no te digo más”.
María Aller (29 años, periodista): “Que ande desnudo por la casa pero con los zapatos puestos. Con calcetines. Por alguna razón, esa combinación me excita. Es como al azar. Pero con las uñas largas: eso es fundamental hoy, pero mañana podría cambiar”.
Sonia Etxeberria (27 años, enfermera): “Cuando se bajan la cremallera para las pruebas médicas. Ese gesto es lo más masculino y sexy que he visto en mi vida. Te lo digo yo que les hago felaciones todos los días”.
Andrea Puente (37 años, ama de casa): “Cuando me da la mano después de masturbarse. Esa imagen de un hombre follao y desfogao, oliendo a lefa… Me gusta mirar a mi marido mientras se la pela, todo el proceso”.
Amanda Ruiz (33 años, periodista): “Que me violen. Muchos pueden hacerlo, pero no todos son violadores, al menos no lo aparentan. Te pongo dos ejemplos que sí: Robert De Niro y Ray Liotta. Vale, vale, ya sé que no soy muy original, pero no te voy a mentir”.
Sandra Oliva (41 años, ama de casa): “Que no se duche ni afeite en un año y duerma en la calle. Que se haya puesto de moda la barba es lo mejor que les puede haber pasado a los vagabundos: con ella, incluso muchos me dan morbo. Y muchas veces acabo en la cama con varios de ellos, no te digo más”.
Mónica Santisteban (37 años, pequeña empresaria): "Que sea gay. La ausencia de virilidad es muy atractiva. Denota seguridad en sí mismo. Eso es muy viril".
María Sardá (43 años, arquitecta): “Los tíos calvitos. Los hombres más importantes de la historia son calvos, como Pep Guardiola, Dertycia o Mr. Proper. No hay nada como un buen helipuerto”.
Miranda García (29 años, médica). “Que se chuten esteroides. Un tío con los brazos de un palmo de ancho y con las piernas escuálidas redefine el significado de 'natural' ”.
Sonia Amor (34 años, dependienta): “Que estén obesos como el típico rapero americano. Seré rara, pero no hay nada que me ponga más que chuparle el rabo a un obeso rapero multimillonario. Mi marido ha empezado a ir al gimnasio, y no creas que me hace demasiada gracia”.
Laila Dot (29 años, ingeniera): “Que no adopte ningún perro. Un novio que tuve, de la que estaba muy enamorada, me propuso un buen día ir a una perrera a rescatar a uno. Le escupí en la cara. Su falta de conocimientos científicos sobre la historia de los perros, que solo son lobos mutantes creados por los hombres y que tienen problemas para respirar por nuestra selección genética antinatural, le hizo perder toda su virilidad. Un hombre debe conocer el mundo en donde vive”.
Carmen Herrera (46 años, publicista): “Que no hable mil idiomas como un puto papagallo. Hasta hace poco tenía ese fetichismo, pero lo cambié por los calcetines amarillos”.
Sandra Castillo (41 años, directora de Comunicación): “Que no colabore con ninguna ONG. Y si se va de voluntario a hacer el bien al tercer mundo, igual hasta pido un bombardeo. La mayoría de las ONGs son un puto timo y los hombres que colaboran con ellas tienen todas las cualidades que detesto: retrasados, inocencentes, afeminados…”.
Martina Müller (35 años, periodista): “Cuando agarras a un tío del brazo y te coge el pezón. Ninguno lo hace pero todas, secretamente, queremos que lo hagan”.
Noelia Campo (42 años, abogada). “Que no tenga manchas de pigmentación en la cara, y a ser posible tampoco cicatrices. Esas imperfecciones suelen indicar cáncer y podrían transmitirse a tus hijos. Dan la imagen de un tío mutante”.
Eva Sanz (43 años, diseñadora digital): “Que tenga una herencia oculta que de repente descubro. El dinero es algo que potencia la virilidad. Y si encima es calvo y miope y tienes cinco hijos con él, con todo lo que ello significa para los genes de la raza humana, es de las cosas más excitantes que pueden pasarte.”.
Juana Calzada (38 años, médica): “Unas manos pequeñas. No estoy siendo muy original, ¿no? Te lo cuento al revés: un hombre con las manos grandes es un problema para practicar fisting”.
Sara Revilla (periodista): “Era de las primeras veces que quedaba con mi novio y le acompañé a hacerse el agujero para ponerse un pendiente. Puso una cara de dolor muy sexy. Me enamoró mucho más porque enfaticé con sus sentimientos, ya que ambos somos seres humanos que sufren por igual”.
Tania Alcocer (47 años, empresaria): “Humor. Humor de subnormales, nada fino. Los hombres tienen un don para el retraso y, si saben sacarlo fuera, es lo que más me puede gustar de ellos. Llevo casada 20 años y me sigo riendo de él como el primer día”.
Elsa Casals (29 años, agente inmobiliaria): “Que se meta en peleas. Me ha pasado un par de veces con mi novio. Estamos en un bar, se monta una trifulca. Él es de los que se pegan, es de los que no habla y, si eso, de los que te machaca. No hay nada que me ponga menos que un tío separando gente. Es pedante y, al contrario de lo que algunos piensan, nada viril”.