Cuando tengo alguna comida o cena, ya bien sea familiar, amistosa o en pareja; me dedico a jugar con las miguillas y/o hacer pelotillas con el pan sobrante y figuritas, mientras hablo a la gente sin perder de vista el mantel (será que me pongo nerviosa, no sé). Y si dicho mantel es de papel, me da vergüenza ajena cuando tengo que abandonar el local, siempre lo dejo hecho un cristo y más si alguien se apunta a destrozarlo.
Y por otro lado, cuando me voy a la cama tengo que frotar mi pie derecho contra el colchón antes de dormirme, es una manía que tengo desde pequeña, y aún sigo sin entenderlo.