volví a mi peso normal porque quería volver a estar como antes y me cansé de escusas.
Vale, pues si estuviste años y años repitiéndote mil excusas, incapaz de tomar las riendas de tu actitud y tu disciplina, entiende que otros estén pasando por el mismo proceso.
Precisamente tú, que estuviste (digamos 10 años, que son 3650 días consecutivos incapaz de darle la vuelta a tu adicción), deberías entender lo difícil que es, y no decir que es fácil porque el último día de esos 3650 te cambió el chip por arte de magia.
Y sí, digo por arte de magia porque si los 3650 días anteriores ya sabías que era contraproducente y hubieras preferido estar sano y en forma, y aún así no podías, no puedes decir (si eres objetivo y honesto), que fue el día n.º 3650 el que realmente tú tomaste las riendas y ahí fue cuando pusiste los cojones sobre la mesa. Simplemente llegó un día que te cansaste de oír las mismas excusas de mierda. No cambiaste por fuerza de voluntad y amor propio (porque si eso fuese controlable, lo habrías hecho cuando ibas por los 85-90 kilos, que ya te estaba cantando la mente que te estabas poniendo ceporro y ya te lo estaban diciendo los demás).
No fue mérito tuyo, simplemente fue que esos 3650 días eran los que a tu mente le hacían falta para aburrirse de oír el mismo diálogo y de cargar por una mochila de 40-50 kilos de más.
No se puede tener el morro de hacer durante 10 años una cosa que te molesta, que te hace daño y que te causa problemas en tus relaciones y después decir "na, es que en realidad no me había propuesto dejarlo". Como si los 10 años anteriores hubieses estado feliz y contento con tus decisiones diarias y por eso decidías activamente no bajar de peso todavía.
Si la disciplina fuese controlable, todos seríamos perfectos en todas las áreas de nuestra vida, porque todos queremos estar en forma, sanos y tener dinero. Y sin embargo, ver a alguien que duerma todos los días a la misma hora, que estudie y trabaje a tiempo, sin procrastinar, que haga deporte para cuidarse, que se alimente sano, medite para cuidar su salud mental y trate a las demás personas de forma amable, es jodidamente imposible.
La gente solamente tiene facilidad en ciertas áreas y en otras le cuesta sangre y sudor hacer las cosas bien. Pero es muy fácil echarse flores en las cosas que hace uno bien y decir "mirad qué voluntad tengo y cómo llevo las riendas de mi vida". Pero después les señalas otras áreas de su vida que llevan como la mierda y tienen el morro de decirte "na, es que eso no me importa en realidad". ¡Mis cojones! Si a todos nos pusiesen delante un botón para tener todas las áreas de nuestra vida en perfecta armonía, lo pulsaríamos sin pensarlo. Ergo, si todos queremos llevar la vida perfecta y casi nadie es capaz, es porque la disciplina es extremadamente difícil (diría que una ilusión).