FEDAchat v.Naranja | Búnker Edition

Edad: 17-22 (prorrogable a los 23 si está estudiando un máster).
Género: Loca del coño.
Ataque de esta noche: snacks demigrantes con ínfulas de marquesado.

Puedo palpar la conversación como tu "amigo" no se coma todo con una sonrisa de oreja a oreja:

• ¿Qué pasa, nene? Estás muy serio.
• (El notas no ha puesto ninguna cara rara ni nada en absoluto): No, ¿por qué?
• No sé, es mi impresión - empieza a subirle el olor a mierda a la niña y se le cambia la cara -.
• (Cae el tío en el patetismo): Qué va, si está todo riquísimo - le acaricia la pierna a su niña que se ha sentado al lado para "vigilarlo" -. ¿No comes tú también?
• Ah, con que es eso.
• ¿El qué, nena?
• Que no te gusta, dilo, que me he esforzado para nada -. Esta milenaria técnica zorril consiste en disfrazar un acto cotidiano de pomposidad, ser consciente de que no has hecho una puta mierda y echarle la culpa a él de ser un ingrato.
• Si me encanta, es que has acertado en todo: mira, jamón, queso, aceitunas... - intenta alargar el pimpollo la enumeración de forma ridícula. Ridícula, sí, porque ella lo ha metido ahí, le recorre al tipo una sensación de irrealidad, entre la desgracia y la felicidad de una risa descontrolada que asoma.
• Que no lo intentes arreglar, joder, que es patético. Que seas un poco menos falso y eso es todo.
• A ver, nena, que te he dicho...
  Le interrumpe "la nena":
• Que te calles, joder. Me tienes hasta el coño. Hoy salgo con las niñas, que lo sepas.

La niña se arreglará en menos que canta un gallo, cuando nunca se había arreglado tan deprisa. El pimpollo se quedará mirando al infinito y mordisqueando los grisini que ha untado en un pack de ésos que traen al primo malo de la Vaca que Ríe y preguntándose qué ha hecho mal si venía contento del trabajo sin esperar nada. Ahora a sudar bien duro durante toda la noche mientras no le responde los WA.