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Probablemente los hombres que escribieron La Biblia fueron, de manera consciente o subconsciente, homosexuales. O, degenerados que hacían sexo con mujeres y con hombres. Si revisamos ese libro, o deshecho, desde el Génesis hasta el cierre, o Apocalipsis.
Notaríamos el Discurso machista, construido con perfidia o alevosía, con la intención de cometer el gran crimen de la Historia, sin que los delincuentes pasen por el riesgo de ser sometidos a juicio en una Corte universal, y terminar encarcelados por delincuentes. La Biblia, es un cazador pervertido, que no tiene esa actividad como deporte, sino que gusta ver sufrir lentamente a su víctima: la mujer.
En Génesis, Jehová Dios creó primero al hombre (Adán), "a su imagen y semejanza"; el capítulo 2, en los versículos 18, 21, 22, y 23, con maldad, describe este dato sorpresa: Que Jehová sintió pena por la soledad en que vivía su creación favorita, Adán, y lo durmió profundamente, le sacó una costilla y con ella le fabricó una muñeca de carne, un entretenimiento: una mujer, a Eva.
No conforme el escritor del Génesis, en el capítulo 3 le dio un giro dramático a su cuento: Que Eva fue una mujer desagradecida; que no apreció el gesto de Dios colocándola como apéndice o dama de compañía (éso hoy se conoce como prostituta de cortina) de Adán; porque apenas hizo asomo el Diablo, Eva incitó a su compañero, con mente de niño, a pecar, a que disfrutara de su vagina.
Éxodo y Levítico, segundo y tercer capítulos de La Biblia, son resumen de los 40 años que el Profeta Moisés comandó el pueblo judío. El primero, trata de la salida de los hebreos de Egipto, es decir, de la libertad. El segundo, es una explicación de la Ley General, y un conjunto de Reglas a seguir por los judíos, que Jehová entregó a Moisés.
Sorprende que en ambos textos, los escritores judíos olvidaran los años de esclavitud en Egipto, y sean más tiranos y crueles con sus propias mujeres. Éxodo, en los capítulos 28, 29, y 30, dice que la mujer no puede administrar servicios religiosos, pues los dones sacerdotales y proféticos son exclusivos de los hombres. Levítico es peor; trata a la mujer como enfermedad a nivel de pandemia. En el capítulo 15, versículos 19-22, se lee lo siguiente:
"La mujer que ha tenido sus reglas (la menstruación) será impura por espacio de siete días...Quien la toque será impuro...Todo aquello en que se acueste durante su impureza quedará impuro, lo mismo que todo aquello sobre lo que se siente. Quien toque su cama deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y permanecerá impuro hasta la tarde...Quien toque algo que se puso sobre el lecho o sobre el mueble donde ella se ha sentado quedará impuro". FIN DE LA CITA.
Leyendo a Samuel, uno comprende que el Profeta y Rey Saúl, sí que trató a la mujer como basura. Robaba y violaba hijas vírgenes y esposas de sus más cercanos amigos y soldados, y si éstos se enteraban de sus fechorías los mandaba a matar; por eso, según La Biblia, Jehová le quitó apoyo a Saúl y dio el trono al joven pastor David.
David fue Rey de Israel durante 40 años. Su sello de Gobernante (Samuel, capítulos 11 al 22) era ser violador de esposas ajenas, tuvieran o no la menstruación. O, mostrarse en calles y salones como el chulo de la capital Jerusalén, casi desnudo, borracho, bailando con rameras.
Jehová nunca se molestó con David; lo premió con 40 años de reinado, y con un hijo que sería más sabio, rico, y poderoso: el sabio y Rey Salomón; éste último fue un bohemio vulgar, un sucio, un inmoral, muy parecido al hoy decadente y engreído cantante español Julio Iglesias.
Salomón se ufanaba de ser el Rey más rico y poderoso, y haberse acostado con cientos de mujeres, lo que era posible porque el tipo, con los diezmos colectados de los creyentes, poseía una enorme fortuna en esclavas, tierras, palacios, animales, etc.
Cristo pudo hacer la Revolución Feminista. Pero, su pensamiento era pacifista, cobarde, anticambio, y nauseabundo. Hasta aquí, este artículo sólo ha tratado la "Ley y las Reglas de Moisés". Curiosamente, Cristo, según su discípulo Mateo (Evangelio, capítulo 5, versículo 17) dijo: "No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer cosa alguna, sino para llevarla a la forma perfecta".
Cristo, en el mismo Evangelio de Mateo (5:31-32), tira al suelo su palabra, ordenando a la mujer esclavizarse a un hombre sin amor; leamos: "El que se divorcia de su mujer, debe darle un certificado de divorcio. Pero yo les digo: Si un hombre se divorcia de su mujer, a no ser por motivo de infidelidad, es como mandarla a cometer adulterio (a prostituirse): el hombre que se case con la mujer divorciada, cometerá adulterio". FIN DE LA CITA. ¿Podría haber un pensamiento más sucio, sobre la libertad y la dignidad de la mujer, que estas palabras de Cristo citadas por mí? ¡No. No lo creo!
Del ridículamente llamado Apóstol Pablo, que es un repetidor de la Ley de Moisés y las Parábolas de Cristo, no se puede esperar una Revolución Feminista; al contrario, lleva el machismo judío y bíblico a un nivel de asesino en serie, de un enfermo mental que, suelto en las calles, representa un peligro para las mujeres.
Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, capítulo 14, versículos 33-36, se atreve a decir: "Como es costumbre en las congregaciones de los creyentes, guarden las mujeres silencio en la iglesia, pues no les está permitido hablar. Que estén sumisas, como lo establece la Ley. Si quieren saber algo, que se lo pregunten en casa a sus esposos; porque no está bien visto que una mujer hable en la iglesia." FIN DE LA CITA.
Pablo, inspirado en el Génesis, remata su tesis acerca de que la mujer es basura. Leamos en la misma Carta, el capítulo 10, versículos 3 al 9.
"quiero que entiendan que Cristo es Cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo. Todo hombre que ora...con cabeza cubierta deshonra al que es su cabeza. En cambio, toda mujer que ora...con la cabeza descubierta deshonra al que es su cabeza; es como si estuviera rasurada...si es vergonzoso para la mujer tener el pelo corto o la cabeza rasurada, que se la cubra. El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es imagen y gloria de Dios, mientras que la mujer es gloria del hombre. De hecho, el hombre no procede de la mujer sino la mujer del hombre; ni tampoco fue creado el hombre a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre". FIN DE LA CITA.
