Hablo de la mía: Galicia.
Se come bien y mucho. Se bebe bien y mucho. No sé si se bebe más o se come más, pero aquí no nos cortamos. Que somos tres para comer? Haz para seis. Ah, y tenemos agua de calidad.
Paisajes y paraderos chulos. Hay playas de alto nivel, con agua fría, no como la del mediterráneo que parece que está meada.
Gente bastante hospitalaria y que puede llegar a ser más o menos agradable en el trato con la suficiente confianza (aunque esto último... bueno).
El nivel cultural brilla por su ausencia. Sales de las capitales de provincia (y de la capital de la comunidad) y la inteligencia baja muchos enteros. La denominada Galicia profunda (90% del territorio) es bastante basta. La juventud suele ser muy agresiva e incluso violenta cuando se pone el sol y se mete ciento y pico de venas en alcohol.
En vías de desarrollo. Tal cual. Es una de las comunidades más pobres del país, solo hay que darse una vuelta lejos de las zonas con edificios altos para darse cuenta. Igual es porque estoy mal acostumbrado, ya que viví la mitad de mi vida en una gran ciudad europea (en todos los sentidos), pero aquí moito non temos. Esto puede contrarrestarse con el segundo punto bueno, según para quién.
El tiempo. De 365 días que tiene el año, llueven 400 y hacen frío 500. Y es que en Galicia tenemos cuatro estaciones: la del tren, la del bus, otoño e invierno.
En definitiva: si eres joven, vente de vacaciones en verano que te lo pasas de puta madre. Si no, evita venir a instalarte a esta comunidad autónoma.
5/10. Aprobado raspadito.