O aletas caudales de las sardinas y anchoas, por llamarlas de una manera más técnica y eufemística.
Prácticamente todo el mundo suele retirar, además de la espina dorsal, la cola de las sardinas y anchoas que se van a comer. Es algo que no entiendo. Cuando han pasado por la sartén y están bien frititas toman un gusto exquisito. ¿También os coméis vosotros los rabos de las sardinas y anchoas o soy un bicho raro? Compraría incluso por separado las colas con el fin de poder degustarlas sin necesidad de comerme también la carne.
Un saludo.