#540 Obviamente tampoco :S El que ha escrito el de la niña es un puto perturbado.
#542 qué va xDDD
Los amigos están para hacer favores
Cinco de la tarde de un julio caluroso, y ahí estaba yo enfrente de la puerta de el edificio naranja donde vive mi amiga Debora, ''arreglame el ordenador por favor, tu que eres informático, vengaaa...'' no soy informático, soy electrónico, pero bueh, me da lo mismo, me iba a dar de cenar, y una propinilla, me iba a venir bien, puesto que tenía 20 euros para comer 20 días, pero no nos vayamos del tema, la puerta estaba abierta, y yo sabia piso y puerta, así que marchando, subí los dos pisos y a mano derecha y ahí estaban sus padres, que se iban de vacaciones.
-Ah hola Borja, entra entra, está en su cuarto como siempre, al ordenador le pasa nosequé de que se bloquea o algo así, ella te dirá mejor, que nosotros ya llegamos tarde- me dijo Adela, su madre.
-Gracias dela.
Entré y cerró la puerta tras de mi, crucé el pasillo con paso lento mirando las típicas fotos de comunión de las que las madres se sentían tan orgullosas, y llegué a su cuarto. La puerta estaba entrecerrada, la terminé de abrir y me quedé perplejo, allí estaba mi amiga, en pijama, con las piernas un poco abiertas, sus cascos puestos probable mente al máximo como siempre, una mano perdida entre las piernas, ese tipo de piernas tan tan largas que llegan hasta el suelo, y un vídeo porno en la pantalla del ordenador ''estropeado'' (Bueno, tengo que aclarar que yo he sido tuno, y bueno quien haya sido tuno, sabe la poca vergüenza, escasa o nula de la que gozamos, pero volvamos a las piernas de mi amiga, que son mucho mas interesantes). Ahí estaba ella, haciéndose un dedo, ¿quien en su sano juicio se hacia un dedo dos minutos después de que sus padres se fueran de vacaciones? yo sabía la respuesta, pensé rápido, quien sabe cuando se le ocurriría voltear la cabeza o acabar, bueno, mi mente trabajo rápido y bien, me vino a la cabeza la táctica del hombre desnudo, y ¡genial!, ese día iba depilado, bueno ahí estaba yo en pelotas en la habitación de mi amiga, pero me faltaba algo, una frase, no podía quitarle los cascos sin mas y frunjirmela allí mismo...no, necesitaba una frase, en este momento mire al cielo, y vi la cara del dios de los ordenadores mirándome, guiñando un ojo, y haciendo un gesto de pistola disparando hacia la pantalla del ordenador, se bloqueó, y la frase acudió a mi cabeza ella solita, le quité los cascos, y le dije con voz grave y aterciopelada.
-Esta hoy no se va a bloquear.- Dije mientras señalaba mi miembro ya duro desde que me había imaginado sus piernas.
No se que cojones se le pudo pasar por la cabeza en ese momento, pero no me negareis que la situación era cojonuda, pasaron segundos que me parecieron horas hasta que consiguió articular palabras.
-JODER!, pero que coñ...Borja, ¿desde cuando estás tan bueno?...pues tu con ese rabo, y yo con este calentón...- Dijo mientras me cogía por las caderas y se acercaba con la silla del ordenador.
Me cogió la polla como la que tiene hambre y la invitan a un macdonals, con las mismas ganas, empezó a hacerme una paja, con una de las manos húmedas de su coño, lo cual hizo que se pusiera mas dura aun, estaba a punto de explotarme, un poco mas de sangre ahí abajo y esa tarde no follaba, con toda la fuerza de voluntad que pude reunir, la agarré de la muñeca y le dije.
-Lo primero lo primero, tu estabas haciendo algo ¿no?, pues vamos a acabarlo.-
La levanté, y la tiré encima de su cama, que afortunadamente era una de esas camas que a mi me llegaban por el ombligo. Allí tumbada, me puse a 4 patas encima de ella, y empecé a besarla, mordiéndole el labio inferior como si allí no se sintiera dolor, seguí besándola por el cuello, y divisé aquella peca que tanto me gustaba y que siempre se presentaba en mis mejores sueños, la mordí suavemente, cada vez me estaba poniendo mas cachondo, y mas impaciente, seguí bajando hasta encontrarme sus tetas, por bajo de la camiseta las acaricié no llevaba sujetador, aquello me ponía las cosas fáciles sus pezones estaban durísimos, se acabó, no aguanté mas, me puse de rodillas y le partí en dos la camiseta de tirantes negra, no se si es por que iba hipercachondo o por que, pero aquello se rompió como el papel, allí estaban, tan redondas, mirándome a los ojos, pidiendome a gritos que las chupara de arriba a abajo, que las mordiera...y eso hice, no podía decirles que no, las chupé, las mordisqueé, le mordí los pezones suavemente, una mano me agarró la mía, y la bajó hasta su coño, que estaba literalmente mojado y dijo.
-¿Tienes sed?, ¿quieres algo de beber?.-
Y con la mano libre me empujó la cabeza hacia abajo, no había que ser muy listo para saber lo que quería, ella y yo. Bajé hasta su entrepierna besándolo todo a mi paso, y dejando un camino de saliva, la miré a los ojos, y me chupé los dedos mojados con su zumo, le bajé el pantaloncito del pijama, sorprendentemente sin romper nada, y los tiré nosedonde, abrí ligeramente sus piernas, y hundí mi cabeza allí en medio, como un perro bebiendo agua en medio del desierto, ella comenzó a gemir, yo le metí un dedo, y empecé a lamerle el clítoris, a rozarlo con los dientes, ella cada vez abría mas las piernas y gemía mas alto, yo me emocionaba, lo succionaba, le metí otro dedo, una mano me agarró del pelo y empujó hacia sus adentros, eso no era gemir, parecía como si la estuvieran matando, de repente, un tirón de pelo hacia arriba me sacó de sus adentros.
-Creo que ahora te toca a ti, tumbate ahí, hmmm...depilado como a mi me gusta - dijo mordiendose el labio, dios la iba a rebentar como siguiera así - vuelvo en ya - dijo guiñando un ojo.
Fué la espera mas corta de mi vida, probablemente por que a lo que iba estaba en la habitación de al lado...volvió corriendo con un boté de sirope de chocolate en las manos, y me dijo,
- Ahí tumbado boca arriba y con las manos cogiendo el cabecero hasta que yo diga.-
Yo me agarré al cabecero de su cama y observé el espectáculo culinario que iba hacer y ¡el plato era yo!
Se puso de rodillas encima de mi cadera, joder que caliente estaba hasta quemaba, abrió el tapón y vertió un chorro desde mi cuello pasando por los pezones, hasta el ombligo, estaba jodidamente frío, vaya combinación, me lamió el cuello de arriba a abajo, me mordió los pezones y se comió el chocolate de mi barriga cual zombie hambriento. Me la cogió con una mano, y empezó a hacerme una paja mientras separaba su cuerpo, y acercaba su cara, la soltó y vi caer a cámara lenta el chorro de chocolate hacia mi polla, el contraste fué espantoso, parecía nitrógeno liquido en mi nabo, pero enseguida una boca viciosa acudió para darme calor, la chupó, le hechó mas chocolate, mordió el glande, grité, pasó la lengua por sitios que ni yo mismo conocía, se la metió entera en la boca, tosió, pero no se dió por vencida, toda entera, otra vez y otra, no daba tregua y la cosa no iba a acabar aquí, la paré, la tumbé en la cama con las piernas abiertas, y até sus manos a el cabecero de la cama, ella si que no se iba a mover. Me puse entre sus piernas de rodillas, y le pasé el nabo por el coño, la miré, tenía esa mirada de desesperación, se la metí, aquelló estaba todo suave, palpitante, esperándome a mi, la penetré, despacito, disfrutándolo todo, cada sensación, cada apice, mientras le comía la boca, las tetas, el cuello, me daba lo mismo. Empujaba, embestía, sin contemplaciones, respiraciones acompasadas, aquello era ejercicio y no lo del gimnasio, arrancó las vendas improvisadas que la ataban al cabecero y me plantó las manos en el culo, apretando hacia si, noté 10 uñas, todas y cada una se clavaron en mi culo, 5 se separaron para volver a clavarse, pero esta vez en mi homoplato derecho, escuché la frase mas bonita que me habían dicho en la vida.
- !USO ANILLO VAGINAL, COMO LA SAQUES TE LA CORTO Y TERMINO YO SOLA¡.-
Ante tal declaración de hechos, no pude hacer otra cosa que agradecer al cielo los hechos acaecidos aquel glorioso día, y seguir embistiendo como un cabrón, estaba llegando, embestí con mas fuerza, y mas adentro, ella se dejó hacer, y clavó las uñas con mas fuerza, se corrió, me corrí dentro, me destrozó la espalda, y me volví a correr dentro, aun con el nabo dentro de ella, caí rendido encima, y me hice a un lado.
Nos fuimos a la ducha, me miré la espalda en el espejo...desde ese día tengo 4 surcos en la espalda, nos duchamos juntos, allí lo volvímos a hacer, pero eso es otra historía que os contaré otro día...
Un rato despues, me confesó que es multiorgasmica, y que habia disfrutado como núnca, le arregle el ordenador, me dió otra propinilla y de cenar, total...los amigos están para hacerse favores.
La casa de mi abuela
Hacía muchos años que no visitaba la viaja casa de mi abuela, por lo menos 12. De niño solía jugar en el pequeño jardín de la parte delantera, pero desde la muerte de mi tío, mis abuelos se mudaron, y la casa quedó abandonada…
Después de una dura época de exámenes, en la que había podido ver muy poco a mi novia, decidí darle una sorpresa, y montar una sencilla cena romántica en la vieja casa de mi abuela, que estaban acabando de reformar.
Cuando terminé de arreglarlo todo, pasé a recogerla a su casa. Subida a unos tacones negros me esperaba en el portal, con un traje negro descubierto por la espalda y una espléndida cabellera morena cayéndole por los hombros. El vestido ceñía todo su cuerpo, marcándole aquellas curvas que me dejaban sin aliento. Raquel estaba preciosa.
Nos sentamos a cenar, aunque ninguno teníamos demasiada hambre, la comisura de sus labios era más apetecible que cualquier manjar, y sus ojos ardientes provocaban en mí un deseo incontrolable de hacerla mía.
Fui a por el segundo plato, y cuando me senté en la mesa, ella me lanzó una mirada lasciva, y sin inmutarse lo más mínimo, me dijo: “Ven, y fóllame”.
No es necesario decir que acepté inmediatamente, y antes de que pudiese pensar que estaba ocurriendo, me encontraba encima de ella, besándonos. La agarré por los muslos y la subí a la mesa arrastrando todo lo que había en ella a mi paso. Mis manos se fueron deslizando bajo su vestido con la intención de sobar sus nalgas. Sorpresa la mía de encontrarme una piel suave sin nada que la cubriera. No llevaba ropa interior.
Sin pensármelo dos veces le subí el traje a la altura de la cintura, la acosté sobre la mesa y la abrí de piernas. Ahí estaba su coñito totalmente rasurado, esperándome, húmedo.
Baje mi cabeza hacía él, pero no le presté atención directamente. Mi deslicé por sus ingles, dándoles pequeños mordiscos y lametones, mientras ella se retorcía, intentando que mi lengua llegase a su sexo. Paré por un instante, y cuando menos se lo esperaba deslicé mi lengua por sus labios exteriores, arriba y abajo.
Relamí el borde de su ácido agujero, saboreando aquel jugo delicioso que emanaba de él, y que impregnaba toda mi mandíbula. Entonces subí mi lengua por el centro de aquella raja, llegando hasta el clítoris, que le ardía como si fuese a explotar. Allí empecé a jugar con él, con pequeños lametones, moviendo mi lengua en círculo, succionándolo y apretándolo, y acelerando el ritmo para que sus gemidos aumentasen.
Empezó a mover bruscamente sus caderas, apretándolas contra mí. Y entonces, y de forma inesperada para ella, introducí mis dos dedos en su vagina y empecé a follármela con ellos, hasta que por fin, con un sonoro grito, se corrió.
Pero no le di tregua. La cogí en brazos, y la lleve a la primera habitación que encontré. La eché encima de la cama, y a la luz de la ventana, la desnudé completamente. Por primera vez en la noche, pude disfrutar de su cuerpo desnudo. Me abalancé sobre ella, y empecé a comerle sus preciosas tetas, redondas y con los pezones grandes, como a mí me gustan.
La puse a cuatro patas, para poder tocar su trasero, y entonces vi sobre una silla una cuerda, y no pude evitar esbozar una sonrisa.
Sin dudarlo ni un momento, salté de la cama, y la cogí. Ella me miró extrañada, pero con una sonrisita que delataba que sabía lo que iba a hacerle. Y le gustaba.
Volví a la cama, y observé que sobre el lecho había un gancho, justo lo que necesitaba. Até sus manos, y el resto de la cuerda al gancho, para que tuviese que estar de rodillas, y con los brazos levantados.
Era mi momento.
Me coloqué de pié enfrente suyo, y le dije: “Chúpamela, zorra”. Ella abrió la boca, y empezó a succionarla como no lo había hecho nunca. Aquello era una gozada, y yo la ayudaba moviendo mis caderas al ritmo de su boca, cosa que me ponía muchísimo.
Entonces llegó la hora de follármela. Me puse detrás de ella, dispuesto a meterme hasta lo más profundo de su coño, pero entonces preguntó: “¿De dónde has sacado esta cuerda?”
Y entonces lo recordé todo. Yo no había puesto esa cuerda ahí, y tampoco ese gancho. Es más, sabía que llevaban ahí 12 años, justo desde el día en que murió mi tío, casualmente en esa misma habitación, ahorcado.
En ese momento, miré hacia adelante, dónde nuestras figuras se reflejaban en unos espejos. Pero no era yo el que estaba en el espejo, era mi tío. Sus ojos estaban inyectados en sangre, y entonces, como si una bestia surgiera desde lo más profundo de mi ser, perdí el control de mi mismo, no era yo.
Empecé a follármela salvajemente, sin darle un segundo de descanso. Nuestros cuerpos, llenos de sudor, se movían al mismo compás, mientras mi polla entraba y salía, haciéndola chorrear, y gemir como una puta.
Bajé mi mano desde su cuello, dónde la tenía fuertemente agarrada, recorriendo todo su cuerpo, mientras me la follaba incansablemente. Sobaba sus tetas, pellizcando sus pezones, y descendí hasta su clítoris, el cual empecé a masturbar, para volverla definitivamente loca.
Jadeaba como si no hubiese mañana, quería que le diese más y más.
La levanté de la cama, todavía atada, y me puse bajo ella. Mi verga entró con una rapidez y fuerza asombrosa, y empecé a moverme como jamás lo habría podido hacer por mí mismo. La levantaba de la cama en cada embestida. Estábamos a punto de corrernos, notaba que no podía más, y ella también se sentía igual.
Así, llegó el momento. Con un sonoro grito, reventé en todo su interior, y al notarlo, y ella tuvo un orgasmo brutal, rompiéndose la voz al gritar, y consiguiendo arrancar el gancho del techo, cayendo encima de mía.
Ahí, tendido en la cama, exhausto y a punto de dormirme, lancé una última mirada al espejo, dónde me pareció volver a ver a mi tío, sonriéndome satisfecho.
Parece mas el argumento de una peli porno que un relato erotico, 3/10. ( el de los amigos , el otro no lo lei)
divisé aquella peca que tanto me gustaba y que siempre se presentaba en mis mejores sueños, la mordí suavemente
Hablamos de una peca o una verruga?
Euugh : S
El primero me da la sensación de que no ocurrió así, de hecho alguien arregló un ordenador esa tarde y se fue a casa en cuanto acabó... El segundo: meh.
Pon algo bizarro, AG, relatos pseudopornos hay miles.
El primero es el sueño erotico de todos aquello que han arreglado el ordenador a una tía a sin pedir nada a cambio y luego cuando se la encuentran por la calle ni les saluda.
El segundo esta escrito por Iker Jimenez en un momento de calentón.
Al leer esto: "Me coloqué de pié enfrente suyo, y le dije: “Chúpamela, zorra”" , me empecé a partir yo solo recordando este momento:
Luego ya lo del tío ahorcado sonriéndole es la puta traca xDDDD
Como estáis ultimamente al leer el título del segundo ya pensé que en un momento de depravación máxima la gente ya no solo fantaseaba con sus hermanas de 13 sino con sus abuelas de 70-80.
No me los he leido normalmente espero la respuesta de los demás y en función de eso me los leo ¿merece la pena?
#553 Si te van las historias de tios ahorcados poseyendo a sobrinos mientras se tiran a sus novias, esta es la tuya.
#554 Mmmm...no mucho...joder, que decepción.
Y el segundo no va a mejorar...me he leido el primero y me imagino al típico pringadete en la casa de la amiga comiendo creps e imaginándose toda la historia con su amiga buenorra.
Joder AG, no sabia yo de este lado tuyo guarron, anda que vaya tela xDDDDDDDDDDDDDDDDD
Eso si, jamas estarias en ese papel, tu eres de besos mimos y ser bobo 
Mmmm los de ayer AG los posteó bastante antes de las 12... y ahora no está conectado... que horario más raro tiene >.<!
#565 No es obsesión... es "por si acaso" jaja
