Una vez delante de la puerta, Eric decide asegurarse de todo. Algo le da mala espina, y prefiere prevenir que curar. Intenta escuchar si hay algún sonido al otro lado de la puerta, pero lo único que discierne es una especie de ruido ahogado (Probablemente por la puerta) parecido al de un gato atrapado. En las inmediaciones hay ruido de fiesta gracias a los okupas, así que no hay ruido para tapar otro posible ruido. También recuerda que la ventana estaba cerrada, y con unas cortinas negras y densas que no dejaban ver nada al otro lado, así que si quiere saber de donde viene ese olor, solo tiene una forma de saberlo.
Vale más la pena asegurarse de que no hay nadie dentro que correr el riesgo de una posible pelea, así que primero pica a la puerta. Al no haber respuesta alguna, ver que la cerradura ha tenido actividad relativamente reciente, y que no tiene forma de abrirla, decide tirarla abajo. Con su gran fuerza, un par de embestidas es suficiente para derribarla y caer con ella. Espera que los okupas no hayan oído nada con la fiesta, pero aunque lo hayan hecho, no parece que le den demasiada importancia al suceso.
Una vez en el suelo, ve que todo el piso está lleno de una gruesa capa de un polvo brillante que le hace toser bastante, al igual que los muebles y... Toda la habitación en general. Aun así, intenta luchar contra el instinto todo lo que puede, y ponerse en pie y alerta por lo que pudiese ocurrir. La habitación parece estar vacía de personas, y no parece verse nada sospechoso o alarmante, por ahora.
El ruido que ha escuchado antes parece venir de la nevera, así que se dirige hacia allí. Con cuidado por lo que pueda encontrarse, se tensa y se pone alerta, y la abre poco a poco. Una vez abierta, el olor a muerto y a sangre se intensifica y multiplica. Tuppers varios llenan la nevera de arriba a abajo, algunos vacíos y limpios, pero la gran mayoría llenos de carne... En su salsa.
Eric, gracias a sus conocimientos de medicina y del cuerpo humano, rápidamente se da cuenta de que la carne es de orígen homínido, y que hay suficientes tuppers para que sean varias personas por lo menos. Además, parece que faltan los corazones. La carne está cortada en tajos salvajes, probablemente por una persona con muy pocos escrúpulos, aunque esto último no le extraña con lo que acaba de encontrar. La situación tensa bastante a Eric, que ahora sabe que, como poco, está en la guarida de un asesino en serie, y que muy probablemente además sea caníbal. Ya no se siente seguro de estar solo en la habitación número 13 de este motel, y prefiere asegurarse de que nadie vaya a matarlo por la espalda o pillarlo de improvisto.
Empieza a recorrer las habitaciones, y llega al baño. Allí encuentra 4 cabezas junto a varios productos químicos. Quizás para disolverlas? Conservarlas? Prefiere no saberlo. Por suerte, el estómago de Eric es fuerte, y gracias a su trabajo está curtido para escenas de esta índole. Aunque esta entraría tranquilamente en una de las peores que ha visto hasta hoy. Decide seguir inspeccionando los demás cuartos, esperando no tener que enfrentarse al causante de todas estas escenas macabras.
Entra al dormitorio, y allí encuentra como era de esperar, un colchón, mesitas de noche, armario y poco más. Por desgracia, nada de eso es lo más relevante de la escena. Una especie de atrapasueños cuelga del techo junto a otras... Artesanías, hechas con restos de las víctimas. Decide no prestar más atención a esa parte de la escena, ya que no es plato de buen gusto para nadie, y pasa a mirar un tocho enorme de documentos que hay sobre la cama.
Son unos documentos muy antiguos, probablemente con unos 50 años más o menos, con papeles casi a punto de romperse. En la tapa, puede verse escrito: "Incidente Cromwell". Decide abrirlo y echar un vistazo para ver de qué trata. Al parecer, es un documento carente de fotos sobre un caso en el cual desaparecieron 31 personas de golpe el 22 de diciembre hace casi cincuenta años. Está lleno de información de esas 31 personas. Datos personales, fechas de desaparición, informes médicos... De todo.
Decide que ha visto suficiente, y que no hay nadie más en la habitación. Su primera reacción es la de llamar a sus ex compañeros del FBI, pero rápidamente antes de hacerlo recuerda que la jurisdicción del FBI no abarca casos como estos (Aunque este caso le hace replantearse si debería), así que decide finalmente llamar a la policía, explicar lo que ha visto y encontrado, y que ellos se encarguen. Hace fotos a todos los documentos y a la habitación en si, y después deja todo como lo había encontrado y pone la puerta en su sitio para que nadie la vea abierta y decida entrar por cualquier razón antes de que llegue la policía.
Según ellos, llegarían en un par de horas, y el autobús se va en tan solo veinte minutos, así que decide ir a hablar con la conductora del autobús, explicarle muy por encima que tiene que quedarse, y después ya acabará por ir al resort. Aunque mientras baja, piensa que es una estupidez joderse las vacaciones. Para empezar, no está de servicio, y no es su jurisdicción. Ya ha dado sus datos personales si necesita ser contactado, y perdería tanto tiempo como dinero. Es mucho mejor disfrutar de las vacaciones y que se encarguen ellos, que para eso es el trabajo de la policía, y no el suyo.
Sale del motel, y se va hacia el autobús, Con el tiempo que le queda, aprovecha para empezar a leer el nuevo documento digital que tiene, de unas setecientas páginas. Quizás vea algo relevante en todo eso y pueda comunicárselo a la policía.