Tu compañera de piso ahora mismo es un Bollicao de crema. Y cuando digo crema me refiero a esperma del que se la esta tirando. Ya sabes cómo funciona eso. Nunca le gustó realmente, era un estúpido y tú eres mucho mejor (y además mediavidero, con tus treinta reglamentarios y tus tres mil al mes), pero él le daba canela fina, salami del bueno, y ella no lo ha olvidado. Y las copas... y las copas... Cuando llegó decía "joder, vaya marrón estar en la fiesta de este", dos copas después decía "cómo culeaba el cabrón, qué cerdadas me decía".
Y tú, amigo, nunca le has dicho cerdadas. La has abandonado en su faceta de perrilla. La has tratado como una princesita, habéis pasado muy buenos momentos viendo My little pony, pero ella no dejaba de pensar en cabalgar un pura sangre de verdad. En sentir una buena grupa bajo sus nalgas. En rozar su vulva hinchada contra un aparato en su máximo esplendor.
Pero tú estás bien. Sabes que todo esto no es cierto. Así que dormirás tranquilo. Una pajilla y a dormir. Qué tranquilidad da la masturbación. Arriba, abajo, arriba, abajo, arriba, abajo. El ascensor del amor. Arriba, abajo, te estás quedando dormido, tu cuerpo se relaja. Te sientes liviano... arriba, abajo, arriba, abajo.... no pienses ahora en tu compañera de piso que también estará arrriba, abajo. No pienses en ella, que estará teniendo un orgasmo brutal. Los celos no van contigo.
Arriba, abajo, arriba, abajo...