Análisis de West of Dead

Purgatory, Wyoming, 1888.

Un lugar de pólvora y oscuridad, pecado y penitencia, brujas y wendigos. Un mundo caótico y turbulento que cobra forma a partir de los recuerdos, la cultura y las creencias de las almas que lo atraviesan. Cuando un hombre muerto despierta con el único recuerdo de una figura de negro, pone en marcha una cadena de eventos con consecuencias inimaginables.

Así da comienzo West of Dead, un título que con su particular apartado gráfico tipo shell shading, oscuro y sucio, pretende hacerse hacerse un hueco en el cada vez más abultado género de los roguelikes. Para ello tratará de innovar ofreciéndonos un sistema de disparo con coberturas, como si de un shooter se tratara, pero siempre sin apartarse del género para el que ha sido concebido ¿Lo consigue? Bueno... Lo intenta, eso sin duda.

Como en todo buen roguelike, aquí nos vamos a encontrar con casi todos los elementos típicos del género, es decir; desbloqueo de objetos y armas, mejoras para nuestro personaje durante cara run, escenarios generados proceduralmente, etc etc. Por lo tanto a continuación me centraré en reseñar lo que lo hace diferente del resto y sus mayores particularidades.

Sin duda la mayor diferencia con la que nos vamos a encontrar nada más comenzar a jugar es el ritmo. Por lo general los roguelikes suelen ser rápidos y frenéticos, sin embargo West of Dead es todo lo contrario. Nos encontramos con un título bastante lento en comparación a los demás, su planteamiento justifica esto, al menos en parte, pues como ya hemos dicho su jugabilidad se basa en la de un shooter con coberturas y vamos a tener que ir moviéndonos de forma estrategia entre éstas a la hora de enfrentarnos a los enemigos, de lo contrario más pronto que tarde nos encontraremos de vuelta en la cantina desde la que comenzaremos cada partida.

El problema viene cuando nos damos cuenta de que quizás resulta demasiado lento en ocasiones, incluso a la hora de charlar con los diferentes personajes que nos iremos encontrando por ahí, los cuales nos irán soltando sus frases de una forma un tanto pausada e incluso por ejemplo, tras gestionar algo en la tienda del comerciante, al irnos éste nos parará al salir de la estancia para despedirse de nosotros sin que podamos evitarlo. Puede parecer una tontería, pero son pequeñas cosas que rompen el ritmo (ya de por sí lento en su jugabilidad, como os decía).

Otra de las cosas que juegan en contra de West of Dead es su reiteración en casi todo. Tanto sus escenarios, así como la variedad de enemigos tampoco son demasiado grande, por lo que a medio plazo nos vamos a encontrar con que sentimos cierta pesadez en el momento que tengamos que comenzar un nuevo run. Pese a que su apartado gráfico y artístico sean de una gran calidad, el diseño de niveles no está para nada a la altura. Algo que también sucede con la banda sonora, que sin ser del todo mala, se siente poco variada y nada frenética, aunque ésto último es de suponer que va acorde al ritmo del título, por lo que tampoco diremos que es algo malo.

Valoración final

West of Dead es de esos juegos que, pese a sus defectos, no son del todo malos y desde luego no tienes claro el no recomendarlo, aunque tampoco los puedes recomendar sin antes matizar bien ciertas cosas. Si con la mayoría de roguelikes son sentimos como conduciendo un deportivo de carreras gracias a su velocidad y frenetismo, en West of Dead nos vamos a sentir como conduciendo un autobús, lento y al que hay que ponerle ganas para seguir disfrutando de él a medio/largo plazo.

Repito, no es un mal juego, pero solo los más acérrimos al género roguelike y que deseen probar algo disntinto pero sin perder la seña de identidad de esta clase de juego sabrán paladear bien. Para los no iniciados o los que sientan que lo que más les atrae de este tipo de juegos es la acción y la rapidez, mejor optar por otras alternativas.