Análisis de Monster Boy And The Cursed Kingdom

Monster Boy And The Cursed Kingdom es un juego que nace con la premisa de ser una especie de sucesor espiritual y a la vez secuela de la saga Wonder Boy. No en vano, en su interior nos encontraremos con las señas de identidad más famosas de la franquicia, como poder convertirnos en distintos animales y jugabilidad de carácter plataformero por encima de todo. Sin embargo, da muchos giros de tuerca a casi todos sus apartados para hacer de este Monster Boy, un título mucho más ambicioso y grande que cualquiera de los anteriores.

La maldición del reino

Todo comienza con un apacible día de verano, nuestro héroe se encuentra en una zona costera disfrutando de un precioso día, cuando de repente, nuestro tío aparece a lomos de un barril volador, con una especie de cetro mágico y convirtiendo en todo el mundo en toda clase de animales y monstruos. Pero algo raro pasa con nuestro querido tío, pues él jamás había tenido este comportamiento, parece presa de la locura y también de la misma maldición que está extendiendo por el reino de Monster World.

Con esa premisa tan simple comenzará nuestra aventura. ¿Nuestro objetivo? Encontrar a nuestro tío para pararle los pies y al mismo tiempo revertir la maldición que ha caído sobre el reino. Lo que nos aguarda a continuación es un juegazo de plataformas y toques metroidvaniescos que hará las delicias de cualquier fan de ambos géneros.

Mucho más que un plataformas

Si habéis jugado a cualquier Wonder Boy, os sentiréis como en casa, pero de igual manera os sentiréis así a poco que hayáis jugado a cualquier plataformas de scroll lateral. El juego goza de un sistema de control pulidísimo y satisfactorio, y, lo que comienza como un plataformas al uso en el que solo hay que avanzar hacia delante, pronto se abre a una escala muchísimo mayor dando como resultado todo un mapeado enorme por el que ir y venir mientras vamos siguiendo los objetivos de la trama principal o bien descubriendo sus mil y un secretos.

Tenemos un buen montón de habilidades para desbloquear, desde ataques en forma de magias u objetos utilizables que podremos recargar, hasta nuevas formas de animales que desbloquearemos conforme avancemos en la historia. Lo mejor de todo sin duda es que todo, desde las habilidades de ataque, hasta las formas de animales, serán útiles tanto para el combate, como para el plataformeo o para poder acceder a lugares previamente inaccesibles.

Por ejemplo, en forma de cerdo podremos olfatear para descubrir objetos ocultos, en forma de serpiente nos podremos colar por pequeños recovecos y trepar paredes y con las habilidades, por poner una, las bolas de fuego, nos permitirán quemar hiedras o cuerdas a distancia. Es encomiable como los chicos de Game Atelier han introducido todas y cada una de estas habilidades, que podrían parecer abrumadoras por su número (o incluso algunas llegar a ser inútles) pero sin embargo absolutamente todo tiene una utilidad y es divertido de usar.

Dicho todo eso, y pese a que el juego se centra principalmente en el plataformeo, también vamos a encontrarnos con multitud de enemigos que nos podrán en más de un aprieto, ya sea por lo perfectamente bien colocados que están por el escenario, o por ser alguno de los muchos jefes finales a los que deberemos de hacer frente. Todo ellos con varias fases y en los que habrá que estar atentos para salir victoriosos.

El mapeado por su parte es enorme, con muchísimas zonas que explorar y muy bien diferenciadas todas ellas. Podremos ir y venir a nuestro antojo y los portales de teletransporte que iremos desbloqueando nos harán más llevaderas las caminatas. Algo fundamental en un juego donde la exploración es algo de suma importancia, ya que los escenarios están repletos de secretos y de sitios a los que en un principio no podremos ir, pero más adelante y con la correspondiente habilidad, ya sí.

En nuestra aventura también iremos conociendo a muchos personajes, principales y secundarios y algunos nos encomendarán tareas secundarias, siempre bien recompensadas, con oro u objetos útiles, por lo que no se siente que hagas de recadero por nada como suele suceder en otros juegos.

El bello mundo de Monster Boy

El apartado gráfico por su parte es de sobresaliente, no hay mas que ver las imágenes. Todo luce de maravilla, el diseño artístico es increíble y con mucha personalidad y la expresividad que muestras los personajes (incluso los monstruos normales de cualquier zona) es también digna de contemplar. Simplemente perfecto en este aspecto. Al igual que el sonido, ya sean los efectos sfx o la música, que ambienta perfectamente cada zona o cada encuentro con los jefes finales. Nada que objetar en ningún apartado. Ni tampoco en el rendimiento, ya que el juego va de lujo, sin caídas de fps en ingún momento.

Valoración final

Monster Boy And The Cursed Kingdom es un sobresaliente plataformas con toques de metroidvania que nada tiene que envidiarle a otros juegos del género, como por ejemplo el gran Ori and the Blind Forest, lo cual ya es decir mucho a su favor. Tanto si eres amante de los plataformas, como de los metroidvania, tienes aquí una cita ineludible con este titulazo. Además, también es largo, llegando a durar alrededor de 20 horas (y eso sin pararse a buscar todos sus secretos), por lo que el precio tampoco debería ser algo que os eche para atrás en ese sentido. Decir que lo recomiendo, es quedarme muy corto.