Empiezo con lo que dicen las reviews sobre Disco Elysium:
La belleza del sistema de habilidades de Disco Elysium es que siempre hay una recompensa por las decisiones que has tomado.
El mejor juego de rol de los últimos años por su originalidad, por ser una de las obras mejor escritas del medio.
Hay una sorprendente profundidad en las opciones ramificadas y las pruebas de habilidad que convierten el éxito y el fracaso en tu propia historia personal de investigación.
El juego de ZA/UM da una libertad sin parangón para definir a nuestro personaje a través de las decisiones. No hemos visto ningún juego, ninguno, con tantas elecciones. Elecciones reales [...] que vuelven para darnos una bofetada de realidad muchas horas más tarde.
Este juego se vendió y se analizó por la prensa como un juego enorme, donde cada decisión tiene importantes ramificaciones para la trama, etc. Y si bien es cierto que hay muchísimas decisiones que tomar y muchas opciones de diálogo, las consecuencias son inmediatas en el mejor de los casos o nulas en el peor. Se vendió como un juego con una trama adulta y compleja, con personajes profundos que invitan a indagar en los rincones más oscuros de la psique humana y en mi opinión se queda muy corto.
Para empezar, no me gustó nada el recurso manido y facilón de la amnesia, que no es más que una excusa para que todos los demás personajes te pongan en contexto sobre el mundo de una manera remarcadamente explícita. Argumentalmente, además, comete una serie de fallos que me han dejado con un sabor agrio en la boca mientra miraba como pasaban los créditos. Después de 18 horas dando vueltas de arriba para abajo por todo Revachol para investigar, resulta que nada de lo que has descubierto o hecho vale realmente para nada. El asesino es un viejo loco que aparece al final a modo de Deus Ex Machina cuando la investigación se topa con un callejón sin salida. Su motivación es absurda y contada a toda prisa, y para colmo como jugador no puedes ver cómo lo arrestan finalmente, sino que se queda en estado de shock y punto.
Y ese es el único punto importante de la trama que se resuelve. El insecto palo gigante, la supuesta maldición del área comercial, la guerra que se presupone que se va a desatar en el pueblo, el supuesto tráfico de drogas, el pasado de Harry... Nada de eso se responde en ningún momento. Solo sacas en claro que un viejo en una isla ha disparado a un tipo.
Durante todo el juego tenemos la opción de llevar a Harry por el buen camino, absteniéndonos de probar el alcohol o las drogas, o sencillamente tirarlo todo por la borda y seguir con nuestra vida de vicios y autodestrucción, para que finalmente nada de esto tenga una gran importancia en la resolución del juego. Las decisiones realmente no importan para nada, y los personajes acaban dando igual. En mi partida acabaron matando a varios de los Hardie Boys... ¿Y qué? ¿Se supone que tengo que sentir algo de apego por esos personajes?
También quiero hablar de la falta de sutileza en las respuestas ideológicas que tu personaje puede dar a algunos dilemas, que suelen rozar lo absurdo, siendo del palo de:
Opción A: ¡Viva el comunismo!
Opción B: Hay que matar a todos los comunistas
Entiendo que el juego quiere que hagas a Harry partícipe de la polarización política del mundo, pero parece que quieren conseguirlo mediante caricaturizaciones de las diferentes ideologías políticas. Esto, además, no sirve para nada. Me hice la partida siendo comunista para que la única consecuencia que esto tuviera fuera que al final Kim dijera que es muy extraño ser policía y comunista. Fin. Punto. Cero consecuencias.
En parte entiendo y me parece bien que el juego pretenda subvertir las convenciones narrativas del género, que no pretenda responder todas las preguntas sobre el mundo para dar una sensación de futilidad o de falta de esperanza, pero creo que no han sabido llevarlo.
Para concluir, diría que no es un mal juego tampoco, pero tiene muchas pegas a mi modo de ver que lo alejan mucho del 89 que tiene en Metacritic. También es digno de elogio el esfuerzo por hacer una historia madura, compleja y profunda en un medio infantilizado, aunque no haya sido de la mejor manera.