Este fin de semana me paso una anécdota curiosa que demuestra como el devenir de una generación se puede decidir en cuatro conversaciones entre grupos de amigos. Después de bastante tiempo sin coincidir, habíamos quedado 3 colegas de siempre para pasar el fin de semana juntos a la vieja usanza. Mis dos amigos son usuarios de consola, pero sin rozar las cotas enfermizas que manejamos la mayoría de aquí.
La cosa es que entre broma y no broma durante la sobremesa, les comentaba que deberían comprarse una PlayStation 4 para poder jugar todos juntos al multijugador de The Last of Us. Me decían que no, que ya tenían la Xbox One y que no les interesaba la Play 4. Entonces les explique las bondades del juego y les hable de la magia de Naughty Dog. Esto fue un domingo. Ayer Lunes me suena el Whatsapp, una vez a las 17:30, y otra a las 18:00, desde puntos diferentes de la geografía española. Los whatsapp incluían lo siguiente:
También incluían varios improperios contra mi madre, pero la maquinaria ya estaba en marcha Bwahahahahahahaha!