La verdad es que el principio el juego empieza bastante tranquilo. Te levantas en una especie de clínica extraña (sin saber qué cojones haces allí ni qué ha pasado, por supuesto) y nada más moverte 5 metros te encuentras con tu primer enemigo: una especie de licántropo. Espero no haber sido el único que murió 2 o 3 veces hasta que supo matarlo, y nada más matarlo empiezas a entender a qué te vas a enfrentar durante el resto del juego, o eso es lo que te crees...
Sales de aquí, y empiezas a explorar el maravilloso mundo de Bloodborne. Y enseguida descubres que no tienes ni puta idea de lo que te vas a encontrar en las próximas 40 horas.
Crueldad. Esa es la palabra con la que definiría a los desarrolladores de From Software. En muchas ocasiones notas que el reto al que te enfrentas está roto en cierta forma y sabes que está hecho así totalmente a propósito, para que sientas lo que es morir, y morir, y morir hasta que en alguna ocasión llegas a la frustración, y más teniendo en cuenta que cada vez pierdes las Blood Echoes y si no las recuperas, has perdido el tiempo literalmente.... Sin embargo, ese mismo reto estúpido te hace seguir y seguir, por naturaleza humana, hasta que te lo pasas, y una sensación de gloria recorre tu cuerpo.
Poco a poco vas entendiendo las mecánicas de combate del juego, aprendes a esquivar de forma menos triste y predices los movimientos de los enemigos que te has encontrado una y otra vez por el camino. Y es más o menos aquí llega el primer boss. Oh, esa Cleric Beast...... Tan sólo su presencia ya te hace sentir una mierda a su lado, y al no saber cómo afrontarla, te revienta de dos ostias sin comerlo ni beberlo. Joder, piensas. Sus gritos no te ayudan a relajarte, y la música en general crea un ambiente bastante tenebroso.
No te puedes fiar ni de los mierda zombies del principio del juego, pues si no vas con cuidado te revientan, y las primeras 5-10 horas las pasas putas intentando entender para qué sirve cada Stat principal, qué es mejor subir, qué arma va más acorde a tu estilo de juego, cómo funcionan los parries (y la de veces que mueres intentando hacerlo contra algunos enemigos), para qué sirven todos los items que te van soltando y te vas encontrando, etc, etc. En resumen, que estás más perdido que un hijo puta en el día del padre y no te enteras de una mierda. Simplemente vas probando, y si funciona, para adelante.
Eso sí, pronto vas viendo que algunos enemigos tienen mecánicas injustas y estúpidas como saltos que cambian de dirección aunque ruedes, tiros de escopeta casi teledirigidos y mierdas así que te dejan loco. Por no hablar de los Brainsuckers y otros bichos que te cogen por banda y te quitan casi toda la vida del tirón, sin tú poder hacer nada de nada. Ah, y creo que el tiempo que tardas en levantarte cuando te tumban es realmente excesivo, te acaban reventando muchas veces en el suelo, lo cual jode muchísimo.
La HISTORIA, que para mí ha sido inexistente, no ayuda el entender qué coño estás haciendo o cual es el objetivo del juego. Personalmente no me ha gustado nada el tipo de narrativa que utiliza Bloodborne. Si bien está claro que no mola cuando te llevan de la mano y te tratan cual retrasado, siempre existe un punto medio, y este juego está en el otro extremo. Frases aparentemente sin sentido (supongo que si sabes algo del lore, lo tendrán) que sueltan los cuatro NPCs que te vas encontrando por el juego, o los mismos bosses, junto a descripciones de items y alguna que otra nota que te encuentras por el camino, son todo lo que vas a tener para intentar hilar algún tipo de argumento.
Argumento que no he entendido de ninguna forma, si bien tampoco lo he buscado. Me he tomado Bloodborne como un mata mata sin sentido, que supone un reto, se desarrolla en un genial escenario y se soporta en unas francamente divertidas mecánicas jugables.
Porque sí, el combate funciona muy bien, tienes en todo momento el control de tu personaje y el feedback al golpear al enemigo es agradecido.
Y sí, el universo creado para el juego me parece una maravilla. Artísticamente es absolutamente genial, y el mapeado junto a sus interconexiones y atajos que vas desbloqueando está diseñado de forma magistral. Aunque dicho esto, pienso que algunas lámparas están mal puestas, teniendo en ocasiones varias muy juntas y otras en las que te pasas demasiado tiempo sin encontrar una, lo cual llega a tocar en exceso las narices.
Tecnológicamente, eso sí, el juego hace aguas, aunque eso es algo bien sabido por todos. 30 fps con un framepacing horrendo que empaña en muchas ocasiones una buena experiencia. Y pese a todo, he de admitir que eso no me ha impedido disfrutar del título.
El hecho de no poder guardar partida es algo que tiene sentido por cómo funciona el juego, pero a su vez es algo que me priva de probar muchas cosas que haría si pudiese. Qué pasa si intento matar a este NPC? Qué pasa si consumo este item? Qué pasa si contesto que sí/que no? No tienes posibilidad de volver atrás, así que muchas de las decisiones las tomas sin tener puta idea de qué repercusión va a tener, lo cual no tiene ningún sentido.
- Hola, te quieres unir a The League?
Y yo qué cojones sé? Por qué iba a hacerlo? Quienes sois? Me da algún beneficio? Repercute en algo en el futuro?
Yeah, igual estoy demasiado acostumbrado a probar estas cosas en cualquier RPG clásico y acabar tirando por la decisión que me beneficia más de un modo u otro, y el no poder hacerlo aquí frustra mucho. Y frustra más teniendo en cuenta que tampoco te ayudan en saber si hacer algo o no. Y supongo (y espero) que si vas buscando entender la historia y el lore, puedes saber más o menos a dónde te va a llevar cada respuesta.
El juego tiene bastantes momentos de HOLY SHIT, QUÉ HA PASADO, que molan mucho y te meten de lleno en el meollo. Para mí, el mejor momento de estos fue cuando morí tras llegar a la Cathedral a manos de una especie de bicho palo con toga que se transforma en color rojo. Morí, y una cutscene saltó, despertándome luego en una especie de presión en ruinas. Ese momento de incertidumbre me dejó patidifuso, y acojonado fui explorando poco a poco esa zona. Más bichos palos de esos rondaban los alrededores y me hacían un hijo tras otro, hasta que conseguí llegar a la lámpara de Hypogean Gaol (o algo así).
Y esa lámpara suposo un punto de inflexión en lo que había sido el juego hasta ese momento. La zona me parecía muy jodida nada más llegar, los enemigos me crujían enseguida de pocas ostias, peeeeeeeeeeeeero la recompensa en forma de Blood Echoes era muy suculenta, así que empecé a farmear, subí varios niveles, y tras volver a la Cathedral y avanzar un poco más por los alrededores encontré el emblema que me permitiría comprar el arma que usaría durante todo lo que restaba de juego: Ludwig's Holy Blade. Y qué arma.
Tras esto, volví al Hypogean Gaol y me puse a farmear unos 15 niveles en 2 horas o así. Me puse como el Quico, petadísimo, y tras derrotar a la Bestia Paarl volví a lo que sería la zona de la "historia" principal.
En general los bosses me ha parecido que están bien diseñados, si bien he de decir que al final todos hacen prácticamente lo mismo. Véase ataque a corta distancia, alguna carga/salto de larga distancia, algún tipo de magia a media distancia y poco más. Casi todo se acaba resumiendo en esquivar hasta poder golpear de forma segura, y la mayoría de bosses son incluso más fáciles si te quedas muy cerca de ellos y de alguna forma los fuerzas a usar sus ataques a corta distancia.
El que más problemas me ha dado y el que me ha parecido más difícil con muchísima diferencia ha sido Orphan of Kos. He necesitado alrededor de 40 intentos para derrotarlo, a lo largo de un mes más o menos. De hecho me llegó a desesperar en ocasiones y me hizo plantearme el dejarlo y seguir el juego normal sin más, estando sin jugar durante bastantes días. Pero cayó, y la satisfacción valió la pena.
En cuanto a los demás, Logarius me llegó a frustrar también con cerca de 15 intentos, Rom me tocó algo las narices y me llevó bastantes tries y Gascoigne al principio del juego también me fastidió, ya que todavía no entendía una mierda lo que hacía. El resto me los pasé todos en los primeros intentos, sin demasiada dificultad, ya sea por ir algo overleveled o simplemente porque sus mecánicas me resultaban más sencillas de contrarrestar. Decir que especialmente los últimos 7 bosses o así me los he pasado con la gorra al matarlos después del DLC.
Una de las cosas que me ha jodido del juego es que al llevar un personaje casi full Str, me he perdido todo lo que son magias Arcanas, así como tampoco he podido usar varias armas que parecen interesantes, lo mismo con Bloodtinged y por ejemplo la Chikage, que tiene pintón. Pero la verdad es que ahí se va a quedar, ya que no me parece motivación suficiente para volverlo a jugar o pasármelo en NG+.
En conclusión, el juego me ha gustado bastante, pero no he visto o no he querido encontrarle más allá del matar enemigos porque sí, esto confirma que los juegos de Miyazaki simplemente no son para mi. También he de decir que recuerdo la frustración de lo poco que jugué en Dark Souls mucho mayor que en Bloodborne, si bien de eso hace ya mucho tiempo y tardé bien poco a mandarlo al carajo.
Tras esto, diría que este ha sido mi primer y último Soulsborne, pero lo pienso y considero que si sacasen un juego con algún tipo de concepto nuevo, con mejor rendimiento, mejores gráficos y los problemas que tiene el juego arreglados, sería jugado sin ninguna duda.
Como último apunte, decir que la música me ha gustado bastante, pero no me ha parecido la obra maestra que muchos dicen, ni me ha flipado la música de ningún boss. Es buena creando el ambiente que buscan, está conseguida y cumple su cometido.
MI NOTA:
- Ambientación/Diseño artístico: 10/10
- Jugabilidad: 10/10
- Sonido/OST: 8/10
- Historia/Narrativa: 5/10
- Tecnología/Gráficos: 5/10
Total: 7,6