POR SI NO ES LO BASTANTE OBVIO, AQUÍ VAN A HABER SPOILERS DE LA TRAMA DEL JUEGO.
SIN EMBARGO, SI NO PIENSAS JUGARLO, PASA Y DISFRUTA DE SU HISTORIA
Soy un gran fan de la franquicia Xeno, aunque la descubriera con Xenoblade Chronicles en Wii, el impacto de la historia y como me cogió tan descolocado presentándome una descomunal obra con tantos elementos que me encantaron, hicieron que buscase otros juegos anteriores de su creador Tetsuya Takahashi.
Así que me encontré tanto Xenosaga por un lado, como Xenogears a modo de opera prima por el otro. La trilogía Xenosaga la sigo teniendo pendiente porque soy muy vago para emular ciertas plataformas (sigo cruzando los dedos por una reedición actual) pero Xenogears fue mucho más fácil de conseguir y jugar. Lo que me encontré me dejó de piedra.
Lo primero que tengo que decir es que el juego tiene un problema archiconocido por todo el mundo y es la última parte del juego o el infame segundo disco, el cual por problemas de presupuesto y desarrollo tuvo que convertirse en una visual novel para, al menos, contar el final del juego. Esto hizo que, en lo personal, no me acabara de empapar muy bien de todo puesto que había sobredosis de información.
Sin embargo, con el tiempo y asimilando lo me habían contado llegué a ver todo lo que realmente había detrás y entonces me llegó la revelación. Aquello era exactamente la clase de ciencia ficción que más me gustaba en el mundo, lo que contaba era tan grande y loco que sólo otros locos podrían admirarlo con tanta fijación.
Hasta que Nintendo los compró, Tetsuya Takahashi y su equipo tenían la costumbre de venirse muy arriba creando juegos que abarcasen cientos o miles de años de historia y eso se materializa muy bien en Xenogears. Aunque se centra en la última fracción de tiempo, la construcción del mundo abarca más de 10.000 años de eventos desde la cuna de la humanidad hasta un planeta perdido en los confines de la galaxia.
DEUS
De una manera que se explica mejor en los juegos posteriores de Xenosaga, la humanidad encuentra un artefacto llamado Zohar que permite un salto tecnológico desproporcionado gracias a la energía infinita que produce. Si bien esto les permite convertirse en una especie que viaja y coloniza mundos, también les hace probar nuevas armas de un poder literalmente incontrolable para acabar con sus propias guerras.
Es precisamente así como empieza el juego. La Eldridge es una nave que transporta a Deus, un arma tan sumamente potente gracias a la energía del Zohar, que tras una prueba devastadora que acabó con un planeta entero, se decidió enviarla a los confines del espacio y destruirla. Sin embargo, dado que se diseñó con inteligencia propia para invadir y colonizar planetas, es consciente de que quieren acabar con ella y decide sabotear la nave para liberarse.
El resultado es que la Eldridge se autodestruye para evitar que se active del todo y sus restos caen en un planeta perdido. Los daños en Deus son altamente peligrosos, así que en un último esfuerzo para asegurarse su supervivencia, decide crear un ser que se dedicara en cuerpo y alma a su reparación aunque le llevara toda la eternidad.
Así es como nace Myyah, con una programación en su código genético que la obligaba a tomar las medidas necesarias para llevar a cabo el plan de Deus. Para empezar, usó los restos biológicos del arma dedicados a la colonización planetaria para crearse unos ayudantes, El Emperador Caín y El Ministerio Gazel, mientras ella se mantendría en la sombra analizando la situación y actuando por su cuenta. Al mismo tiempo, se produjeron unos cuantos humanos con los que empezar su plan.
ZOHAR
Sin embargo había algo con lo que no contaba Deus. En la Eldridge había más pasajeros a bordo, y entre ellos se encontraba un niño huérfano llamado Abel. Como os podéis imaginar, los niños se aburren en los viajes espaciales y se meten donde no deben. Es más, se coló en el lugar más peligroso de todo el universo, el lugar donde se encontraba el Zohar. Sí, el mismo dispositivo de energía infinita que alimentaba a Deus.
Y es que resulta que el Zohar era un conducto que obtenía su energía de otra dimensión para usarla en la nuestra, pero cuando se activó a Deus por primera vez, necesitó tal cantidad de potencia, que absorbió también a su fuente, La Onda Existencial que, en esencia, era el creador de universo. Sí, era un Dios, pero había quedado encerrado en el Zohar en contra de su voluntad.
Al encontrarse con Abel, vio una oportunidad de escape y, para ganarse su confianza, le otorgó aquello que más quería el mundo, una madre. Así que usando el mismo ordenador que usaría Myyah más tarde para crear el resto de seres, creo una mujer llamada Elehayym que tendría que ayudar a Abel a liberar La Onda Existencial del Zohar.
Por desgracia, fue en ese momento cuando Deus tomó consciencia de sí mismo y empezó su ataque contra la nave que lo transportaba. Así pues, con la información biológica que había en el sistema se crearon los dos primeros seres humanos: Myyah, la versión que Deus eligió para sus planes, mientras que Elehayym sería la elegida por La Onda Existencial para llevar a cabo los suyos.
CAIN Y ABEL
Como ya he mencionado antes, Myyah usó los recursos de Deus de una manera muy eficiente creando sus ayudantes. El Emperador Caín, por un lado, como líder y protector de la humanidad. Quien se encargaría de su bienestar y que esta creciese y se hiciera más fuerte. El Ministerio Gazel, por su parte, tendría un artefacto con el que, llegado el momento, tomarían la decisión de utilizar a todos esos seres humanos como sacrificio biológico para reparar a Deus.
En esencia, era tener un pastor que se encargara de cuidar, hacer crecer, y cebar a la humanidad, para que, llegado el día, fuese al matadero cuando estuviera lista. Este plan, obviamente, llevaría miles de años y, mientras tanto, había que usar, engañar y adoctrinar a la humanidad como fuera para que se reprodujeran, por lo que estos directores de orquesta tendrían una longevidad prácticamente eterna y estaban igualmente programados para obedecer los planes de Deus.
Por desgracia Myyah no tenía el don de la inmortalidad puesto que partía del diseño biológico que había creado La Onda Existencial para Abel, pero Deus añadió una modificación genética al crear los primeros humanos en la que, al morir la versión presente de Myyah, ésta se reencarnaría en cualquier otra mujer manteniendo sus recuerdos y apariencia. Así es como se mantendría activa durante miles y miles de años.
Como se puede apreciar, Deus era un arma de lo más eficiente, mientras que La Onda Existencial, a pesar de su infinito poder, carecía del conocimiento para serlo, por lo que su plan era que Abel (al que había elegido como liberador) y Elehayym (guía de Abel y encarnación de la voluntad de La Onda Existencial), también se reencarnaran una y otra vez.
El problema aquí era que tanto Abel como Elehayym no mantenían sus recuerdos y cada reencarnación comenzaba desde su nacimiento. Por lo que La Onda Existencial confiaba en que, por azar, ambos se reencontraran en alguna de sus vidas, y que los recuerdos latentes de su misión para destruir el Zohar y liberar a La Onda Existencial se manifestaran para llevarla a cabo.
Claro que, sabiendo esto desde el génesis en este planeta donde transcurre la historia, los siervos de Deus buscarían las reencarnaciones de ambos a lo largo del tiempo para matarlos y evitar que el Zohar fuese destruido, ya que era necesario como fuente de energía para reparar y volver a conectar a Deus cuando la humanidad estuviera lista para ser sacrificada.
FEI FONG WONG
El protagonista del juego, Fei Fong Wong, no sabe que es la enésima reencarnación de aquel niño que viajaba en la Eldridge casi 10.000 años antes. De esta manera, toda la información contada hasta ahora se va desvelando de manera muy gradual junto con los eventos actuales del juego y los diferentes personajes, ciudades y naciones que forman parte de la trama.
En la misma se muestran también restos de civilizaciones antiguas eliminadas de la faz del planeta por no ser genéticamente suficientemente fuertes como sacrificio, varios recuerdos de reencarnaciones pasadas de Abel Y Elehayym no llegando nunca a cumplir su misión, traiciones por doquier en ambos bandos, experimentos genéticos, guerras orquestadas por el Ministerio Gazel según sus planes y mucho, mucho más.
Y es que, como no puede ser de otra manera, en el transcurso del juego, El Ministerio Gazel ha determinado que la humanidad ya está lista para convertirse en material genético para completar la reparación de Deus y serán Fei y sus compañeros los encargados de descubrir esta trama, destruir el Zohar y liberar así, tanto a La Onda Existencial de su cautiverio, como a los seres humanos de su destino al privar a Deus de su fuente de energía.
Y así es como Xenogears parió y condensó una historia de miles de años de ciencia ficción, filosofía e incluso religión en un único juego que, por su excesiva ambición se fue de las manos tan rápido, que no hubo manera de plasmar el objetivo deseado. Lamentablemente, buena parte de esta trama se cuenta con poco más que texto y unas interacciones finales que empañan la grandiosidad del título.
PALABRAS FINALES
Xenogears no es mi juego favorito por varios motivos, el primero es jugarlo un par de generaciones después de su salida y encontrar unos controles y mecánicas envejecidos, también porque no estar traducido de manera oficial puede lastrar mucho a la hora de empaparte de todo (aunque puedes jugarlo en español con un parche) y por último, el mencionado segundo disco donde todo se cuenta a modo de texto rompiendo la experiencia de juego.
Aún así, es, de lejos, la construcción de mundo más espectacular y atractiva que he visto nunca en un videojuego y quedará como una obra con un potencial tan bestia, que será difícil retomarlo haciendo la versión definitiva, ya que, el equipo original está centrado en su saga Xenoblade como parte Nintendo. Ni tampoco hay presión real de una multitud para hacer más con el primer título de la franquicia Xeno que abrió la puerta a unos juegos que se han convertido, estos ya sí, en mis favoritos.