La semana pasada terminé Tomb Raider del 2013. Antes de nada, aviso de que aparte de éste los únicos Tomb Raider que jugué fueron el Revelations que no llegué a pasarme y el Angel of Darkness.
El desconcierto empieza casi desde el principio. Supuestamente habían intentado convertir la saga en más adulta, pero en su lugar crearon un esperpento: Lara sufre mucho y sufre de manera cómica de lo forzado que está durante casi toda la aventura, pero también es una superheroína, por lo que puede con todo. Pobrecilla, se ha caído y necesita por temas de guión un botiquín porque se le han abierto las heridas; en ese helicóptero estrellado seguro que hay uno, así que vamos a enrollar una cuerda en la escotilla y abrirla tirando de una manera que a los de /fit se les caerían las lágrimas de orgullo, por poner un ejemplo grotesco. Por lo poco que he jugado a esta saga, este personaje no concuerda con la Lara clásica: una ricachona que se mete en este tipo de fregados simplemente porque le va la marcha, algo parecido a Batman.
La aventura tiene momentos interesantes, aunque es bastante cinematográfica por los planos que usan en muchas situaciones del gameplay. Creo que lo mejor del juego con diferencia son las tumbas opcionales: saltos ajustados, puzles y una ambientación genial y sospecho que es lo que debería haber sido el juego desde el principio, y no el juego de acción que es. Los coleccionables son muy interesantes y animan a conseguirlos todos, menos los GPS que son un auténtico coñazo y no te recompensan con nada interesante, por lo que pasé de conseguirlos.
Ahora estoy con A hat in time y menuda delicia de juego, como siga así, a plataformas favoritos que se va.